El olor a ropa nueva puede perjudicar tu salud y otros tóxicos ocultos en las prendas
Muchos químicos utilizados en la producción de ropa pueden producir alergias, dermatitis y problemas más graves en sus usuarios. Varias asociaciones reclaman que, como se hace con los tejidos, estas sustancias se detallen en el etiquetado
Sabemos que la industria textil es, tras la petrolífera, la más contaminante del mundo. Estamos concienciados (o deberíamos estarlo) sobre la falta de recursos, el gasto de agua y el impacto que causa el abuso de ciertas materias primas. Sin embargo, hay otro factor en la fabricación de ropa que aún no se ha tratado lo suficiente: los elementos químicos tóxicos implicados en ciertos procesos, que dañan gravemente la salud de los fabricantes y que en ocasiones persisten en las prendas que usamos a diario.
En total, se utilizan unos 8.000 compuestos químicos diferentes en la producción textil, muchos de ellos considerados de alta toxicidad. Sin ir más lejos, el clásico olor a nuevo de la ropa viene del formaldehído, el mismo compuesto que se utiliza para embalsamar, y que, en ciertas dosis puede producir desde dermatitis a problemas respiratorios.
La pasada primavera, un equipo de investigadores españoles publicó un estudio al respecto en la revista científica Environmental Research. “El contacto a través de la piel parece que no preocupa tanto a la sociedad y a sus legisladores como la inhalación (contaminación ambiental) o la ingesta (dieta) de compuestos químicos”, apuntan.Tras el análisis de cientos de prendas en busca de compuestos tóxicos comunes, concluyeron que las cantidades eran “preocupantes”. Entre ellas, las dosis de antimonio en las prendas vaqueras.
En 2012, Greenpeace publicó un estudio titulado ‘Puntadas toxicas’ en el que, tras el análisis de cerca de 200 prendas de marcas conocidas, se concluyó más de la mitad contenían nonilfenoles, una sustancia química utilizada principalmente para teñir tejidos (y especialmente pensada para la ropa interior) que la Unión Europea considera perjudicial: es corrosiva y puede producir trastornos hormonales. Tras dicho estudio, Inditex se comprometió a eliminar la potencial toxicidad de sus productos con fecha límite de 2020.
El nivel de toxicidad es especialmente elevado en la ropa técnica, sobre todo en las prendas técnicas impermeables, resistentes a la combustión, antimanchas o antiarrugas. La mayoría utilizan compuestos fluorinados que, en ciertas dosis, pueden afectar a la salud del portador. De ahí que, por ejemplo, marcas como Levi’s o The North Face dejaran de vender productos que repelen las manchas hace un par de años.
Otro estudio reciente, esta vez elaborado por la asociación GreenAmerica, encontró “poca transparencia” en los procesos de producción de J. Crew, Urban Outfitters o Forever 21, entre otros. «Es lento y laborioso erradicar su uso, pero sería fácil detallarlo», afirman.
En España, la Organización de Consumidores y Usuarios lleva varios años pidiendo que las etiquetas detallen, además de los tejidos, ciertos químicos utilizados en la producción de cada pieza. Hablan, entre otros, de los azoicos, usados para teñir y potencialmente carcinogénicos; o de los metales tóxicos (plomo, niquel, etc.) recurrentes en el curtido de las pieles. La solución pasa por dedicar inversión en materiales reciclados y en investigación para sustituir lo sintético por lo natural. Mientras eso ocurre, lo mejor es lavar siempre la ropa antes de estrenarla.