De las faldas de ‘Braveheart’ a los ‘shorts’ de ‘Dirty Dancing’: los errores de vestuario más llamativos del cine
Las críticas vertidas a la falta de rigurosidad histórica de la recién estrenada ‘Napoleón’ se suma la película de Ridley Scott a la larga lista de filmes que, deliberadamente o no, han introducido anacronismos o imprecisiones en sus escenas
“Cuando tengo problemas con historiadores, les pregunto: ‘Perdone, ¿estuvo usted allí? ¿No? Pues entonces cállese la boca”. Si por algo será recordada la gira de promoción de Napoleón, la esperada película sobre el emperador francés protagonizada por Joaquin Phoenix, no será ni por su conquista del Museo del Prado, con decenas de soldados a caballo, ni por haber herido la sensibilidad del público galo, sino por la salvaje verborrea de su director, Ridley S...
“Cuando tengo problemas con historiadores, les pregunto: ‘Perdone, ¿estuvo usted allí? ¿No? Pues entonces cállese la boca”. Si por algo será recordada la gira de promoción de Napoleón, la esperada película sobre el emperador francés protagonizada por Joaquin Phoenix, no será ni por su conquista del Museo del Prado, con decenas de soldados a caballo, ni por haber herido la sensibilidad del público galo, sino por la salvaje verborrea de su director, Ridley Scott. A sus casi 86 años, el legendario cineasta está conquistando las redes por la honestidad brutal que despliega ante la prensa y, muy particularmente, contra los historiadores que ponen en duda la veracidad de los hechos narrados en el filme. Que si el militar no asistió a la decapitación de María Antonieta, que si no cargó con el sable en la batalla de Waterloo, que si jamás disparó a las pirámides de Egipto… El responsable de Blade Runner califica de “gilipolleces” estás acusaciones asegurando que, con más de 2500 libros escritos sobre Bonaparte, es imposible pretender tener una versión fidedigna de los hechos acaecidos y que antepone el entretenimiento porque “una película no es una lección de historia”.
Pero Napoleón no es el primer filme –ni será el último– criticado por la imprecisión respecto a sucesos, personajes, atrezzo o vestuario, siendo esta la última categoría la más prolífica de todas en cuanto a errores no intencionados. Como equivocarse es de humanos, aquí recopilamos algunos de los fallos más inolvidables del séptimo arte.
Película: Orgullo y prejuicio
¿Qué estaría mal?: Unas botas
Explicación: No seremos nosotros los que carguemos contra la estupenda adaptación de la novela de Jane Austen estrenada en 2005, pero las botas de lluvia que vemos lucir a Elizabeth durante su metraje, también llamadas wellies y que están en plena tendencia este otoño, tardarían casi un siglo en ser concebidas. Fue el duque de Wellington allá por 1817 quien pidió a su zapatero unas botas enceradas, con la horma más ancha y una caña más corta para protegerse con comodidad de la temporada de lluvias.
Película: Django desencadenado
¿Qué estaría mal?: Las gafas de sol
Explicación: Pese a que las gafas estilo steampunk que luce Jamie Foxx redondean un look icónico presente hasta en el póster, lo cierto es que no existían como tal en el Estados Unidos de mediados del siglo XIX. Teniendo en cuenta el estilo innegociable de Tarantino, cabe pensar que quizá sea una imprecisión consciente ya que parece un homenaje nada velado a las gafas lucidas por Charles Bronson en la película El desafío del búfalo blanco. Las gafas de sol con cristales tintados se popularizaron a partir de mediados del siglo XX.
Película: Braveheart
¿Qué estaría mal?: Cientos de kilts
Explicación: Estas faldas escocesas que lucen los guerreros dirigidos por Mel Gibson hacia la libertad no se habían inventado a finales del siglo XIII y tardarían varios siglos en convertirse en un icono del país británico. Algunos defensores del filme han argumentado que no son faldas lo que visten, sino unas capas que anudan al hombro y cubren el cuerpo a modo de túnica, pero en ese supuesto, también sería una equivocación ya que esa vestimenta es tradicional en las Highlands y no de las tierras bajas de Escocia, lugar de procedencia del legendario William Wallace. Por cierto, tampoco se pintaban las caras de azul.
Película: Dirty Dancing
¿Qué estaría mal?: Los shorts de Baby
Explicación: La inocente Frances Houseman disfruta de su despertar sexual junto al profesor de baile interpretado por Patrick Swayze en este clásico del cine ochentero y, en una de las escenas, lo ejemplifica ensayando cerca del lago luciendo un body rosa y unos shorts. Sin embargo, los hechos del filme romántico datan de principios de los años sesenta, un par de décadas antes de que estos pantalones llegaran a los armarios de todo el mundo. La curiosidad en este caso es que ni siquiera es un error achacable al equipo de figurinistas de la película ya que, según contó la propia Jennifer Grey a InStyle, los shorts de la película eran de su propiedad. “Y estoy muy segura de que eran Levi’s porque todo lo que vestía era de esa marca, estaba obsesionada con ella”.
