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Más acción y menos palabras: 44 mujeres que luchan por la igualdad

Además de destacar en sus respectivas profesiones, son activistas por convicción. Ellas son el ejemplo de que la lucha feminista ya es imparable. Pese a quien le pese.

Cineasta y activista: Leticia Dolera. «No tener miedo a incomodar por alzar la voz». Eso implica la lucha feminista para Leticia Dolera, cineasta, actriz y autora de Morder la manzana (Planeta). A ella, que a los 20 no se consideraba feminista, la vida le dejó claro que hoy el mundo es «resultado de una cultura machista que nos discrimina y no confía en nosotras». Por eso llevó su activismo al papel y sobre él, incluso, se atrevió a denunciar varias situaciones de acoso. «En el caso de las actrices, siempre eres tú más tu cuerpo, que se pone en relevancia». De ahí que el manifiesto francés contra el ‘puritanismo sexual’ le inspirara tristeza: «No creo que nadie tenga que tener el derecho a importunar». Cuando buscó financiación para su primera película Requisitos para ser una persona normal (2015) no le extrañó escuchar frases del tipo: ‘¿Y quién te va a ayudar a dirigirla?’. Tampoco dudó, «de manera natural», que había mujeres capacitadas para ser jefas de equipo, «y tuve una directora de arte, una jefa de vestuario y una compositora musical, que es un terreno masculinizado… El capital confía menos en nosotras, cuando está demostrado que somos rentables». Sobre la mesa, los datos: «A cuanta más edad, menos líneas de diálogo. Y en 2017 solo un 8% de pelis hechas por mujeres… Claro que en los Goya se habla de los peliculones que hacemos, pero no se nos juzga igual. Parece que si pedimos el espacio que nos pertenece tenemos que hacerlo siendo excelentes, cuando en la vida, en cualquier proyecto, el fracaso o el error forman parte del crecimiento personal».
Juristas (de izda. a dcha.): Amalia Fernández Doyague y Victoria Ortega Benito. Victoria Ortega Benito es la primera presidenta del Consejo General de la Abogacía Española. Trata de visibilizar a las mujeres «porque preocupa que los estereotipos de género influyan en su acceso a la justicia». Para mejorarlo, ha puesto en marcha un plan de igualdad y una guía para letrados con enfoque de género. Ortega pertenece a la Asociación de Mujeres Juristas Themis. Esta se creó por un grupo de abogadas en 1987, «para que la igualdad sea central en la agenda del Estado. Solo así podremos tener una vida libre de violencia», explica su presidenta, Amalia Fernández Doyague. Luchan por conseguir una Constitución formalmente paritaria ya que la de 1978 no recogía la desigualdad real. «Quizá tenga que ver con que ninguna mujer formó parte de la ponencia constitucional», apunta. Piensa en la foto de la apertura del año judicial con 12 hombres junto al Rey. «Si representamos al 64% de juezas y magistradas menores de 50 años, ¿cómo una justicia democrática sigue trasladando a la sociedad esa imagen?». «En la justicia duele más porque no puede haberla sin igualdad», remata Ortega.
Tecnología: Cristina Aranda y Carolina Castillo. «Cuando estudié ingeniería electrónica éramos cinco mujeres de 100 personas, aquello marcó mi personalidad para no sentirme inferior y lograr mi máximo potencial», recuerda Carolina Castillo, directora del área de Consumo de Microsoft para España y Portugal. Su compañía supera la media nacional del sector con un 37% de mujeres, cifra que en dirección se eleva al 42%. «Una iniciativa muy efectiva es incluir entre los candidatos, al menos, a una mujer». Además, han ampliado, con el 100% del salario, el permiso de maternidad a 20 semanas y el de paternidad a seis –en vez de las 16 y cuatro, respectivamente, que contempla la ley–. Castillo cree en la importancia de los role models y participa en iniciativas «como webinars para mujeres que quieren estudiar ingeniería». Precisamente para mejorar ese ratio y hackear estereotipos, Cristina Aranda cofundó Mujeres Tech en 2015. Comenzaron con talleres de robótica o programación para niñas. Hoy forman una comunidad de más de 320 participantes en varias capitales españolas y han hecho más de 30 talleres inclusivos. «Contar con más talento femenino aumentaría el PIB europeo en 9.000 millones de euros», señala y anima a las mujeres «a dejar de trabajar en silencio, tenemos que autoempoderarnos y mostrar nuestros logros, hacernos definitivamente visibles».
