Madres después de los 40: Hollywood confirma el paradigma de la nueva maternidad

Rachel Weisz, Diane Kruger o Brigitte Nielsen son algunos de los nombres de actrices que se suman a la lista de madres tardías. Un modelo cada vez más extendido que sigue generando sorpresa y conversación.

Rachel Weisz espera su segundo hijo a los 48 años.Getty

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Madres maduras y con una carrera sólida a sus espaldas marcan el paradigma de la nueva maternidad. El ejemplo es claro en Hollywood y se hace extensible al mundo occidental. Las cifras dicen que la edad media para tener el primer hijo biológico ronda los 30 años en España, según el INE, y el 33% de los niños nacidos en nuestro país son hijos de mujeres de más de 35. En Estados Unidos la cifra es menor, el primero llega alrededor de los 26, apunta el NCHS, pero lo remarcable es que el número está aumentando de manera exponencial (entre el año 2000 y el 2014 pasó de 24,9 a 26,3). Un desafío al reloj biológico, que apunta mayor dificultad para el embarazo a partir de los 32 años, y que se enfrenta a la presión de lo que viene después, considerado generalmente como un camino de (más) preocupaciones y posibles tratamientos ginecológicos. Diane Kruger embarazada de su primer hijo con 41, Jessica Weisz contando que va a ser madre por segunda vez a los 48 o el caso que ha dejado boquiabierto a más de uno, Brigitte Nielsen embarazada de de nuevo con 54 años, son los últimos ejemplos del modelo que ya interiorizamos.

El mandato de la sociedad es claro: sé madre cuando consigas un trabajo estable y, preferiblemente, una pareja. Pero tiene trampa. Inestabilidad económica y dificultades inherentes a ser mujer (menos oportunidades, salarios menores y techo de cristal) condicionan la fórmula. El cóctel que resulta es mujeres trabajadoras que cuando se plantean si van a querer ser madres o no, ya rondan la cuarentena.

No parece casualidad entonces que actrices como Diane Kruger, 41, afronten la maternidad por primera vez a estas edades. La actriz de Malditos Bastardos y su pareja, el actor Norman Reedus, no lo han confirmado, pero según apuntaba la publicación US Weekly, van a ser padres. Su Armani Privé con vuelo en la alfombra roja de Cannes que no dejaba intuir su barriga y una publicación en su Instagram felicitando el Día de la Madre en francés suscitaban las sospechas. Por qué ahora y no antes puede estar ligado también a la tiranía propia de la industria de Hollywood. El hecho de que la edad de actividad de las actrices tiene una fecha de caducidad es una ley no escrita que, aunque en los últimos años está cambiando gracias al despertar feminista con el que ellas se rebelan y toman las riendas haciéndose un importante hueco en los puestos decisivos (dirección, producción o guion) -véase Reese Witherspoon- aún impera. Imposible no acordarse del sketch Last Fuckable Day (El último día follable), de Amy Schumer, en el que Tina Fey, Patricia Arquette y Julia Louis-Dreyfus celebran el último día de esta última como alguien a quien los medios consideran que será creíble en la ficción que alguien pueda desear. O destacar la manía de Hollywood de buscar a mujeres que interpretan a madres imposibles que, en la vida real, apenas se llevan cinco o diez años con sus hijos de las pantalla.

Diane Kruger espera su primer hijo con 41 años.Getty

Otro caso reciente de embarazo pasados los 40 y confirmado es el de Rachel Weisz, a sus 48 años va a ser madre por segunda vez. El de la coprotagonista de Desobedience responde a otro modelo que también se estila en la meca del cine: ser madre de nuevo con tu segunda pareja. Casados en 2011, Weisz y Daniel Craig afrontan cada uno su segunda paternidad (ella es madre de Henry, de 11 años, por su anterior matrimonio con Darren Aronofsky y él de Ella, de 26, hija también de Fiona Loudon). La actriz lo contaba en una entrevista en The New York Times: «Lo enseñaré pronto. Daniel y yo estamos muy felices. Vamos a tener un pequeño humano. No podemos esperar para conocerlo. Es todo un misterio”. Días después aparecían las primeras imágenes de la actriz con barriga por Nueva York.

Rachel Weisz, embarazada a los 48 años.Getty

Uno de los ejemplos más tardíos (y sorprendentes) es el de Brigitte Nielsen, que a sus 56 años y junto a su quinto marido, Mattia Dessi, va a ser madre de su quinto hijo. Lo anunciaba a finales de mayo en Instagram con una fotografía enseñando una barriga en avanzado estado y en la que los comentarios que especulan sobre la posibilidad de que congelara óvulos o se haya sometido a otro tipo de tratamiento de fertilidad no se han hecho esperar. La actriz de Rocky IV y ex mujer de Stallone se aleja aún más de lo esperado de esos cánones que otras compañeras de profesión ya revolucionaron con anterioridad. Como Halle Berry, madre por sorpresa por segunda vez a los 47 cuando ya incluso sentía los síntomas de la premenopausia, según contó en el programa de Ellen DeGeneres, o Nicole Kidman, cuyo primer embarazo (pero tercer hijo) llegó a los 41.

Un suma y sigue de presiones. Las que finalmente se lanzan a ser madres seguramente ya han tenido que lidiar con el ‘fenómeno Jennifer Aniston’, medios que llevan intentando adjudicarle un embarazo con insistencia desde la treintena, la pregunta recurrente en entrevistas de ‘¿ser madre para cuándo?’ y el empuje constante a que completen ese combo de superwoman que se exige a las mujeres (éxito laboral y excelencia en la maternidad y los cuidados domésticos) tan propio de estos tiempos.

Tampoco faltarán en pleno embarazo quienes se sumen a opinar sobre los riesgos de la maternidad tardía. A la vista están los comentarios en la publicación de Brigitte Nielsen: “Mantenerse al día con un niño pequeño será difícil a sus 60 años”, escribía la usuaria Dawn Pruitte en Instagram. El camino es más complejo, sí. “A partir de los 37-38 años la única solución de la disfunción reproductiva es apelar a un tratamiento de fecundación in vitro”, apuntaba el doctor Isidoro Bruna en un artículo titulado Ser madre mayor: riesgos y ventajas de El País. Y tiene contras, como el riesgo de padecer alteraciones cromosómicas o más complicaciones de cara al parto. Pero la maternidad tardía también tiene ventajas, generalmente ligadas al plano psicológico. Mayor madurez y capacidad para criar, además de mejores condiciones económicas para hacerlo, como explicaba la psicóloga clínica Ángeles Sanz en el mismo artículo. Halle Berry defendía con contundencia este modelo en The Wendy Williams Show: «Soy mucho mejor madre a los 46, o 41, de lo que habría sido a los 21 o 25. Entonces yo era una cría tratando de descubrir quién era, no era momento de tener la responsabilidad de ayudar a otra pequeña alma a desarrollarse o crecer. Estoy muy contenta de haber esperado”.

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