En los talleres secretos Van Cleef & Arpels

Los artesanos de Van Cleef & Arpels dominan técnicas secretas y centenarias que se esfuerzan por transmitir a las nuevas generaciones

Detalle de las herramientas que utilizan los artesanos de la firma de joyería en sus talleres parisinos.LUIS RIDAO

Orfebres, cortadores y colocadores de gemas, pulidores, esmaltadores... en los talleres de Van Cleef & Arpels, en la parisina Place Vendôme, se trabaja en silencio y de forma acompasada. Solo se escucha el ritmo de las herramientas manuales que utilizan estas mains d’or, como se llama a los artesanos de la casa joyera. “Entre el dibujo inicial y la selección de las gemas hasta su creación final pueden pasar hasta dos años”, apunta uno de los responsables del taller. Los escritorios de madera envejecida están adaptados a la forma de apoyar los brazos y de colocar los utensilios de cada artesano, que trabajan minuciosamente algunos sobre cera y otros directamente sobre metales preciosos. Dada la materia prima que manipulan, para acceder a la manufactura hay que pasar por varias puertas acorazadas y sistemas de seguridad, pero dentro se trabaja como en otro siglo, con alicates, pinceles, punzones y pulidores manuales. Todos los artesanos, un selecto grupo de 50 elegidos, han aprendido, durante años de experiencia, a trabajar con técnicas centenarias, que se respetan casi religiosamente.

Brazalete Medina de oro rosa, seis zafiros de Madagascar de corte ovalado y uno de corte cojín, coral, madera de violeta y diamantes. LUIS RIDAO

Aunque trabajan en equipo, cada uno es experto en una concreta. “Hemos logrado dominar varios modos de trabajar, aunque uno de los conocimientos más exigentes de la maison sigue siendo el Mystery Set, que se patentó en 1933. Esta técnica particular permite engastar piedras sin ningún metal visible. Su secreto reside en el uso de una red de finos hilos de oro o platino, cada uno de menos de dos décimas de milímetro de ancho. Con la ayuda de un lapidario específico, el joyero coloca las gemas una a una sobre estos rieles hasta que toda la superficie de la pieza quede cubierta. La celosía, que se puede adaptar a las formas más complejas, solo es visible en la parte posterior de la creación. Debido a que la red de oro debe ser absolutamente precisa, solo un puñado de artesanos son capaces de dominar la técnica del Mystery Set”, afirman.

Un artesano trabaja en la nueva colección de alta joyería de la firma.LUIS RIDAO

Aquí todos los artesanos están en contacto directo con el equipo de diseño casi a diario, porque es el saber hacer lo que determina la estética, no al revés. Eso no quiere decir que cierren las puertas a la innovación, “de hecho, contamos con un departamento dedicado a pensar nuevos procesos, pero los utilizamos como soportes adicionales al servicio del ADN de la marca, porque el saber hacer antiguo es nuestro patrimonio, un tesoro que debemos preservar y transmitir”.

Broche de calcedonia con oro blanco y amarillo, zafiros amarillos, perlas y corales blancos, madre perla y diamantes.LUIS RIDAO

A diferencia de otras enseñas joyeras, que lo apuestan todo a las novedades, aquí la herencia y su continuidad en el tiempo son los dos pilares que sostienen Van Cleef & Arpels. Además de su archivo patrimonial, que alberga ya más de 2.000 piezas desde 2012, tienen una línea, Heritage, compuesta por piezas de archivo que compran en subastas o a sus clientes personalmente, restauran y vuelven a comercializar. El escaparate es una página de Instagram: @vcaheritage. Allí se pueden admirar desde piezas art déco de los años veinte y treinta a joyas más minimalistas de los cuarenta o auténticos derroches imaginativos propios de los sesenta y setenta. Muchas son auténticos prodigios técnicos: desde collares transformables que se acortan y alargan convirtiéndose en pulsera o cinturones (que datan nada menos que de los años treinta) al famoso collar cremallera de los años cincuenta que como tal se abre y se cierra. “Nuestras nuevas creaciones siempre están arraigadas en esta herencia. Estas joyas siguen siendo la principal fuente de inspiración”, explican desde el taller de la firma.

Collar largo transformable en gargantilla de oro amarillo, 57 esmeraldas rusas, rubíes y diamantes. LUIS RIDAO

En una casa que gira en torno al legado, la trasmisión de ese conocimiento lo es todo: “Ahora estamos enfocados en dar a conocer esta profesión a los jóvenes, para que se den cuenta de que estas ocupaciones poco conocidas son perfectamente accesibles”, afirman. En 2012 pusieron en marcha L’Ecole, una escuela abierta al público, previa inscripción, que ofrece cursos variados sobre todos los aspectos de la joyería, de historia a diseño o fabricación impartidas por más de 60 profesionales de la marca (esmaltadores, orfebres, gemólogos, historiadores...).

Broche en forma de pergamino con oro amarillo, oro rosa, rubíes y diamantes.LUIS RIDAO

Actualmente poseen cinco sedes que albergan exposiciones, charlas y bibliotecas de consulta en Hong Kong, Shanghái, Dubái y dos en París. Se trata de una escuela de iniciación para aficionados, pero posteriormente algunos se pueden preparar para ser mains d’or dentro de la marca: “Con tiempo, paciencia y adquiriendo experiencia”. En 2021 lanzaron además una iniciativa anual llamada De mano en mano, que recorre distintas regiones de Francia para acercar el oficio a las nuevas generaciones a través de talleres de artesanos y charlas que abordan los distintos itinerarios profesionales. “Acuden estudiantes, pero también algunos adultos que buscan reorientar sus carreras”, aseguran. La misión es que no se pierda la trasmisión de esas manos expertas que llevan más de un siglo haciendo magia.

Pendientes de granates y oro amarillo y diamantes y anillo de oro amarillo con zafiros azules y malvas, rubíes, esmeraldas y diamantes. LUIS RIDAO

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