Directoras de medios: Magdalena Trillo, Magda Bandera, Montserrat Domínguez y Ana Pardo de Vera. Un 61% de mujeres estudia Periodismo, pero en los diarios solo el 21% de los artículos de opinión los firman mujeres. Magda Bandera, directora de La Marea, destaca que las que están al frente de un medio de comunicación son una excepción. «Somos poquísimas y puedo asegurar que todas estamos muy concienciadas. Se nota en los enfoques de la información». En La Marea no llevan publicidad machista y usan lenguaje inclusivo. «También insisto en contar con expertas», añade. En Público, su directora Ana Pardo de Vera ha introducido la perspectiva de género en la redacción porque «el periodismo es feminista o no es periodismo. No se puede dar una visión honesta de la realidad ignorando al 51% de la población». Otro medio que acaba con estereotipos es El HuffPost, la versión española The Huffington Post, fundado por Arianna Huffington. «La sensibilidad hacia la discriminación de género es nuestra seña de identidad», explica Montserrat Domínguez, al frente de este medio digital donde «hay paridad y un estudio ha revelado que somos el diario con mayor número de artículos y blogs de opinión firmados por mujeres», añade. Sin embargo, Magdalena Trillo, directora de Granada Hoy y única mujer al mando de un diario en Andalucía, destaca que en su redacción «todas las periodistas madres han solicitado reducción de jornada para cuidar a sus hijos». Las directoras apuntan que los horarios laborales españoles perjudican a quien tiene personas a su cargo, por ejemplo, con las reuniones vespertinas de los políticos. «Hay que racionalizarlos, pero es inviable si la transformación no es compartida», subraya, mientras Pardo de Vera recuerda que aunque «hay muchas periodistas influyentes, faltan directivas: solo hay un 15%. Esa es la gran revolución pendiente».
Redes: Sarah Harmon.  En 2004, Sarah Harmon decidió mudarse a España atraída por la igualdad: «En Inglaterra solía ser la única mujer del equipo, pero en España veía a Rosa García al frente de Microsoft con un montón de directivas. Quería estar ahí». Hoy es directora de LinkedIn España y Portugal y, desde la atalaya de la mayor red social laboral del mundo, advierte: «Hay una brecha de liderazgo femenino en tecnología que puede crecer». En España, las trabajadoras representan solo el 24% del sector y menos del 15% de estudiantes de ingeniería electrónica o informática son féminas. «Incluso en LinkedIn faltaba paridad», reconoce, involucrada en remediarlo: «En un sector tan competitivo, una plantilla diversa ayudará a ganar». Para ello bonifican a los equipos con mayor igualdad de género, crean redes de mentoras y apuestan por el flexitrabajo, el cambio que considera más relevante para la mujer. «Adaptar los modelos de negocio anticuados es beneficioso para todos. Nosotras no somos ningún problema, somos la solución». Por eso, Harmon obliga a los hombres de su equipo a conciliar. «Yo he sufrido el ‘impuesto de la maternidad’. La forma de eliminarlo es ser igual de responsables y con la misma baja por nacimiento».
Pensadoras: Alicia Puleo y Antoinette Torres Soler. La de Antoinette Torres Soler es una revolución dentro de la revolución. Ella reivindica, dentro del feminismo, poner el foco en los problemas específicos. «Quiero situar en primer plano, no el patriarcado, sino la deshumanización de la mujer racializada, una debe ser persona para resolver situaciones como la educación o el derecho a la oportunidad». Para ella, el feminismo blanco o hegemónico evita dirigir la mirada a estas problemáticas y por eso desde su plataforma Afroféminas, seguida en más de 70 países, decidieron no sumarse a la huelga del 8 de marzo: «En los medios no estaba presente ninguna de las preocupaciones de las mujeres racializadas. Yo no quiero ser una nota de color». Alicia Puleo, filósofa ecofeminista, asegura que si el feminismo atiende a la situación de la mujer en cada época, el medio ambiente debe estar presente. Como Torres Soler, cree que existe un feminismo asimilado o al menos un esfuerzo en esta dirección. «El sistema socio-económico tiende a diluir las disidencias y las posiciones críticas, asimilándolas de manera que no afecten a las relaciones de poder. Ahora bien, a pesar de esto, creo que vivimos un momento de auge muy especial y que eso es bueno».
