Cameron Diaz, Sean Penn y el imparable declive de las estrellas de cine de los 2000
Retiros voluntarios o forzados y escándalos mediáticos varios acompañan estos días a quienes fueran los intérpretes más cotizados de Hollywood. ¿Qué ha sido de ellos?
El Libro Guinness subrayó su nombre en letras doradas durante los primeros años del siglo XXI. Como actriz mejor pagada del mundo, en 2001 o 2003, gracias a su trabajo en taquillazos como Shrek, Gangs of New York y Los Ángeles de Charlie. También como la segunda intérprete femenina, solo por detrás de Julia Roberts, en cobrar un cheque de 20 millones de dólares por un filme (la secuela de la adaptación de la mítica serie). ...
El Libro Guinness subrayó su nombre en letras doradas durante los primeros años del siglo XXI. Como actriz mejor pagada del mundo, en 2001 o 2003, gracias a su trabajo en taquillazos como Shrek, Gangs of New York y Los Ángeles de Charlie. También como la segunda intérprete femenina, solo por detrás de Julia Roberts, en cobrar un cheque de 20 millones de dólares por un filme (la secuela de la adaptación de la mítica serie). Cameron Diaz se aupó durante más de una década como la actriz más famosa del mundo, reina indiscutible de las comedias mainstream desde mediados de los noventa. Su éxito coincidió en el tiempo con los años en los que Sean Penn era tildado de intérprete virtuoso; el ojo derecho de la crítica y de unos académicos que aplaudirían su trabajo en Acordes y desacuerdos o Yo soy Sam y le entregarían el Oscar con Mystic River. Ahora, Penn y Diaz confiesan su adhesión al nutrido club de estrellas retiradas o semiretiradas del cine. ¿Por qué han abandonado la actuación?
Con aspecto desaliñado y actitud errática, subido al tren de las benzodiacepinas (Ambien, para ser exactos) y saltándose a la torera el mínimo atisbo de decoro al encenderse un cigarrillo en el late night más visto de la televisión estadounidense. La vuelta de Sean Penn a la vida pública no ha dejado a nadie indiferente. El dos veces ganador de un Oscar acudió al programa de Stephen Colbert para presentar el fruto de su nueva dedicación: la literatura. Bob Honey Who Just Do Stuff, el título de su novela de debut, cuenta la historia de un empresario metido a asesino a sueldo que fantasea con acabar con la vida del presidente Trump.
Penn, cuya última película como protagonista data de 2015 (Caza al asesino) explicó las razones de su retiro del cine: “Lo mejor que puede aportar un actor a un trabajo es una buena colaboración con los otros, la interactuación, y a mí se me da cada vez peor. Ya no disfruto del proceso y es por eso que he terminado escribiendo una novela, porque no necesito colaboradores. Nunca me siento decepcionado conmigo mismo”. Considerado el intérprete más dotado de su generación, su huida de la industria coincide con la última película del único actor que podría debatir tal afirmación: el inglés Daniel Day-Lewis (El hilo invisible).
Apenas unos días después de la polémica entrevista de Sean Penn, los medios de comunicación amanecían con la noticia de un retiro hasta entonces solo oficioso. En un reportaje con motivo del aniversario del estreno de La cosa más dulce, Cameron Diaz confirmó su marcha de la primera línea de la industria. “Literalmente, no estoy haciendo nada”, aseguró en EW. Casada en 2015 con el músico Benji Madden (Good Charlotte) y actualmente esperando un hijo, no parece que vayamos a volver a verla en la pantalla a corto plazo. Diaz, que llegó a acumular cheques por valor de más de 30 millones de euros en un solo año (números todavía hoy inusitados para una actriz), es ahora una ama de casa entregada que ha publicado hasta dos manuales sobre bienestar, longevidad y vida sana: The Body Book (Ama tu cuerpo en España, publicado por Aguilar) y The Longevity Book.
Revelándose ambos como los nombres que marcarían el género de la comedia taquillera en los años venideros, Cameron Diaz debutó en la industria del cine de la mano de Jim Carrey en La Máscara. No se puede decir que a su compañero de reparto le haya ido mucho mejor ya que sus noticias hace tiempo que se mudaron a la sección de sucesos. Entre diversos periodos de depresión, acusaciones de homicidio por parte de la familia de su exnovia (la maquilladora Cathriona White, que se quitó la vida en 2015) y extravagantes apariciones en televisión que convertirían en anodina la de Sean Penn, el actor parece decidido a hacer honor al título español de la película de Michel Gondry protagonizada por él (¡Olvídate de mí!). El propio Carrey especulaba sobre el estado de su salud mental en el documental de Netflix Jim & Andy. Dedicado a tiempo completo a su gran afición, la pintura, lo último que sabemos de él es su oferta a la Smithsonian National Portrait Gallery, que acoge los retratos oficiales de todos los presidentes de Estados Unidos, para que cuelgue en sus paredes sus múltiples caricaturas de Donald J. Trump. La serie Kidding, que emitirá Showtime, debería ser su vuelta a la actuación.
Esta desbandada de toda una generación de celebrados intérpretes no afecta por igual a los dos sexos. Mientras que los actores deciden retirarse, a ellas las retiran. El machismo inherente en la industria convierte en caras amortizadas a las actrices que sobrepasan la treintena, sobre todo si se trata de protagonistas de comedias románticas como la propia Cameron Diaz, Meg Ryan, Christina Applegate o Renée Zellgewer. Solo hay que echar un vistazo a la lista de las actrices mejor pagadas hace 15 años (Roberts, Diaz, Aniston, Berry o Barrymore) y comprobar que sus homólogos masculinos, los Pitt, Damon, Smith o Washington, cuentan con carreras mucho más vigentes. Antes de su gran regreso en 2017, Michelle Pfeiffer pasó cuatro años sin pisar un plató, considerándose ella misma como “incontratable” y nombres de prestigio como Gwyneth Paltrow o Uma Thurman llevan más de tres años sin encabezar un póster cinematográfico.
Para Nicole Kidman o Reese Witherspoon, ha sido la serie de televisión Big Little Lies la que les ha devuelto a las primeras filas de butacas en las galas de premios. También para Drew Barrymore, con Santa Clarita Diet. Su ejemplo lo van a seguir en los próximos meses otras como Julia Roberts, con la ficción Homecoming, basada en una agencia gubernamental secreta, de la mano de Sam Esmail (Mr. Robot). Paltrow acompañará a Barbra Streisand en su esperado regreso interpretativo en The Politician, la nueva ficción de Ryan Murphy (American Crime Story) para Netflix. La vuelta a la comedia de Meg Ryan se producirá en otra serie, Picture Paris, dirigida por Brad Hall (Veep). ¿Seremos testigos de la resurrección de la carrera de Cameron Diaz también en la pequeña pantalla?