“Fueron el contrapunto a las princesas Disney y la Barbie”: cómo Las Supernenas se convirtieron en el referente de las niñas cansadas del príncipe azul

La serie de animación de Craig McCracken ofreció frescura con unas heroínas que nada tenían que ver con el típico hombre salvador robusto e imponente. Su influencia en la cultura pop se extiende hasta nuestros días

Mojo Jojo y Las Supernenas.photo: MPTV.net

Azúcar, especias y muchas cosas bonitas: estos fueron los ingredientes que el profesor Utonio utilizó para hacer realidad su proyecto de crear “tres nenitas perfectas”. No obstante, también vierte por accidente la Sustancia X, que otorga superpoderes. De esta manera nacen Las Supernenas, tres pequeñas heroínas de ojos gigantes que encarnaron una explosión de determinación, coraje y fuerza física que contrastaba con los modelos femeninos recurrentes en la animación, muy lejanos a los roles de acción: “La serie ofreció un contrapunto en relación a otros arquetipos previos como el de las princesas Disney, el de Barbie, o incluso el de las Bratz. Su trabajo colaborativo e interés en la resolución de conflictos supusieron una ruptura con la versión rosa, edulcorada y centrada en el final feliz que había predominado hasta entonces”, explica María del Mar Ramírez Alvarado, catedrática de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad de Sevilla.

Inspiradoras, empoderadas y valientes, se convirtieron en un emblema de la cadena en la que se emitía, Cartoon Network. Desde 1998, Pétalo, Burbuja y Cactus pasaron a ser referentes para muchas niñas. Por eso, desde principios de la primera década del siglo XXI ha sido muy frecuente toparse con camisetas, estuches, archivadores, tazas, peluches, mochilas, llaveros y videojuegos de estas tres superpoderosas niñas. Efectivamente, la idea de Craig McCracken transmitía un poderoso mensaje que caló en la juventud de la época. Sin embargo, su éxito no fue flor de un día: Las Supernenas continúan a día de hoy sobrevolando los tejados de la cultura pop.

Las Supernenas junto a su creador, Craig McCracken.photo: MPTV.net

Pequeñas guerreras contra la subestimación

Gran parte de una generación que ahora ronda la treintena recuerda ahora con nostalgia aquel tiempo en el que madrugar los fines de semana no suponía ningún esfuerzo si era para ver sus dibujos favoritos, esos que imitaban en los recreos y en las fiestas de pijamas. Sus fans tenían claro cuál era la que más les representaba: Burbuja con su carácter dulce, Pétalo y su capacidad de liderazgo o Cactus, que era sinónimo de rebeldía. En cualquier caso, las tres triunfaron porque permitían a las niñas tener modelos femeninos valientes, divertidos e inteligentes que se parecían a ellas. En palabras de María Castejón Leorza, crítica de cine y autora del ensayo Rebeldes y peligrosas de cine, los referentes sirven para soñarnos y para proyectarnos: “Lo que no se nombra no existe y lo que no vemos tampoco”, comenta.

Como las demás niñas de su edad, Las Supernenas tenían que hacer los deberes, sentían miedo, celos y apegos propios de la primera infancia y hacían travesuras. Al fin y al cabo, tenían una edad muy temprana, pero también un fuerte sentido de la moral, del valor y de la justicia. Juntas eran capaces de salvar a los ciudadanos de su localidad y defenderlos de las malas obras de villanos como Mojo Jojo, Él o Los Mohosos: “El hecho de que asumieran roles de acción supuso una gran ruptura. A los personajes femeninos se les suele ubicar en papeles de cuidado, de víctimas o de hipersexualización”, comenta la crítica de cine. Gracias a Las Supernenas, las niñas podían soñar más allá del amor romántico, del príncipe azul, la belleza y la popularidad.

Por otra parte, su apariencia graciosa y aparentemente inofensiva puso sobre la mesa la idea de que no es necesario resultar intimidante o encajar en un estereotipo rudo para lograr objetivos, ser respetada e incluso temida: “El contraste entre lo adorables que eran visualmente y los golpes y la fuerza que tenían es lo que llamaba tanto la atención”, reflexiona María Castejón Leorza. De hecho, según un artículo de The New York Times, Craig McCracken comentaba que tenía claro que quería que la serie estuviera protagonizada por estudiantes, pero no quería repetir el mismo patrón de chico musculado que consideraba ya superado. Las Supernenas detestaban ser subestimadas por su edad o su aspecto y odiaban que se refirieran a ellas como crías. Como consecuencia, la serie se encargó de reforzar su valor y fortaleza en capítulos como Super- Cachas ataca, en el que terminaban salvando al típico héroe forzudo y venerado que, a pesar de su popularidad e influencia, resultaba ser un farsante y no conseguía hacerles sombra.

Una escena de Las Supernenas. photo: MPTV.net

Un reflejo de nuestras conexiones emocionales

El imaginario visual de las series, la música, el cine o los cómics construye modelos e ideas con los que muchas personas pueden sentirse identificadas y, por eso, sirven como fuente de inspiración: “La cultura pop tiene un impacto fundamental en la moda porque define tendencias, comportamientos y referencias visuales que son fácilmente reconocibles para el público. En el caso de personajes como Las Supernenas, su estética y mensajes se integran en diseños que apelan tanto a la nostalgia como a la conexión emocional”, comenta Fátima Valdés, estilista, consultora creativa y profesora en el IED (Istituto Europeo di Design). Esa añoranza es precisamente la que se traduce en que Las Supernenas sean un clásico en los disfraces de Carnaval o en el nombre de grupos de Whatsapp compuestos por tres amigas.

The Powerpuff Girls, conocidas en España como Las Supernenas. photo: MPTV.net

Es por eso que en la moda —tanto en la alta costura como en las tiendas low cost, el reclamo de los iconos culturales populares de la ficción han sido una constante. Merodeando por las tiendas no es difícil encontrar alguna estampa de Mafalda, Snoopy o los personajes de Barrio Sésamo. La estilista recuerda también colecciones en las que aparecían Betty Boop, Sailor Moon, Hello Kitty y, recientemente, Elsa y Anna de Frozen. Las Supernenas, que no iban a ser menos, han estado presentes en lanzamientos de Moschino, Balenciaga, Bershka o Tezenis. También fueron las estrellas de OMGirls de María Escoté, cuya motivación era transmitir un espíritu de empoderamiento femenino: “Las colecciones aprovechan este universo para ofrecer prendas que no solo son visualmente atractivas, sino que establecen un vínculo emocional con quienes crecieron viéndolas”, explica Fátima Valdés.

Desfile de María Escoté 2018.Imaxtree

En definitiva, estos dibujos animados deslumbraron a toda una generación porque demostraron que unas niñas de párvulos también podían ser heroínas. Esta animación sorprendió por su sarcasmo y frescura, pero también por su actitud empoderadora: “Las Supernenas destacaron por ser irónicas y por reaccionar con hartazgo y decisión ante situaciones injustas. Merecen ocupar su lugar en la historia reciente de la animación infantil por la promoción de valores como la colaboración y posibilidad de destacar por las acciones y no por la belleza o la perfección”, afirma María del Mar Ramírez Alvarado. Al fin y al cabo, ya sea en los juegos, deportes y competiciones, en las épocas de exámenes, en el trabajo, luchando por las causas en las que se cree o ante las adversidades de la vida, pelear como una chica siempre debió ser motivo de orgullo y admiración.

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