Razones para vivir
¿Cuáles son las lecciones más importantes que has aprendido a lo largo de tu vida? Más de 1.000 hombres y mujeres mayores de 65 años reflexionan sobre sus carreras, familias, lo que les hace felices o el hecho de envejecer.
“Sé feliz. Trabaja con gente que te agrade. Sé generoso. Obtén toda la educación que puedas”. Estos son los consejos de Gert, una mujer de 101 años a la que puedes ver y escuchar aquí (sólo en inglés).
La anciana es una de las participantes en un proyecto de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, que se propone conservar y clasificar las reflexiones de más de 1.000 personas mayores de 65 ...
“Sé feliz. Trabaja con gente que te agrade. Sé generoso. Obtén toda la educación que puedas”. Estos son los consejos de Gert, una mujer de 101 años a la que puedes ver y escuchar aquí (sólo en inglés).
La anciana es una de las participantes en un proyecto de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, que se propone conservar y clasificar las reflexiones de más de 1.000 personas mayores de 65 años de diferente extracción social y nivel educativo que responden a la pregunta que planteábamos al inicio: ¿Cuáles son las lecciones más importantes que has aprendido a lo largo de tu vida?
Fruto de este proyecto es el reciente libro “30 razones para vivir”. Decir que merece la pena es quedarse muy corto: en un momento en que los libros de autoayuda de todo pelaje crecen como setas, las reflexiones sobre los errores y aciertos de quienes han pasado por todo eso y han sobrevivido al intento llegan con una frescura y un sentido común del que carecen buena parte de esos manuales. Este es el resumen:
Fabrica tu felicidad. “Si hay algo que queda claro, es que tienes que ser responsable de tu propia felicidad”, señala Karl Pillemer, el profesor de Cornell y gerontólogo a cargo del proyecto. “Suena a cliché. Pero uno de mis primeros entrevistados me cogió por banda y me dijo: ´Mire joven -y es divertido que me llamen joven a mi edad-, en mis 89 años he aprendido que la felicidad es una elección, no una condición”. De forma casi unánime, los entrevistados por Pillemer y su equipo contemplan la felicidad como una decisión, y no el resultado de las circunstancias de la vida.
Disfruta en tu trabajo. Ni una sola persona reconoce haber conseguido ser feliz trabajando duro para conseguir el dinero para comprar lo que le viniera en gana. “Lo más importante es involucrarte en una profesión que amas, y que estés deseando ir a trabajar cada día”, señala un ex atleta de 83 años que durante décadas trabajó como entrenador deportivo. Aunque te lleve tiempo encontrar el trabajo ideal, no debes rendirte. Y ten presente, recuerdan, que una promoción en el trabajo puede ser lucrativa y halagadora, pero no merece la pena si te aparta de lo que verdaderamente disfrutas haciendo.
Pasa tiempo con tus hijos. Y viaja. Entre las experiencias más gratificantes cuando se echa la vista atrás están los viajes. Tanto que, en opinión de Pillemer, los viajes deberían tomar preferencia sobre otras cosas en que la gente joven se gasta el dinero. Por otra parte, el deseo de haber pasado más tiempo con los hijos, incluso a costa de sacrificar otras cosas, se encuentra entre los mayores remordimientos de los entrevistados.
Matrimonios duraderos. ¿Cómo se las apaña la gente para mantenerse casada durante varias décadas? Un matrimonio satisfactorio y que dura toda la vida ocurre cuando la pareja comparte los mismos valores y objetivos. Lo que permite que se mantengan juntos es “una permanente amistad, la capacidad de comunicarse, disposición para dar y recibir y el compromiso”. Eso dicen los mayores.
Morir en paz. “No tengo miedo a la muerte, pero no quiero estar ahí cuando suceda”, dice Woody Allen. Para estar ahí (qué remedio), lo primero es saber envejecer. Y esto es lo que los entrevistados dicen al respecto: Abrázalo. No luches contra ello. No malgastes tu tiempo preocupándote.
“Cuanto mayor eres, menos miedo tienes a morir”. Esta fue una de las lecciones que más impresionaron a Pillemer, que señala que, de acuerdo a una mayoría de ancianos, el pánico a no estar aquí, a desaparecer, es más un “juego de treintañeros” que otra cosa. Las preocupaciones de los ancianos son de otro costal: quieren dejarlo todo listo para que sus herederos no tengan quebraderos de cabeza. Y usar el tiempo disponible en pro de una vida más rica e interesante.
La mayoría de los entrevistados, incluso los que padecen enfermedades crónicas, reconoce que hacerse mayor superó con creces sus expectativas. Una mujer de 92 años que ya no puede hacer muchas de las cosas con las que disfrutaba, dice que ahora es más feliz de lo que ha sido en su vida. El truco es este: “las cosas que antes eran importantes para mí ya no lo son”, dice. Cada edad, cada década, presenta oportunidades que no estaban presentes en la edad anterior.
“La vida es muy, muy corta”, dice Pillemer. No se trata de que los jóvenes se depriman con esta información, señala, sino de que sean más selectivos en la manera de invertir su tiempo. “Puedes tomar decisiones ahora que harán que tu vida sea mucho agradable si lo tienes en cuenta. Incluso cuando tienen más de nueve décadas a sus espaldas, los ancianos creen que la vida es demasiado corta como para desperdiciarla en pesimismo, aburrimiento y desilusión”.
Natalia Martín Cantero es periodista. Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es