¿Por qué más del 40% de los millennials se ha sometido a una cirugía plástica?
No les gustan sus pechos, sus glúteos, sus narices ni sus orejas… y parece ser que las redes sociales tienen mucho que ver en ello.
El mundo es una constante contradicción. Mientras que 2018 se erigía, por excelencia, como el año del body positive, se convertía al mismo tiempo en el que los millennials eligieron para liderar y allanar el camino hacia la normalización de la cirugía plástica. Las pruebas son claras: si la popularidad del bótox –como tratamiento no quirúrgico– ha aumentado en un 87% entre el público millennial en los últimos ocho años, ...
El mundo es una constante contradicción. Mientras que 2018 se erigía, por excelencia, como el año del body positive, se convertía al mismo tiempo en el que los millennials eligieron para liderar y allanar el camino hacia la normalización de la cirugía plástica. Las pruebas son claras: si la popularidad del bótox –como tratamiento no quirúrgico– ha aumentado en un 87% entre el público millennial en los últimos ocho años, los retoques estéticos –que sí implican cirugía– han crecido hasta el 43% en esta generación, según datos de la Sociedad Española de Medicina Estética.
Dicen los expertos, claro, que la culpa es de las Kardashian (su propio cirujano calificó su imagen como «dañina» para las nuevas generaciones) y de Instagram… O, lo que es lo mismo, de la presión que las redes sociales ejercen sobre el físico de los jóvenes entre 18 y 36 años. «A menudo no pueden mostrarte lo que quieren cambiar frente al espejo. Necesitan sacar sus teléfonos y enseñar una foto. Este hecho es preocupante e indica que, en muchos casos, pueden estar buscando una cirugía por los motivos equivocados», ha contado el doctor Patrick Byrne, director de cirugía plástica facial y reconstructiva de la John Hopkins Medicine, a CBS News.
Pero lo cierto es que hay otras razones que pueden estar contribuyendo a esta nueva «tendencia» entre los jóvenes. La primera y más importante, que el estigma social respecto a someterse a este tipo de operaciones continúa diluyéndose: la cirugía plástica ya no es solo para los más excéntricos, ricos o vanidosos. La segunda, que la ha popularizado sobre todo en el sector masculino y como indican el 42% de los hombres jóvenes que optan por ella, es que cada vez se valora más el aspecto físico a la hora de seguir siendo competitivo en el ámbito laboral. Otra que ha añadido un pequeño porcentaje al total es la importancia cada vez mayor del autocuidado: el creciente interés por la salud y el cuidado de uno mismo (que también ha aumentado la popularidad del ejercicio y las dietas). Y una cuarta muy curiosa y proveniente de ese auge de las redes sociales: «Ahora la gente es más consciente de su aspecto desde más ángulos”, aseguran desde la Sociedad de cirugía Plástica y Estética de EE UU.
Por todas estas, pese a que la cantidad de hombres que decide someterse a una operación estética ha aumentado en los últimos años, son el 17% frente al 83% de mujeres los que finalmente lo llevan a cabo. Por eso, tal y como informa el Doctor Diego Tomás Ivancich -cirujano plástico, reparador y estético en Madrid y miembro de Secpre-, es la cirugía mamaria la más demandada entre el total de millennials… pero hay más.
Las 4 cirugías plásticas más demandadas por los millennials
1. Prótesis de mama (desde 5.500 euros)
Supone, confirma el Doctor Tomás, el 50% de todas las cirugías estéticas practicadas en España y es la más solicitada por dicha generación.
2. Liposucción (desde 2.500 euros)
La segunda es la reducción de grasa localizada en los glúteos y las cartucheras. “Acuden a ella cuando no logran eliminarla con dietas o deporte”, explica.
3. Rinoplastia (desde 3.900 euros)
Otra de las más demandadas por los millennials es la cirugía de nariz: “para modificar su forma, aumentar o disminuir su tamaño, cambiar la silueta de la punta, estrechar los orificios nasales o modificar el ángulo entre ella y el labio superior”.
4. Otoplastia (3.500 euros)
O, lo que es lo mismo, reposicionar las orejas llamadas “de soplillo” a una posición más pegada a la cabeza.