Turismo con compras incluidas: 10 consejos que harán que merezcan la pena
Primavera es sinónimo de escapadas y en ellas podemos hacernos con buenas piezas para nuestro armario. Maximizar el tiempo y convertirlo en una experiencia es la clave.
El buen tiempo lucha por instalarse en el calendario y no nos dejará hasta dentro de muchos meses. Primavera es la estación perfecta para ir calentando motores de cara al verano con pequeñas escapadas que, en muchos casos, pueden convertirse en una oportunidad única para hacerse con prendas y objetos que no tenemos a mano en casa. Montar un pequeño viaje con la idea de aprovechar parte del tiempo para ir de compras no es algo descabellado, y del todo compatible con actividades culturales y de ocio más tradicionales.
Eso sí, para que una escapada con estos fines no se no...
El buen tiempo lucha por instalarse en el calendario y no nos dejará hasta dentro de muchos meses. Primavera es la estación perfecta para ir calentando motores de cara al verano con pequeñas escapadas que, en muchos casos, pueden convertirse en una oportunidad única para hacerse con prendas y objetos que no tenemos a mano en casa. Montar un pequeño viaje con la idea de aprovechar parte del tiempo para ir de compras no es algo descabellado, y del todo compatible con actividades culturales y de ocio más tradicionales.
Eso sí, para que una escapada con estos fines no se nos vaya de las manos, y acabemos comprando más de la cuenta o lo que no deseamos, nada como hacer caso a los expertos. Ellos nos han dado su manual de estilo particular, diez consejos que ponen en común a estilistas, amantes de la moda y personal shoppers de diferentes países. Y es que no hay nada más global que irse de compras.
1. Organizar el plan de acción lo máximo posible. “La organización es esencial. Saber la distancia entre las tiendas es tan importante como conocer la previsión del tiempo que va hacer. Pero también echar un vistazo antes en nuestro armario para ver qué ropa tenemos y evitar comprar lo que ya podemos encontrar online o en tiendas de nuestra ciudad”, explica la estilista y asesora de imagen Ana Otón desde Sevilla.
2. Mejor sin grandes expectativas. “Hay que estar abiertos a lo que nos podamos encontrar en el camino. Una vez en el lugar, el panorama puede cambiar mucho y optar por comprar algo diferente”, explica Karla Farias desde Santiago de Chile. Esta personal shopper ofrece una experiencia en Airbnb para realizar jornadas de compras ‘conscientes’ en la capital chilena.
3. Una lista flexible de deseos. Si ya solemos comprar de más en el supermercado de casa, aun yendo con una lista, en un viaje hay que hacerle más caso, pero sin pasarse. “Para que sea efectiva, la lista debe ser genérica y flexible. Hay que permitirse el factor sorpresa, que nos dé pie a lo agradable, lo divertido… Yo sugiero hacerla por categorías, abierta, que pueda reorientarse fácilmente y, sobre todo, que tenga sentido en el armario o en casa cuando volvamos”, explica Helô de Castro, una de las fundadoras del proyecto de estilismo WHFG Styles Studies, desde São Paulo (Brasil).
4. Cuanto más cómodos, mejor. “Que una pequeña ampolla producida por un calzado inadecuado no nos arruine el día”, explica Ana, que también aconseja llevar “un bolso grande o una mochila mediana para transportar parte de las compras”.
5. Presupuesto limitado, tarjetas limitadas. Es fácil marcarse un presupuesto antes de empezar el viaje. Otra cosa es cuando estamos en el destino y empezamos a ver muchas cosas que nos interesan. Para evitarlo, contención drástica: “Ser lo más precavido posible. Llevar solo el dinero que uno pretende gastar en efectivo. Si no aceptan tarjetas, no tendremos problemas, además”, cuenta Romina Velázquez desde Buenos Aires. Ella es guía turística y también ofrece tours de compras en la calle Avellaneda de la ciudad. “Con la crisis actual y la inflación tan alta, es una situación muy beneficiosa para comprar en Argentina”, prosigue.
6. La maleta, con espacio. “La maleta medio vacía, siempre”, dice la personal shopper Marta San Miguel, con servicios en Madrid y el País Vasco. Coincide con su colega sevillana: “Una maleta medio vacía es una idea fantástica, pero hay que tener en cuenta que todo lo que compremos irá de vuelta a casa, por lo que debemos valorar el espacio. Esto no nos obliga a comprar en absoluto, pero sí nos ayuda a ser previsores”, puntualiza Ana Otón.
7. Marcarse un horario. “Si se trata de un viaje corto, cuatro horas por la mañana y tres por la tarde es más que suficiente. Si es una escapada más larga, es mejor alternar y no hacer más de cuatro horas por la mañana, seguidas de una jornada de descanso y planes culturales. De esta manera podremos asimilar lo que hayamos visto en las tiendas y pensarnos bien si devolver algo o no antes de coger el vuelo de vuelta”, prosigue la sevillana. Coincide con San Miguel: “En una gran ciudad como Madrid o Barcelona, necesitaremos un mínimo de dos o tres horas”.
8. Buscar la autenticidad. “Resulta muy molesto volverse a casa con un producto o un recuerdo ‘made in China’ que podemos encontrar en cualquier parte del mundo. El turista de compras debe buscar la autenticidad local, pero al mismo tiempo que siga teniendo sentido al volver a la vida y a la casa de esa persona”, dice Helô de Castro, que pone de ejemplo la “moda orgánica, creativa y exuberante” de las firmas emprendedoras de su país. “Acompaño a mis clientes a tiendas donde pueden conversar con el artesano, generando una experiencia más allá de la compra. Las sensaciones que obtengamos nos acompañarán cada vez que veamos ese objeto o esa prenda en casa”, explica Karla.
9. Accesorios, un plus. “Si hay que priorizar, lo haría sobre los accesorios, porque, con el cuidado adecuado, pueden durar toda una vida. Y si hay una pieza que te deja sin aliento, cómprala sin vacilar”, dice Helô de Castro. “Recuerdo como si fuera ayer compras que no hice y de las que me arrepentí. Sugiero evitar tendencias pasajeras porque se perderá el placer de usar esa prenda”, prosigue.
10. No solo moda. ¿Por qué no tenerlo todo? Repartir el tiempo entre las compras y la realización de otras actividades es la mejor idea, sobre todo, si estas últimas también nos permiten saborear las horas que hemos invertido en ir de tiendas. “Dedicar las mañanas a las compras, incluso a primera hora si es posible; y luego las tardes para visitar la ciudad es un plan perfecto”, dice Romina. Eso sí, sin mezclar. “Si estamos de compras, esas horas mejor enfocarnos 100% en ellas. Si mezclamos actividades, nuestra mente se agotará y querrá terminar lo antes posible”, explica Karla.