La plaga del sida vuelve a escena

El estallido de la enfermedad, que llevaba décadas ausente en el cine y la televisión, vuelve a ser el centro de obras de teatro y películas como ‘The Normal Heart’.

Cordon Press

En una escena de la película The Normal Heart, que acaba de estrenar HBO y se emite estos días en Canal Plus, el personaje al que da vida Jim Parsons (famoso por The Big Bang Theory), un activista gay, lidera el responso en el funeral de un joven coreógrafo, fallecido de sida, y lamenta "todas las danzas que no se bailarán, todas las obras que no se escribirán", ya que los que tendrían que haber sido sus autores murieron trágica y prematuramente. 

Quizá por eso, porque sus autores naturales sencillamente desaparecier...

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En una escena de la película The Normal Heart, que acaba de estrenar HBO y se emite estos días en Canal Plus, el personaje al que da vida Jim Parsons (famoso por The Big Bang Theory), un activista gay, lidera el responso en el funeral de un joven coreógrafo, fallecido de sida, y lamenta "todas las danzas que no se bailarán, todas las obras que no se escribirán", ya que los que tendrían que haber sido sus autores murieron trágica y prematuramente. 

Quizá por eso, porque sus autores naturales sencillamente desaparecieron, o porque la epidemia del VIH se devaluó como tema de ficción al convertirse la enfermedad en crónica y no siempre mortal en el primer mundo, lo cierto es que la cuestión pasó de ser omnipresente en los 90 –cuando incluso las teleseries españolas como Farmacia de Guardia tenían una obligatoria subtrama con algún infectado– a desvanecerse. Ahora varios títulos vuelven la mirada a los devastadores y desconcertantes primeros años de la epidemia, cuando las muertes por lo que entonces se llamaba "el cáncer gay" se multiplicaban semana tras semana y las autoridades reaccionaban con torpeza y lentitud en el mejor de los casos, cuando no mala fe, según denunciaba gente como Ned Weeks, el protagonista de The Normal Heart.

Weeks tiene muchos y poco disimulados puntos en común con Larry Kramer, el dramaturgo que escribió la obra de teatro en la que se basa la película y que se estrenó en el Off-Broadway neoyorquino en 1985. Como Weeks, Kramer, que ahora tiene 78 años, abogaba por un activismo de confrontación y se exasperaba con la Administración Reagan, por mirar para otro lado, con los homosexuales armarizados, a los que consideraba cómplices de la situación, con el alcalde de Nueva York, Ed Koch, con el New York Times (que entonces prohibía utilizar la palabra "gay" y no lo hizo ni en la crítica de la obra) y con cualquiera que no comparta su rabia. Por algo Mark Ruffalo, que da vida al activista en la versión de HBO prácticamente declama todas sus líneas de diálogo a grito pelado.

El libreto ha tardado casi 30 años en pasar del teatro al audiovisual, a pesar de que prácticamente desde el principio tuvo aliados poderosos, como Barbra Streisand, que siempre quiso interpretar a la doctora Bruckner, una de las primeras especialistas en VIH y enferma de polio, a la que ha acabado dando vida Julia Roberts. Dustin Hoffman, Kenneth Brannagh, Bradley Cooper y otros nombres importantes han estado ligados al proyecto en una fase u otra de su azaroso peregrinaje por los despachos de la industria. Pero, o bien porque los estudios preferían dar luz verde a guiones más sentimentales y menos politizados, como Philadelphia, la película por la que Tom Hanks ganó el Oscar en 1993, o bien por la desconfianza del propio Kramer, no fue hasta que Ryan Murphy, exitoso showrunner detrás del éxito de Glee y American Horror Story, tomó las riendas del proyecto que pudo llegar a filmarse, con financiación de Brad Pitt y un reparto estelar. Además de Parsons, Ruffalo y Roberts, aparecen en The Normal Heart Matt Bomer como Felix Turner, la pareja de Weeks que cae víctima de la enfermedad, y Taylor Kitsch como Bruce Niles, un joven político que representa la "cara amable" del activismo.

Matthew McConaughey en el papel que le dio el Oscar.

La película, que sigue la estela de otros caros telefilmes de prestigio de la cadena, como Behind the Candelabra, se estrena meses después de que Matthew McConaughey y Jared Leto se llevasen a casa sendos Oscar por interpretar a dos enfermos de sida en Dallas Buyers Club. El filme de Jean Marc Vallée, que también tiene lugar en 1985, es explícito en su ataque a instituciones como la FDA, la Food and Drug Administration, por aprobar sólo un tipo de tratamiento que además se suministraba sólo a la mitad de los enfermos. El otro 50% recibía tan sólo un placebo, con tal de testar los efectos de la medicación.

Además, acaba de estrenarse en Broadway Mothers and sons, del dramaturgo Terrence McNally, en la que la madre de un fallecido por sida se encuentra con el que fuera el amante de su hijo. Durante la obra, un personaje reflexiona sobre los años de la plaga y lamenta con amargura que aquella era brutal para la comunidad homosexual se haya convertido "primero en un capítulo de la Historia, después en un párrafo, después en un pie de página…". El yerno superviviente ahora tiene un marido más joven y un hijo pequeño. El contraste entre los gays de distintas generaciones, la que vivió la epidemia y las que no, es palpable y está presente también de manera tangencial en Looking, la serie que produce también HBO y en la que sólo el personaje de Dom, de cuarenta y tantos, su ex pareja y un amante ocasional, mayor que él, recuerdan cómo era San Francisco en los 80: una realidad que sus amigos veinteañeros no alcanzan a imaginar.

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