Película: Troya
¿Qué estaría mal?: Una sombrilla
Explicación: El filme protagonizado por Brad Pitt ha sido castigado con dureza por sus múltiples ‘licencias’ históricas, como la escena en la que Paris (Orlando Bloom) desfila por Troya junto a su amada Helena (Diane Kruger) protegidos por una sombrilla que se inventaría nada menos que 800 años después. Además, también cuenta con varios planos de soldados muertos con monedas en los ojos antes de quemar sus cuerpos pese a que las monedas todavía no existían en el 1200 a.C.
Película: Los diez mandamientos
¿Qué estaría mal?: Un vestido
Explicación: Además de por Eva al desnudo, el gran papel en la carrera hollywoodiense de Anne Baxter fue el de la reina Nefertari en el péplum de Cecil B. DeMille, interpretando al personaje con una seductora majestuosidad que se apoya en un vestuario no menos esplendoroso. Pero uno de sus looks más icónicos, un vestido azul turquesa con transparencias, es fruto únicamente de la imaginación de los figurinistas ya que no era posible teñir la seda de ese color en el antiguo Egipto.
Película: Pompeya
¿Qué estaría mal?: Un color
Explicación: En la película protagonizada por Kit Harington (Juego de Tronos) que pasó sin pena ni gloria por la taquilla, nos encontramos a Kiefer Sutherland dando vida al senador Marco Valerio Máximo Corvo. Tanto este como sus hombres más fieles lucen ropajes color púrpura o amatista, un tinte que en la antigua Roma era tan exclusivo que su producción era controlada y hasta castigada por las autoridades. Precisamente en los tiempos de Pompeya, el emperador Nerón se consideraba la única persona que tenía derecho a vestir de púrpura y su uso podía considerarse traición y conducir a la ejecución. Así que no, Corvo jamás podría haber usado ese tinte y seguir vivo para ver la erupción del Vesubio.
Película: Mientras dure la guerra
¿Qué estaría mal?: Un bigote
Explicación: Mantenía el general Gonzalo Queipo de Llano que el principal sacrificio que había hecho Franco por la sublevación militar del 18 de julio era afeitarse el bigote para que no se le reconociera cuando llegase a Marruecos y este es uno de los errores destacados por los expertos en la película de Alejandro Amenábar sobre Miguel de Unamuno. En el filme, Franco (interpretado por Santi Prego) luce en todo momento su característico bigote pese a que el dictador se lo afeitó camino de Tetuán para evitar ser reconocido e interceptado.
Película: Regreso al futuro
¿Qué estaría mal?: Una guitarra
Explicación: Uno de los momentos más icónicos de este clásico de la ciencia-ficción es cuando Marty McFly (Michael J. Fox) deja deslumbrados a los asistentes al baile de graduación del instituto de sus padres con su interpretación del Johnny B. Goode de Chuck Berry. ¿Cuál es el problema? Que la Gibson ES-345 que toca Marty no vería la luz hasta tres años después de aquel 1955. Es hora de volver a viajar en el futuro.
Película: Argo
¿Qué estaría mal?: Un reloj
Explicación: La obra ganadora del Oscar a la mejor película del año 2012 narra la increíble historia de cómo un grupo de agentes de la CIA rescataron a varios diplomáticos durante la crisis de los rehenes en Teherán bajo el pretexto de grabar un filme de Hollywood. Una crisis que tuvo lugar entre 1979 y 1981 y no en 2008, año en el que fue lanzado el modelo de Rolex que luce su protagonista, Ben Affleck, durante varias escenas. Según cuentan algunos testigos, los responsables de vestuario tenían preparada una réplica vintage del reloj, pero el actor, que también dirigía la película, prefirió lucir el modelo mencionado pese al anacronismo. Donde manda patrón…
Película: The Doors
¿Qué estaría mal?: Unas gafas de sol
Explicación: Tanto la crítica como el público fueron unánimes respecto a la grandísima interpretación que Val Kilmer hace de Jim Morrison en el biopic dirigido por Oliver Stone. Dejando eso a un lado, hay un error que los fans más acérrimos del vocalista de This is End reconocieron al instante: Kilmer aparece con unas estilosas gafas Ray-ban que comenzaron a comercializarse en la década de los ochenta. Para lamento de los melómanos, Morrison falleció en 1971.
Película: Sin perdón
¿Qué estaría mal?: Un pantalón
Explicación: Hay errores que son más comprensibles que vergonzantes y el cometido en el magnífico western crepuscular de Clint Eastwood es uno de ellos. El sheriff interpretado por Gene Hackman luce cinturón cuando no eran demasiado comunes en la época y, además, sus pantalones llevan trabillas, años antes de que esas tiras de tela que lo sujetan fueran inventadas.