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El zueco de jardinero, la pizca de feísmo que necesitamos este otoño

Nacidos para trabajar en el campo, ultracómodos y resistentes a las inclemencias del tiempo, dan el salto al asfalto de la mano de celebridades y diseñadores

La moda no siempre lo pone (estéticamente) fácil. El llamado feísmo, que ha sumido a las últimas décadas en un caos de códigos de estilo, puso siempre el foco en nuestros pies con la intervención de hormas ortopédicas, colores chillones y plataformas desmesuradas que –en un juicio global– resultan poco favorecedoras.

“Un poco de mal gusto es como un buen chorrito de pimentón. Todos necesitamos una pizca de mal gusto: es fuerte, es sano, es físico”. La directora de moda Diana Vreeland ya apoyó al movimiento sin saberlo en su columna de Harper’s Bazaar y más tarde como directora de Vogue, erigiéndose como una fiel defensora de la espontaneidad y la capacidad para sorprender en nuestra vestimenta con el objetivo de acabar con el aburrimiento. Incluso si, con ello, comprometía al buen gusto.

Este otoño, arranca un nuevo capítulo en la longeva serie de ugly shoes que vivimos con los zuecos de jardinero, una fiebre que han consumado múltiples celebridades, desde Bella Hadid a Jennifer Lawrence. Esta horma de trabajo conocido en el mundo anglosajón como granny garden clogs – en alusión a ese zueco de goma que llevaban nuestras abuelas mientras trajinaban en el jardín– recibe ahora el visto bueno de prescriptoras de estilo como la neoyorquina Georgia Weeks, en una estampa ultra comfy junto a calcetines, jersey de cuello vuelto y un manto de hojas a sus pies.

Fabricadas con caucho o espuma de polímero ligera, son reconocibles por su forma slip on (sin cierre ni cordones) que deja parte del talón al aire. Cuentan con una suela tosca y una hendidura que marca el tacón, lo que permite pisotear sin remilgos el abono, esquivar caracoles o sumergirse en charcos.

Casi indestructibles y capaces de mantener nuestros pie a salvo ante cualquier inclemencia del tiempo (a menudo incorporan un forro polar para tenerlos más calentitos), el diseño Gardana de Salter House es la gran culpable del fenómeno desatado en las aceras neoyorquinas. Gracias a su cobertura de plástico de cáñamo fabricado en Francia y Marruecos, adquieren ese color terroso tan deseado, fruto de los azúcares presentes en la planta cannabácea.

La industria de la moda no ha tardado en mostrar un creciente interés por su suela de goma llevándola a su propio terreno. Tras la primera y nostálgica incursión en una pasarela de la mano de JW. Anderson y su colaboración con la firma Wellipets (que vistió a William y Harry en los años ochenta) en el desfile invernal de 2023, firmas como Prada, Aimé Leon Dore o Proenza Schouler (en concreto su colaboración con la bota caribou de Sorel®) se han hecho eco de su cómoda suela en una sólida tendencia.

Bien en forma de pisada clásica acompañada de una paleta otoñal de tonos azulones, khaki y burdeos, o en fórmulas más arriesgadas que atañen al ante, los empolvados o tejidos técnicos, el hype está servido.

Hunter

Superga

Aimé Leon Dore

Camperlab

Birkenstock

MM6 Maison Margiela

Aigle

Crocs

The North Face

Adidas

Tretorn

BIMBA Y LOLA

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