Canadian tuxedo: el ‘look’ que estuvo prohibido y que la moda (y Taylor Swift) recupera hoy
Lo de llevar chaqueta o camisa vaquera combinada con pantalón a juego no es nuevo pero promete alcanzar la viralidad. Esta es la historia del esmoquin canadiense, que nació del escándalo y que ha acabado siendo la propuesta más repetida en las pasarelas internacionales
Taylor Swift mueve un dedo en Instagram y al momento moviliza a más de 300.000 personas que podrían votar en favor de Kamala Harris en las próximas elecciones estadounidenses. Taylor Swift se pone un Canadian tuxedo, o al menos su versión del mismo, y su aprobación puede ser el espaldarazo definitivo a la vuelta de una combinación de prendas –la de chaqueta y pantalón vaqueros– que nunca acababa de irse pero que tampoco nunca acabó de convencer. ¿Hasta ahora?
Hace unos días la milmillonaria artista llegó al estadio Arrowhead de los Chiefs para apoyar a su novio, Travis Kelce, entregada a la tendencia denim on denim: un top de corsé en tejido denim azul, de Versace, y unos pantalones cortos también en tela vaquera en el mismo tono de lavado. Como guiño a los colores del equipo, Swift se puso también unas botas altas de charol en color burdeos y un collar dorado de Mejuri. Su bolso era un Petite Malle de Louis Vuitton. Lo que llevaba Swift era en realidad una variación del “esmoquin canadiense”, un atuendo que nació del escándalo, en cuya historia tienen un papel protagonista el cantante Bing Crosby, la marca Levi’s y un golde de ironía.
Para saber cómo esta combinación acabó siendo algo en la moda, situémonos primero en el año 1851. El cantante Bing Crosby (que había creado del icónico White Christmas y que para ese momento era una presencia habitual en la televisión y el cine estadounidenses) estaba en el apogeo de su carrera. Dos años antes había recibido la llave de la ciudad de Vancouver, en Canadá, de las manos de su alcalde, y esta se convirtió en uno de sus destinos favoritos. La anécdota que nos atañe sucedió precisamente cuando Crosby fue a registrarse al hotel Vancouver, vestido con unos vaqueros azules y una camisa a juego, ambos de Levi’s. El recepcionista, escandalizado ante semejante vestimenta (aún era un acto de rebeldía vestir jeans, que habían nacido por y para el trabajo, por la calle, y de hecho en muchos establecimientos no se permitía la entrada a quien llevara pantalones vaqueros), le negó el acceso.
Aunque el error se subsanó y Crosby pudo alojarse en el hotel, la noticia llegó a las oficinas de Levi Strauss & Co., donde supieron ver una oportunidad, y confeccionaron una chaqueta en tejido vaquero para el artista. Y así, en sus siguientes apariciones públicas, Bing Crosby rizó el rizo e inventó un look que llegaría hasta nuestros días: una americana cruzada, confeccionada en el tejido de los Levi’s azules, con los distintivos remaches y etiquetas rojas de la marca. En el interior aparecía cosido un parche que decía “Aviso para todos los hombres del hotel”. Y en un arranque de ironía, Levi’s bautizó el conjunto: había nacido el Canadian tuxedo en su traducción al español, el esmoquin canadiense.
Esta combinación ganó sus adeptas (y muy famosas: Marilyn Monroe en Vidas Rebeldes, Jane Birkin en Don Juan, Cher en los 70, Madonna en los 80, Kate Moss en Calvin Klein en los 90) pero nunca acabó de resultar sencilla de defender al traspasarla a la calle. Funcionaba como una regla matemática, pero al revés: más denim con más denim en muchas ocasiones acaba significando menos estilo. En el año 2001, sin embargo, el Canadian tuxedo volvió a dar la vuelta al mundo y escribió una página en la historia de la cultura pop que aún se recuerda hoy. Fue la noche del 8 de enero. Se celebraba la 28 edición de losAmerican Music Awards y la pareja del momento apareció sobre la alfombra roja: Britney Spears y Justin Timberlake, las dos superestrellas pop de la década. Ella, con un vestido de patchwork y bolsito de mano a conjunto, todo en tejido vaquero, y él, con un pantalón vaquero, una americana en el mismo tejido y un sombrero “cowboy” hecho de retales de vaquero. De nuevo, Levi’s resignificando el conjunto. En un momento en el que vestir en pareja significaba la compenetración definitiva entre las parejas famosas, este look combinado es una fotografía perfecta de aquel zeitgeist.
