Guía para sobrevivir al otoño
Esta estación es un momento apropiado para frenar, dejar ir y recargar el cuerpo y la mente. Para que los rigores del invierno no te pillen desprevenido.
“¡Delicioso otoño! Mi alma está casada con él y, si fuera un pájaro, volaría alrededor de la tierra buscando los sucesivos otoños”, escribía la novelista británica George Eliot. Puede que, como Eliot, la antesala del invierno sea tu estación favorita. Pero lo más probable, según una encuesta nada científica realizada por la que suscribe, es que sientas un gran muermo y falta de energía ante el frío y la oscuridad que se nos vienen encima. Por eso es bueno prepararse, adaptarse al nuevo ritmo que impone la naturaleza. He aquí una pequeña guía para conseguirlo, de lo más básic...
“¡Delicioso otoño! Mi alma está casada con él y, si fuera un pájaro, volaría alrededor de la tierra buscando los sucesivos otoños”, escribía la novelista británica George Eliot. Puede que, como Eliot, la antesala del invierno sea tu estación favorita. Pero lo más probable, según una encuesta nada científica realizada por la que suscribe, es que sientas un gran muermo y falta de energía ante el frío y la oscuridad que se nos vienen encima. Por eso es bueno prepararse, adaptarse al nuevo ritmo que impone la naturaleza. He aquí una pequeña guía para conseguirlo, de lo más básico a lo metafísico:
Ejercicio
Comienza ahora en lugar de esperar al año nuevo, cuando formulas esa lista interminable de promesas que, después, te resulta imposible cumplir. No se trata de prepararte para las olimpiadas; es más realista plantear un objetivo modesto que contribuya a elevar un poco el nivel de energía. ¿Qué tal 20 minutos de ejercicio al día? Una buena idea es comenzar una práctica de yoga, chi kung o tai chi, disciplinas que favorecen la atención al momento presente. Si ya tienes una práctica en marcha, tómatelo con más calma y mantén las posturas más tiempo. Si es posible, continúa haciendo ejercicio en el exterior, para aprovechar el aire fresco y lo que queda de sol. “Crear un ritmo interior más lento para el otoño es esencial para mantenerse saludable y equilibrado durante los meses más fríos del año”, señala Scott Blossom, profesor de yoga.
Sueño
A pesar de que a algunos no les importaría, las personas no podemos pasar la temporada durmiendo, como los osos. Pero sí que podemos inspirarnos en su ejemplo y extender las horas de sueño. Aunque el entorno urbano hace más difícil percibirlo, la vida comienza a ralentizarse ahí fuera, y nosotros también necesitamos pasar más tiempo en nuestras guaridas.
Alimentación
Los cambios comienzan a notarse en la naturaleza; los árboles se despojan de hojas y el día se acorta rápidamente. Pero, por supuesto, nosotros también cambiamos. El cuerpo necesita más alimento que en verano y su nivel de energía se reduce. Los cambios en la dieta son necesarios para proteger el sistema inmunológico de las típicas enfermedades del invierno y, en particular, las que afectan a los pulmones. Es una buena idea mantenerse hidratado con líquidos calientes, como tés de hierbas. Para el cuidado del colon, es recomendable el consumo de frutas y verduras de temporada: manzanas, mandarinas, calabazas, verduras de hoja verde… Este es el momento, también, de introducir saunas y baños calientes para ayudar al cuerpo a mantenerse calentito. Y quien lo necesite puede emprender ahora una cura suave de desintoxicación.
Dejar ir
Las hojas del árbol se marchitan, mueren y caen al suelo: de la misma forma, Elisha Goldstein, de PsychCentral, recomienda dejar ir esas ideas y creencias que ya no sirven para dejar espacio a cosas nuevas y disponer de una perspectiva más clara ante lo que tenga que llegar. Una buena idea, por otra parte, en la estación más melancólica del año. “Quien esté sólo ahora se quedará solo durante un largo tiempo / leerá, escribirá largas cartas / y deambulará por las avenidas, arriba y abajo / sin parar, mientras las hojas vuelan por los aires”, dice Rainer Maria Rilke en un bello (y triste) poema.
Usar los sentidos
Dejar ir no es nada fácil. Una herramienta poderosa para conseguirlo es la meditación “mindfulness” , o conciencia plena, que no es otra cosa que prestar atención a lo que uno tiene delante, apoyándose en los sentidos. Ese sol del atardecer, el aire fresco sobre el rostro, los tonos rojizos de los árboles… todo ello puede convertirse en una puerta de entrada al momento presente. “Después del otoño, llega el invierno. Puede que no sea de tu gusto, pero lo aceptamos porque confiamos en el ciclo de las cosas. ¿Podemos aplicar este sabio balance a los ciclos de experiencias placenteras, dolorosas y neutras en nuestras vidas?”, escribe Jon Kabat-Zinn, uno de los principales exponentes de la meditación “mindfulness”. Con la atención suficiente quizá puedas sentir el pulso del deseo hacia el viaje interior, y hacer sitio para reflexionar sobre cómo ha transcurrido el año y dónde te llevarán tus pasos a partir de ahora.
Disfrutar
Como dice un poema chino: “Diez mil flores en primavera, la luna en otoño, una brisa fresca en verano, nieve en invierno. Si tu mente no está nublada por cosas innecesarias, esta es la mejor estación de tu vida”.