Músicas: Rozalén, Cora Novoa y Rocío Saiz. Parecen muy distintas pero la dj y compositora Cora Novoa, la cantautora Rozalén y la promotora musical y front woman de Las Chillers Rocío Saiz están en el mismo equipo: el del cambio de la industria musical, de esos festivales que incluyen solo un 15% de artistas femeninas, y en algunos, ni eso. Rozalén presenta su disco Cuando el río suena (Sony Music). Su canción La puerta violeta se ha convertido en himno: «Escuché a mujeres cantarla en la manifestación del 8M. Ahí eres consciente del poder transformador de la música. Hay situaciones en las que tienes que posicionarte, yo hice la canción porque tenía que dibujar esa puerta para liberarme». Cora Novoa une música, arte y diseño en su sello Seeking the velvet. Cuando empezó en la electrónica casi no existían referentes femeninos nacionales. Ella es parte activa de la plataforma internacional shesaid.so, sobre todo en Barcelona. «La unión es muy importante. Somos como una familia que sirve de red de apoyo e intercambio a mujeres profesionales de la electrónica y otros campos de la música. Nos ayudamos las unas a las otras, esta es la realidad, los estereotipos son falsos». Novoa también forma parte de la Asociación de Mujeres en la Industria de la Música (MIM), de cuya junta directiva Rocío Saiz es el miembro más joven: «La conciencia feminista está en todo lo que hago, para mí es imposible no tener presente esta visión en cada concierto, pinchada o festival, es el lugar desde el que trabajo y mi revolución. Como jefa de producción musical he trabajado con equipos técnicos casi siempre compuestos por hombres y me ha costado ganarme la credibilidad, así que tengo muy presente todo lo que hay que cambiar».
Empresarias: Ana Ruiz Jiménez y Yaiza Canosa. Hay sectores masculinos donde las mujeres triunfan. Ana Ruiz Jiménez, CEO de TD&T y doctora en Ciencias Físicas, quiere «tener la mejor empresa de ingeniería de diseño de ventilación de túneles del mundo». Anda cerca. Ya tiene oficinas en Madrid, Ryad y Nueva York, donde ha sido la elegida para supervisar el proyecto de túnel bajo el río Hudson. «No somos más blanditas, ni menos. Somos tan capaces como cualquiera», dice. Pertenece a Women CEO y comparte sus trucos para destacar en las ‘grandes reuniones’: «A un ámbito duro, lleno de hombres de 60 años, llevo traje pantalón, zapato con plataforma que impone y el pelo recogido. Las mujeres no tenemos necesidad de buscar atajos». Dicen que Yaiza Canosa, fundadora de la empresa de transportes LetsGoi, consigue los mejores contratos porque racionaliza tiempos como nadie. «Mujeres que llevan en logística 20 años me cuentan que al entrar en una reunión de hombres con corbata, la reacción era de susto. Yo entro y solo se sorprenden. El siguiente paso es la normalización». El lema de Canosa es ‘No sabía que era imposible así que lo hice’ y añade que en su sector «ser mujer –y joven– te obliga a tener que demostrar más cosas, pero cada paso dado es uno menos para conseguirlo».
