El regreso de la chaqueta verde militar como prenda clave de entretiempo
De origen militar y reconocible por el verde caqui y sus múltiples bolsillos, pasó del uniforme activista a estar de absoluta tendencia en los 2000. Diseñadores y prescriptoras de moda defienden su aire desaliñado para proclamarla como una prenda de entretiempo a tener muy en cuenta esta temporada
Quien haya crecido a principios de los 2000, quizás recuerde llevarla con frecuencia para ir a la facultad o los viernes en la ruta de bares. Carne de mercadillos y tiendas de segunda mano, la chaqueta o sobrecamisa guerrillera pasó del absoluto anonimato en manos de activistas –y algún seguidor de la estética militar– a convertirse en una prenda de absoluta tendencia, que marcas entonces de culto como Topshop no se cansaron de replicar.
Todo coincidió con el apogeo del ‘boho chic’, –y su consecuente exaltación de lo retro–, en el que novias de rockeros como Kate Moss o Alexa Chung diseñaron un completo ideario de cómo debería ir cualquier ‘it girl’ a un festival. En esta maleta que componían vestidos vaporosos, botas moteras, pitillos o minishorts vaqueros –y al que homenajeó Zara con una colaboración precisamente junto a la modelo británica y el músico Bobby Gillespie hace unos meses– nunca faltó esta chaqueta de color caqui, aspecto desgastado y generosos bolsillos en la delantera. Un diseño que rememoró con más o menos precisión el modelo M1941 que compuso el uniforme de combate creado para el ejército estadounidense durante la II Guerra Mundial.
Este 2025, vuelve a postularse como la perfecta prenda de entretiempo con maneras muy diversas de abordarla. Desde una visión más sobria y depurada, cercana a la visión femenina que realizó Yves Saint Laurent en los años setenta con su icónica sahariana, casas de costura como Thierry Mugler o Elie Saab ciñen su silueta a la cintura para dar con el traje de dos piezas más deseado del otoño. Junto a tejidos técnicos y un mayor protagonismo de los bolsillos, Ferrari y Hermès redoblan la propuesta bien acortando su silueta a ras del ombligo o prolongándola en distinguidos monos de trabajo.
El double khaki de los nórdicos Deadwood Studios, en versión ochentera y plastificada según Chloé, o como esencia del sexy deportivo que propone Victoria Beckham junto a calzas, ligueros y culottes de punto, son maneras más ambiciosas de acatarlo en el presente. Mientras, el street style se acomoda en un estilo mucho más relajado con minifaldas, vaqueros rectos y camisetas blancas, o bien opciones más elevadas como el que formulan chaqueta con volantes y pantalones en el mismo tono oliva.