El arte de decir mucho con poco: la colección de Supriya Lele para Mango
La diseñadora británico-india lanza una cápsula con Mango entre la sensualidad y el minimalismo
Fue una de esas alumnas prodigio del Royal College of Art, que presentan su colección de graduación y, a los pocos meses, están desfilando en la Semana de la Moda de Londres con el beneplácito de los editores y compradores influyentes. Tres años después de aquello, en 2020, Supriya Lele quedaba finalista del premio LVMH, el más importante de la moda emergente. Ese mismo año entraba en vigor el Brexit y la moda británica comenzaba a sufrir los estragos en los envíos y aranceles: “Ser independiente ahora es casi imposible. Cada día es un reto, tenemos que hacer concesiones creativas para sobrevivir”, explica Lele, vía Zoom. Pero este, afortunadamente, no ha sido el caso. La diseñadora británico-india afirma haber tenido “completa libertad” a la hora de realizar una colección cápsula junto a Mango: “Y eso no es muy habitual”, comenta. “Cuando mi agente me dijo que se querían poner en contacto conmigo aluciné, es una oportunidad enorme para dar visibilidad a la marca”, dice. La colección, titulada A Summer reverie, es la primera de la iniciativa Mango Collective, que se propone crear sinergias con diseñadores nicho, “para explorar narrativas de moda auténticas”, dicen desde la compañía catalana.
La cápsula de Supriya Lele la conforman 34 piezas y accesorios que respetan al máximo su identidad creativa, es decir, esa mezcla de sus orígenes indios (sus dos padres son de Jabalpur) con los códigos indumentarios occidentales: el drapeado de los saris o los dhoti llevado a vestidos ajustados, la mezcla de sedas con algodones, los juegos de brocados con transparencias... trato de hacer mi historia personal lo más universal posible”, dice, “el minimalismo y la arquitectura de las prendas son también parte de mi identidad. Quiero hablar de mis raíces sin excluir a nadie”.
Supriya Lele habla del cuerpo femenino a través de su ropa. Le interesa mostrarlo, insinuarlo o cubrirlo de forma estratégica a través del uso de ciertos tejidos y drapeados: “Lo que parece simple a veces es técnicamente muy complejo; hay ingeniería detrás de un drapeado”, dice. “Un top de punto ajustado puede parecer una camiseta más, pero detrás hay muchas pruebas, cortes, ajustes. No es una prenda sencilla, aunque se vea así”.
Ese enfoque también tiene que ver con una mirada femenina sobre el diseño. “Sí, yo creo que se nota cuando una prenda está diseñada por una mujer. Nosotras sabemos cómo queremos sentirnos en la ropa, no solo cómo queremos vernos”, asegura. “Me interesa una forma de empoderamiento más sutil. No hace falta gritar para ser fuerte”.
En su estudio de Hackney, Supriya produce sus prendas casi artesanalmente. “Tenemos clientes que piden cosas a medida, y me encanta hacerlas porque aprendo mucho de su feedback, pero me interesa sobre todo hacer colecciones comerciales”, dice, “el problema es que ser independiente es un acto de resistencia diario. Pasamos tiempo dándole vueltas, por ejemplo, a cuántos metros de tela podemos costearnos o qué técnicas podemos usar y con qué talleres”. Esta colaboración con Mango le ha permitido agilizar procesos. “Esto ha sido como ser niño y entrar en una tienda de caramelos”, comenta. “Para mí el mayor logro como diseñadora sería ver a una mujer por la calle con una de mis prendas, y gracias a este tipo de colaboraciones estoy más cerca. No descarto acercarme a esa persona y decirle, ¡eso lo he hecho yo”, bromea. Sin embargo, Supriya no se plantea ceder su independencia a inversores o a conglomerados. “Todos queremos crecer, pero mi mayor objetivo ahora mismo es poder seguir haciendo colecciones. Seguir creando ya me parece un logro enorme. En realidad, es lo único que me emociona. Si un día puedo tener mi propia tienda, genial. Pero por ahora, sobrevivir manteniéndome fiel a lo que hago ya me parece bastante”.