Arquitectas: Ariadna Cantis, Aurora Adalid, Izaskun Chinchilla y Marta Parra. «La arquitectura y el urbanismo son nuestro ecosistema. Si vivimos en ciudades machistas y excluyentes y nos acostumbramos a ellas, reproducimos todas sus agresiones», explica Aurora Adalid, arquitecta del colectivo Zoloark que, como sus compañeras de fotografía, está asociada con otras mujeres de su sector para mejorarlo. Ariadna Cantis, directora de Comunicación de COAM, por ejemplo, habla de la Asociación de Mujeres Arquitectas de España (AMAE): «Es la herencia del change.org que lanzamos en 2016, ¿Dónde están las arquitectas? Un grupo de mujeres destinado a promover la igualdad en todos los ámbitos de la arquitectura». Porque aquí la igualdad es vital, como asegura Izaskun Chinchilla: «Una vivienda donde pueda organizarse un espacio de trabajo siempre hará más fácil la conciliación, es uno de los muchísimos ejemplos que puedo poner. La tradición académica, que han forjado los varones, ningunea estas reflexiones porque las considera menudencias de amas de casa frente a los grandes temas de la arquitectura que, agárrense fuerte, son fundamentalmente compositivos como hacer volúmenes equilibrados y fachadas austeras». Y la desigualdad vigente se manifiesta de maneras tan crueles y absurdas como que ni siquiera los paritorios están adaptados a las necesidades de las madres. Marta Parra, la mitad del estudio Parra-Müller, se ha llevado el galardón internacional IIDA, por el proyecto de la nueva unidad de parto del Hospital Universitario HM Nuevo Belén en Madrid, que adapta la arquitectura a las personas que la usarán. «La mujer que va a parir es una mujer sana y el ambiente en el que lo hace se trata como cualquier espacio del hospital. El parto requiere unas condiciones de tranquilidad e intimidad, no que la mujer tenga la sensación de que está en un quirófano porque la mayoría de los partos no lo necesitan».
Ciberactivistas: Ana Isabel Bernal Triviño, Patricia Horrillo e Isabel Mastrodoménico. «Incorporar la perspectiva de género a la comunicación es clave porque nos construye y sirve de referente», dice Isabel Mastrodoménico, de la Agencia Comunicación y Género. Hoy el vehículo para hacerlo es Internet, herramienta de cambio donde trabajan estas tres mujeres desde el ámbito académico, de la investigación social y el periodismo. Mastrodoménico da pasos para moldearlo hacia la igualdad. Su agencia ha sido elegida para cumplir uno de los puntos del pacto de Estado contra la violencia de género: la formación para informar con perspectiva de género a periodistas de la televisión pública. Patricia Horrillo, periodista y activista, está cambiando la mayor plataforma de consulta del mundo: Wikipedia, que parece neutral, pero no lo es. «No llegamos al 10% de editoras, y de todas sus biografías, solo un 16% son de mujeres». Para solventar la brecha, Horrillo organiza Editatonas desde 2015: «Maratones de edición temáticos. Llevo unos 15 sobre fotógrafas, compositoras, científicas, viajeras… ». Ana Isabel Bernal-Triviño más que una ciberactivista es una doctora en Periodismo, profesora en la Universitat Oberta de Catalunya y periodista con mucha presencia en Internet. Acaba de recibir un premio por su defensa de los derechos de la mujer del Instituto de Derechos Humanos de Catalunya. Ella señala que uno de los grandes momentos de esta oleada de cambio lo ha traído el #MeToo. «La red ha sido como los grupos de autoconciencia de los setenta. El sentimiento de unión es el mismo. Cada tuit ha llevado a la reflexión y autocrítica de todo un sistema».
Servicio doméstico: Edith Spínola. «Lo más duro fue darme cuenta de que nuestra labor es invisible a ojos de la ciudadanía», explica Edith Espínola, de SEDOAC, entre cuyos objetivos destaca la inclusión de las empleadas domésticas en la Ley de Riesgos Laborales, ya que manipulan productos tóxicos, limpian cristales sin protección o están expuestas al contagio cuando curan a personas a su cuidado. «Y sería fundamental cotizar por nuestro salario real. El Régimen Especial en el que estamos en la Seguridad Social nos discrimina», concluye, con un mensaje: «Sin nosotras, millares de personas no podrían ir a su trabajo. Nosotras hemos frenado en gran medida la crisis de cuidados en una población tan longeva. Ahora necesitamos el apoyo de nuestros empleadores para que el gobierno reconozca nuestro trabajo, nos brinde igualdad de condiciones laborales y crear una sociedad basada en la justicia».
