Tanner Leatherstein, el experto en cuero que destroza bolsos de lujo para ver si su precio es justo
En sus adictivos vídeos de Instagram y Tik tok se cortan, mojan y hasta queman piezas de miles de euros con el supuesto fin de comprobar la calidad de los materiales y la manufactura.
Los principios básicos del lujo son la exclusividad, la artesanía y los materiales exquisitos, pero el lujo, por encima de todo, es un intangible de precio muy alto. Al menos, eso es lo que quiere demostrar Tanner Leatherstein, un experto en cuero que destroza bolsos de lujo para averiguar si los materiales son los adecuados y si el trabajo de manufactura es realmente artesanal. «Algunas marcas se aprovechan de la falta de conocimiento para ofrecer productos mediocres, nuestra misión es informar y a la vez entretener con temas relacionados con el cuero», cuenta en su página web.
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Los principios básicos del lujo son la exclusividad, la artesanía y los materiales exquisitos, pero el lujo, por encima de todo, es un intangible de precio muy alto. Al menos, eso es lo que quiere demostrar Tanner Leatherstein, un experto en cuero que destroza bolsos de lujo para averiguar si los materiales son los adecuados y si el trabajo de manufactura es realmente artesanal. «Algunas marcas se aprovechan de la falta de conocimiento para ofrecer productos mediocres, nuestra misión es informar y a la vez entretener con temas relacionados con el cuero», cuenta en su página web.
Con más de trescientos mil seguidores en Instagram y medio millón en Tik Tok, Tanner graba vídeos semanales cortando, mojando y quemando bolsos icónicos para descubrir la calidad de la piel. La mayoría, según sus estándares, no superan los 150 dólares en total, incluyendo materiales y costes de producción, aunque en la tienda la cifra se multiplique en ocasiones por más de diez. Por supuesto el tiktoker no tiene en cuenta otros parámetros que aportan valor y coste y son los que dan sentido a las grandes marcas de moda: el diseño, la investigación, el conocimiento del cliente (crear iconos o piezas de deseo), el marketing, el retail y el coste de fabricación. En las grandes marcas los trabajadores de marroquinería son quienes mantienen la herencia de la marca y las habilidades artesanas únicas y en extinción, y sus sueldos son acordes a su importancia. Todo esto encarece un producto que no consta solo de cuero y técnica.
«La gente suele utilizar el precio como criterio de calidad, pero pocas veces funciona», comenta en uno de sus adictivos vídeos. «Las marcas que usan buen cuero no pueden dejar de hablar de ello. Hay que mirar las etiquetas. Expresiones como ‘piel genuina’ no dicen nada, otras como ‘curtición vegetal’ o ‘granulado natural’ sí».
Pero para Tanner, que cada mes gasta una buena suma de dinero en bolsos de lujo para destruirlos, este desembolso supone una inversión. En su página web cuenta que procede de una familia de curtidores de la India (su nombre artístico, Tanner, significa curtidor) y que tiñó su primera chaqueta de cuero a los once años. En 2017 fundó dos marcas de marroquinería, Pegai y Mctroy, que él mismo define como «de buena calidad a un precio justo» y hace un año creó esta peculiar forma de hacerse publicidad.
No solo destroza bolsos, también le queda tiempo, según cuenta en su web, para ejercer de consultor: “He creado esta web para que sea una herramienta para emprendedores. Llevo cinco años en esta industria y mis marcas han crecido”, explica. Según detalla en su TikTok, parte de los beneficios de sus marcas van destinados a Save The Children. En definitiva, lo suyo, aunque paradójico, es un ejercicio de puro branding: destroza y critica bolsos sin tener en cuenta el intangible de la marca (que, nos guste o no, es la razón principal del precio) para poner en valor la suya.