Tiempo después el estilista detrás del esmoquin canadiense de Timberlake, Steven Gerstein, habló en la revista Jezebel sobre cómo dio vida a ese look: “Fue una decisión fácil. Justin y Britney estaban saliendo en ese momento. Estábamos en Nueva Orleans cuando Britney y Justin dijeron: ‘Llevemos jeans a juego’. Terminamos usando el traje de Costume National que Justin usó para la portada del álbum Celebrity. Lo rehicimos [con Levi’s]. Britney [llevaría un vestido diseñado por] Kurt y Bart. Cruzamos algunas conversaciones con Levi’s, así que pasó de ser una idea a hacerse realidad en cuestión de días. Fue como su fiesta de graduación. Ellos tuvieron una idea y nosotros hicimos lo que ellos querían”, continuó. “El resto es historia”.
El look ha sido un favorito particular de las celebridades últimamente, como lo demuestra la combinación de chaleco oscuro y jeans de pernera ancha de Katie Holmes, en la misma combinación de denim oscuro, acercando este esmoquin canadiense al extendido “lujo silencioso”. También Victoria Beckham llevó su versión hace un par de temporadas, con un look de su propia marca que combinaba una chaqueta entallada ceñida a la cintura con “jeans” acampanados, ambos en un tono oscuro de azul, y los accesorios precisos: gafas de sol de Celine, bolso inspirado en Jackie O. y unas sandalias de tacón. Irina Shank, Pamela Anderson, Julianne Moore, Elsa Hosk, Sydney Sweeney, Jennifer Lopez: se trata de una combinación de prendas que trasciende estilos y generaciones.
Efectivamente, Swift no ha sido la primera en llevar este look, pero quizá sí la que faltaba por hacerlo para convertirlo en una de las apuestas del otoño. El perfil de análisis de tendencias Data but Make it Fashion ya anunciaba en febrero que la popularidad del “denim on denim” había crecido más de un 8% durante las semanas de la moda celebradas a principios de año. En desfiles recientes de las colecciones de otoño, la combinación “denim on denim” ha sido un tema recurrente en diversas marcas, como Prabal Gurung, Miu Miu, Coperni, Gabriela Hearst, Victoria Beckham, Schiaparelli, Prabal Gurung o Diesel, y continúa en las de primavera de 2025 de marcas como Coach, Kenzo, Louis Vuitton, Off-White, Sacai, Chanel, MM6 Maison Margiela, Sportmax, Versace, Victoria Beckham, Fendi o Dries Van Noten, solo por nombrar algunas. Incluso Balenciaga lo elevó a la alta costura en su colección de 2022.
¿Pero por qué tantos reivindican una combinación que no es fácil de llevar, ni está asegurado que vaya a favorecer? La respuesta la encuentra The New York Times en un artículo en el que se pregunta quién tiene miedo hoy al doble vaquero: “Una cosa que el tiempo y los acontecimientos recientes han alterado es nuestra relación con la formalidad de los trajes tradicionales y, en ese sentido, con la formalidad en sí misma”, escribe el periodista Guy Trebay, que lo ve como un reconocimiento de nuevos valores alineados con las necesidades de los nuevos consumidores: la ropa práctica siempre tiene la capacidad de conectar con la gente de una manera significativa y hoy en día, con los códigos de la formalidad desdibujados, el denim doble hace lo mismo que un traje, crea la sensación de estar arreglado y de vestir de manera intencional, aportando un acabado más relajado que transmite cercanía, accesibilidad y poca pretensión. La propuesta ha aterrizado ya en grandes marcas comerciales, desde Lefties a Mango o Bimba y Lola, donde se combinan chaquetas y camisas con faldas y pantalones en el mismo tejido denim. En definitiva, donde alguna vez hubo algún estigma sobre el esmoquin canadiense, hoy hay una respuesta firme: cualquier cosa, con un buen estilismo, es capaz de verse bien.