Cine: Mabel Lozano y Eva Díaz Iglesias. Mabel Lozano ha indagado, a través del cine, en el despiadado mundo de la trata de mujeres: «En El proxeneta entrevisté al dueño de 12 macroburdeles. Cuando le decía que hay políticos hablando de regularizar la prostitución, él respondía: ‘Joder, pues a estos no hay ni que corromperlos». Ella muestra el problema y va a los orígenes: «Esto se erradica desacelerando la demanda. Yo trabajo en centros educativos con mis documentales, con chicos de 14 años». Su cine es una herramienta de transformación social. En el caso de Eva Díaz Iglesias, su mera presencia como directora de fotografía ya es transformadora. «Cuando empecé se nos podía contar con los dedos, la industria no era consciente de que había que apoyar a las técnicas. Últimamente se ha notado algo de cambio, cada vez es más fácil ver un equipo de cámara compuesto por mujeres, hace 15 años eso era impensable. Pero seguimos siendo pocas en puestos de mando».
Investigación: Teresa Suárez. Si algo tiene claro Teresa Suárez, vicedirectora del Centro de Investigaciones Biológicas y vocal de la Comisión de Mujeres y Ciencia del CSIC, es que no porque el tiempo avance, las cosas cambian (en consecuencia). Que hay que trabajar y organizarse para obtener resultados y que, como corresponde a una mente científica, lo que sí debe estar es apoyado en datos. Ella forma parte de la Comisión de Mujeres y Ciencia del CSIC, que asesora a la presidencia en cuestiones de género y propone acciones destinadas a conseguir la igualdad. Una de las más decisivas es la existencia, desde 2005, de tribunales paritarios que han hecho posible el descenso en el CSIC del denominado ‘índice del techo de cristal’ (de 2,13 en 2005 a 1,46 en 2012; siendo 1 el equivalente a la igualdad). A Teresa Suárez le preocupa que exista la sensación de que hay una igualdad efectiva cuando no es así. «El número de mujeres en Ciencia y Tecnología se ha incrementado de manera muy evidente desde los años noventa y principio de este siglo, sobre todo con la presencia entre de mujeres en la universidad. De hecho, actualmente, la mitad de las tesis doctorales presentadas son femeninas. Sin embargo, se observa un estancamiento en los últimos años, el número de féminas en las ingenierías sigue sin crecer y la incorporación a los niveles profesionales más altos todavía registra una evolución muy lenta».
‘Indie’ feminista: Lucía Lijtmaer, Elisa McCausland y Carla Berrocal. En 2013 cuando varias mujeres, entre ellas Carla Berrocal y Elisa McCausland, crearon el Colectivo de Autoras de Cómic, las reacciones en el sector fueron virulentas. «Se nos echaron encima. Muchos autores se posicionaron en contra. Es curioso cómo ha ido evolucionando todo. Ahora, tras la manifestación del 8M muchos se han convertido en aliados. Lo importante es que esto continúe en el tiempo», dice Berrocal. Ella y McCausland también comisariaron la exposición Presentes: autoras de tebeos de ayer y hoy promovida por AECID. McCausland, además, es autora del ensayo Wonder Woman: El feminismo como superpoder, periodista y una de las creadoras del fanzine sonoro Sangre Fucsia, del que parte Feminismos reunidos, un trivial feminista que va por su sexta edición. Del entorno de cambio, ella destaca un aspecto: «Las nuevas formas de pensar el poder, al menos en lo que se refiere a la teoría; la práctica está siendo más compleja». En este contexto de perfiles profesionales, el de Lucía Lijtmaer, autora del libro de feminismo pop Chica lista, directora del festival Princesas y Darth Vaders y la otra mitad junto con Isa Calderón del late night feminista Deforme semanal, es una especie de bomba de la cultura feminista. «Deforme... ha sido la cristalización de todo: actualidad, risas y, lo más importante e indicativo de cambios: confirma que hay público para algo así».
