La hombrera gigante ha vuelto: cómo y por qué la gomaespuma ha regresado a las pasarelas y previsiblemente, a la calle
La tendencia más osada de los 80 regresa, y por la puerta grande. Saber llevarla es una declaración de intenciones, y pone en jaque al lujo silencioso o el estilo ‘efortless’ imperante los últimos años. Un tendencia no apta para todos los públicos que reta nuestra pasión por vestirnos.
En febrero de este año, la moda se hacía eco de una triste noticia. El diseñador Claude Montana, que junto a Thierry Mugler llevó al extremo la silueta de los 80 sobre hombreras colosales y dramáticas, había fallecido en la capital francesa. Apreciado y criticado a partes iguales, el influjo del minimalismo que se popularizó una década más tarde provocó la quiebra de su empresa en 1997, dejando sus extravagantes diseños en el olvido al comienzo del nuevo milenio.
Su legado, en cambio, parece ser este 2024 el motor de inspiración entre las casas de costura, que con gran entusiasmo acogen las hombreras sobredimensionadas y ancladas en la silueta femenina –la gran lección que Montana vertió en sus diseños– para sus colecciones otoño-invierno. Más de un centenar de registros con la etiqueta Big Shoulders en la web Lauchmetrics, la empresa de análisis de datos y tecnología dedicadas a la moda y lifestyle, se dieron cita en los desfiles de la pasada edición. Pero no siempre de la misma manera.
En este regreso apoteósico de una prominente almohadilla, que encuadra y agranda la línea de los hombros –en contraposición del resto de la silueta–, existen dos vertientes claras. Por un lado, diseñadores al frente de firmas como Balmain, Altuzarra o Saint Laurent que inciden en su dramatismo, al igual que defendieron sus homólogos en los años 80, con siluetas imposibles que anulan la funcionalidad y el estilo effortless.
Por otro, los que se inclinan por actualizarla como parte de un ideario contemporáneo, acorde a las exigencias de una mujer que prefiere llevar la teatralidad a un plano casi anecdótico frente a las necesidades del día a día en su armario. Es el caso de Ferragamo, con sus trajes armados que nos retrotraen a la silueta sahariana popularizada por Yves Saint Laurent en los 70; o la nueva era en la maison Rabanne, con chaquetas que dibujan una caja descomunal (también visible en Etro o Khaite) frente a un look sencillo y atemporal de minifalda y camisa. “La actualización de la hombrera tiene que ver con su uso y el estilismo. No es como en los 80, que se acompañaba de pedrería o prendas de pelo. Ahora hemos sabido llevar la hombrera a una silueta mucho más contemporánea e interesante que remarcar el cuerpo, para dar poder a esa parte del cuerpo femenino”, explica Alejandro Palomo.
El diseñador cordobés conocido por sus diseños vanguardistas que desdibujan el género sabe bien de lo que habla, siendo un elemento clave en sus creaciones desde hace años. “En Palomo Spain la usamos mucho en piezas de tailoring y chaquetas, la llamamos la hombrera quarterback, porque simula una figura de hombros encogidos y enormes frente a una cintura pequeña”.
Una silueta parecida es la que propone Stella McCartney, que asume la hombrera como la espina dorsal de su lujo urbano, ya sea sobre un ejercicio impecable de nueva sastrería o en chaquetas abombadas. La diseñadora británica, además, contiene en su propuesta para este otoño una visión contemporánea de la chaqueta Bar, el gran éxito que Christian Dior creó en 1947. Reconocible por su cintura ínfima y el énfasis puesto en la cintura, esta prenda es actualizada por Carolina Herrera y Altuzarra añaden a su silueta unos prominentes hombros.
Herrera, la firma asentada en la pasarela neoyorquina, también abandera otra fórmula de incorporar la hombrera al armario femenino: la torera. Una prenda que roza el rococó con todo tipo de incrustaciones y abalorios en manos de Nicolas Ghesquière para Louis Vuitton, y ahora aplaudida por el street style más extremo en las capitales de la moda.
Pero en el plano terrenal, ¿es la hombrera apta para todo tipo de mujeres? Para Palomo, más que una cuestión de tipología, lo es de vocación. “La hombrera es favorecedora casi siempre, tanto para hombre como mujer, pero hoy en día no forma parte de un escenario mainstream. Es apta para ti si te tomas en serio tu forma de vestir, genera un statement que te hace poderosa, porque vas a llamar la atención y el look cambia por completo”. Un riesgo que esta temporada, quizás nos deberíamos plantear asumir.
A continuación mostramos una selección de prendas con las que sumergirse en la tendencia Big Shoulders este otoño invierno: