¿Qué tienen en común las sevillanas y el spinning? Sí, más de lo que piensas

Una jornada de feria de abril alternando baile con palmas, risas, unos vinos y mucha diversión puede equivaler a ir al gimnasio, según los expertos.

Una jornada de feria puede equivaler a ir al gimnasio.Getty

Aunque el calendario diga lo contrario, este fin de semana volveremos a estar en abril. O, al menos, en Sevilla. Arranca la feria en la capital hispalense y, con ella, la larga lista de eventos que durante toda la primavera, y hasta las vendimias en septiembre, llenará las ocho provincias andaluzas de casetas, caballos, farolillos, manzanilla, fino y sevillanas, muchas sevillanas.

El palo del flamenco más extendido y, para muchos, el más fácil (si no el único) de aprender, sonará sin parar en las casetas, permitiendo auténticas maratones de baile. Sin necesidad de etiquetarlo, sin conve...

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Aunque el calendario diga lo contrario, este fin de semana volveremos a estar en abril. O, al menos, en Sevilla. Arranca la feria en la capital hispalense y, con ella, la larga lista de eventos que durante toda la primavera, y hasta las vendimias en septiembre, llenará las ocho provincias andaluzas de casetas, caballos, farolillos, manzanilla, fino y sevillanas, muchas sevillanas.

El palo del flamenco más extendido y, para muchos, el más fácil (si no el único) de aprender, sonará sin parar en las casetas, permitiendo auténticas maratones de baile. Sin necesidad de etiquetarlo, sin convertir la experiencia en un ‘sevillanódromo’, sencillamente porque así siempre ha sido la feria, estaremos sin saberlo haciendo un ejercicio mucho más aeróbico y cardiosaludable de lo que imaginamos. “No es exagerado decir que bailar sevillanas es un ejercicio completo: trabajas a nivel muscular, a nivel aeróbico, y, cuando las clases las imparte un profesional titulado en danza, trabajas también la corrección postural”, explica Patricia González, directora de la Academia Clamor de Sevilla.

Durante el baile, eliminaremos líquidos, toxinas y grasas, ayudando, además, a tonificar el cuerpo. “Las sevillanas permiten moldear los músculos en tanto que es un ejercicio aeróbico en el que se usa todo el cuerpo: desde los brazos hasta las piernas”, dice Carlos González, entrenador personal y socio del gimnasio ecológico Movewatts de Madrid. Según el experto, podemos quemar hasta 300 calorías en una hora de baile, incluyendo los tiempos de espera (eso sí, lejos de las 500 calorías que puede llegar a suponer una hora de zumba o las 400 de una clase de salsa muy activa).

Los beneficios van más allá de la feria. “Mediante los movimientos característicos de brazos y manos en coordinación con los pies, fortalecemos la musculatura de la espalda y los abdominales, además de brazos, muñecas y dedos. Esto será aun más intenso si incluimos las castañuelas, por lo que es altamente recomendable para prevenir la artrosis y para profesiones que requieren de psicomotricidad fina en los dedos de las manos como, por ejemplo, los dentistas”, añade Patricia González.

Además del palilleo con las castañuelas, que dependerá de nuestra destreza, el taconeo es la otra parte de las sevillanas donde más se ejercita el cuerpo (y asequible a cualquier bailarín, sin importar cómo lo haga de bien). “Durante el mismo tonificaremos piernas (cuádriceps y gemelos, entre otros) y glúteos”, dice la directora.

Ella es, a su vez, experta en Pedagogía de la Danza, de ahí que no se quede en lo meramente fisiológico al listar los beneficios de las sevillanas. “Es un baile que no cuesta esfuerzo, ni exige dedicarle tiempo y constancia, pero, durante el mismo, la desconexión con lo que no sea el baile en sí debe ser total, ya que coordinar brazos, manos, pies, ritmo, música… solo es posible con atención plena y consciente; por lo que, si nos divierte bailar, es el mejor antídoto para combatir el estrés”, dice convencida.

La indulgencia que nos provocará saber que estamos quemando calorías mientras caen algunos rebujitos o copas de vino, salteadas con tapeo típico de la feria, como las tortillas de patatas o los platos de jamón de Jabugo, no es baladí. “El cuerpo, cuando está de pie, quema aproximadamente 120 calorías a la hora. Si a eso le añadimos algún baile de vez en cuando, en un tiempo de unas 4 horas en la feria podríamos quemar más de 500 calorías, que equivalen a una clase intensa de spinning”, cuenta Carlos González. “La feria bailando no tiene nada que ver a la feria sin bailar. No solo quemas lo que consumes, sino que te relacionas más y es más divertido”, añade Patricia. Ya tenemos excusa perfecta para saltarnos el gimnasio en días de feria.

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