Arte: Pepa Santamaría, María Bastarós y María Gimeno. El manual de Historia del Arte de Ernst H. Gombrich, manejado por generaciones de estudiantes, no incluye a ninguna artista mujer. Ninguna. Cero. La artista María Gimeno decidió solventar esa omisión abriendo a cuchilladas el libro para hacer sitio a las ausentes en su performance Queridas viejas. ¿Algo ha cambiado desde esta acción de Gimeno en 2015? «No, en absoluto. Voy a los museos y sigue habiendo los mismos cuadros colgados de los mismos pintores, y cuando leo los libros las mujeres seguimos ausentes. Lo único que cambian son algunas conciencias, hay personas que tras ver la performance piensan que el libro sin las mujeres está incompleto». Sin embargo, se mueve. Otras como la comisaria e investigadora María Bastarós siguen provocándolo. Ella está detrás de la plataforma cultural que edita el fanzine ¿Quién coño es?, que se acerca a la producción cultural con perspectiva de género. «En gestión cultural mucha gente quiere el cambio, de contenidos y modelos de trabajo. Creo que esos cambios deben hacerse de la mano del feminismo, poniendo en el centro los cuidados y el deseo de experimentar la cultura más allá del modelo hegemónico, blanco, heterosexual y masculino». Hablar de vientres de alquiler, prostitución o trata desde el arte es lo que hace la Asociación internacional de mujeres artistas EmPoderArte que preside Pepa Santamaría: «El arte es poderoso, entra por los ojos, educa instantáneamente, llega al consciente y al inconsciente».
Banca: Patricia Benito de Mateo. A Openbank se le conoce como ‘el banco digital liderado por mujeres’. En él ejerce como directiva Patricia Benito de Mateo, que considera que tienen una ventaja, formar parte del Grupo Santander liderado por Ana Patricia Botín. En Openbank, el 54% de los directivos son mujeres y no se inicia un proceso de selección hasta que la proporción entre ambos géneros es idéntica. «También hemos cerrado el gap salarial», explica, y enumera algunas de las medidas a favor de la conciliación laboral como el flexiworking y el teletrabajo. Colabora con organizaciones para promover ideas en pro de la igualdad como el Business Women Empowerment, organizado por Modaes.es, o WomenCEO. «Todavía hoy en una entrevista de trabajo no es extraño que te pregunten si tienes previsto tener hijos, algo que jamás le ocurre a un hombre», señala.
Deportistas: Anna Montañana, Mery Ruiz y Lourdes Alameda. Anna Montañana, entrenadora de la ACB de Baloncesto en el Montakit Fuenlabrada, considera que, además de dinero, «hace falta que el deporte femenino tenga hueco en los medios para que los niños tengan referentes y se quiera ‘consumir’ deporte femenino». Montañana forma parte de la Asociación de Jugadoras de Baloncesto y Entrenadores-as, que trabaja para que estas puedan desarrollar sus profesiones en igualdad. Por su parte, Lourdes Alameda, capitana del Sanse Rugby e internacional con la selección, que se ha proclamado campeona de Europa de rugby este año, ha participado en una campaña de Joma contra el machismo , en la que cuentan qué escuchan por ser mujeres: «Me han dicho ‘el rugby no es femenino’. Supongo que lo sería si nuestra equipación fuera rosa y no placásemos en el barro. Me da rabia porque esos comentarios pueden hacer que una niña nunca haga lo que le gusta por miedo a su entorno». Mery Ruiz, futbolista del C.D. Tacón, trabaja por mejorar los derechos laborales de sus colegas en la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), de la que es miembro desde que en 2016 se permitió entrar a las mujeres. «Es primordial transmitir a las jugadoras la importancia de asociarse para estar protegidas y tener más fuerza». Ante la indefensión laboral actual, demanda: «Necesitamos un interlocutor válido para negociar un convenio colectivo, con un salario mínimo. Hay que modificar la Ley del Deporte». Porque como dice Alameda, «lo más revolucionario en el deporte femenino español son nuestros grandes éxitos». Ahora toca que la sociedad y las leyes estén a la altura de nuestras deportistas.
