¿Yoga o arte?

Las imágenes de Robert Sturman transforman el yoga en obra de arte.

Robert Sturman sorbía un café en un local neoyorquino cuando vio entrar a una mujer vestida de rojo con una esterilla colgada del hombro. Se acercó a la mujer y le preguntó dónde iba a practicar. Ella le reconoció como uno de los fotógrafos más destacados en el mundo del yoga. Ambos salieron a la calle, en las inmediaciones de la Zona Cero, el lugar donde cayeron las Torres Gemelas en septiembre de 2001 y, quince minutos después, comenzaron la serie La mujer de rojo...

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Robert Sturman sorbía un café en un local neoyorquino cuando vio entrar a una mujer vestida de rojo con una esterilla colgada del hombro. Se acercó a la mujer y le preguntó dónde iba a practicar. Ella le reconoció como uno de los fotógrafos más destacados en el mundo del yoga. Ambos salieron a la calle, en las inmediaciones de la Zona Cero, el lugar donde cayeron las Torres Gemelas en septiembre de 2001 y, quince minutos después, comenzaron la serie La mujer de rojo, a la que pertenece una de las fotografías de este artículo.

Imagen de la serie ‘La mujer de rojo’.

Robert Sturman

“La vida está, con frecuencia, impregnada de un alto nivel de negatividad y dudas hacia uno mismo. Para algunos es casi un milagro sentirse bien de vez en cuando”, dice Sturman desde Los Ángeles en una entrevista por correo electrónico. “Observar la otra cara de nosotros mismos puede transformar tu vida”, señala.

Entre sus imágenes más celebradas están las de Tao Porchon Lynch. Con 93 años, se le considera la profesora de yoga más anciana del mundo. “No me interesaba tanto el aspecto atlético de las posturas”, dice Sturman. “Lo que buscaba era honrar su elegancia. ¿Cuál sería el sentido de hacer arte si nuestras obras no estuvieran a la altura de la belleza que vemos en la vida real?”, se pregunta.

Tao Porchon Lynch haciendo yoga en Central Park.

Robert Sturman

“Las personas que aparecen en mis fotografías son gente normal, luchadora, profundamente dedicada a su práctica. Podría haber optado por retratar las flaquezas y la fealdad de la gente, pero no es lo mío. Creo que la belleza inspira un florecimiento del que la humanidad está muy necesitada”, apunta Sturman.

En 2011, el fotógrafo se dedicó a documentar un fenómeno creciente: la práctica de esta disciplina milenaria entre los presos de California. La clase de yoga, dice Sturman, es el único lugar donde estos reos se atreven a cerrar los ojos sin miedo.

Uno de los presos yoguinis que posaron para Sturman.

Robert Sturman

"De todo lo que he visto", dice Sturman, “el yoga es lo que mejor muestra a la humanidad cuando mejor se porta; gente que aspira a alcanzar algo mayor que sí mismos. Lo hacen de una forma muy pura y anhelante. No sólo plasma el gozo de vivir; también abraza el sufrimiento. Cuando alguien está inmerso en un asana (postura de yoga) en medio de la naturaleza o donde sea, hay algo extremadamente humano sobre eso".

¿Y qué hay de su propia práctica? “Cuando desenrollo mi esterilla”, señala, “aspiro a acabar con cualquier cosa que me impida alcanzar la libertad. Hasta que no desarrollé la práctica, no me di cuenta de lo increíblemente poética que es”.

@nataliamartin es periodista y yoguini. Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es

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