Política: Clara Serra Sánchez. Clara Serra considera que el feminismo exige una mirada nueva sobre la política y sus prioridades. «La mayoría de los cargos políticos siguen estando ocupados por hombres y la política, como el mercado laboral, sigue siendo incompatible en la maternidad, la paternidad y el cuidado de los demás». La diputada de Madrid de Podemos enumera campos urgentes sobre los que actuar: que una mujer sea violada cada ocho horas, que haya una brecha salarial del 23% o que, de quienes cobran pensiones inferiores a los 500 euros, el 74% sean mujeres… Y aclara que una política real de igualdad se basa, primero, «en afrontar el machismo de manera radical, yendo a la raíz del problema. Por ejemplo, entendiendo que los asesinatos machistas no se combaten sin enfrentar el machismo en sus formas más cotidianas, en las escuelas, en los medios». Y segundo, con «dinero y medios para llevarse a cabo; es decir, si va acompañada de presupuestos». ¿Propuestas necesarias? «Permisos de maternidad y paternidad iguales e intransferibles como lo son las vacaciones, un verdadero sistema de atención a la dependencia, escuelas al alcance de todas las familias para que ser madre no sea motivo de discriminación laboral, reconocer a las familias monomarentales, más expuestas a la pobreza, y reformar nuestras leyes de violencia machista para enfrentarnos con todas las herramientas posibles al problema».
Escritoras: Gabriela Wiener. Gabriela Wiener no iba a estar sola en su foto, la acompañaba la poeta, escritora y periodista trans Alana Portero («La visión de las feministas trans es imprescindible», nos dijo. Amén). Portero no pudo posar en la foto por un problema personal, pero ahí estaba la escritora y periodista Gabriela Wiener, demostrando que no puede evitar cambiarlo todo allá donde pisa, hasta lo que parece más inamovible, como el modelo de familia, en la suya son tres cónyuges. «Escribo y todos los días soy amonestada virulentamente por ello. Me llaman chola, me piden que me peine, que me bañe, que me calle, que me maquille, que no me maquille, que me muera, que me vaya de España», pero también hay quien le dice que gracias a ella se ha atrevido a salir del armario, denunciado a su violador o tomado conciencia del mundo y eso es pura gasolina. «Creo que muchos hasta ahora no se han dado cuenta de que estamos haciendo política real, acción directa, militancia diaria. Estamos haciendo lo que no hacen los partidos políticos. Somos pura base organizada. Por eso esta no es una ola que sube y que tendrá que bajar en algún momento, como algunos quisieran».
Publicistas: Eva Santos, Ana de Castro, Mónica Moro y Uschi Henkes. Mónica Moro es directora general creativa de McCann y sus trabajos están en el Museo Reina Sofía. Crea campañas como la de Pavofrío, protagonizada por Carmen Maura, Rossy de Palma y María Barranco, con mensaje por la igualdad que ha provocado que su agencia fuera la más premiada en 2017. «Los anunciantes reclaman más presencia femenina en los equipos, pero solo hay un 1% de directoras generales creativas, cuando debería haber un 40%de mujeres. El Club de Creativos (cdec) es la clave para ‘censar’ a las mujeres creativas y ver sus trabajos». Ana de Castro, directora general de Havas PR, fue jurado en el festival de publicidad de Cannes 2015 y ese año se llevó el gran premio la campaña Like a girl (#ComoNiña). «Es muy importante que las mujeres estemos presentes. Allí se pueden apoyar las buenas prácticas». Uschi Henkes, fundadora de la agencia Zapping, es la primera mujer presidenta del Club de Creativos de España. El cdec2018 se ha celebrado, en San Sebastián, los días 12 y 13 de abril con la iniciativa #MasMujeresCreativas. «La igualdad es el tema con mayúsculas, lo es en todo el planeta. Avanzamos a pasos de gigante. No pasa un mes sin alguna protesta contra una pieza publicitaria. El público está sensibilizado. Piezas que ganaron en Cannes hace años, hoy serían un escándalo». Señala que «es necesario revisar cómo hablamos de la mujer. Hay que mostrarla como se merece: valiente, competente, luchadora, con criterio. Estereotipos no, gracias». Eso hacen anuncios como La muñeca que eligió conducir, creado para Audi por Eva Santos, chief creative officer de Proximity Worldwide y directora general creativa de Proximity España, que ganó el Gran Premio Nacional de Creatividad y el de la Eficacia en el cdec 2017. «Se creó en España, se ha exportado a más de 30 países, incluso a algunos donde las mujeres no tienen derecho a conducir, y transmite un mensaje de cambio».