Cicatrices de acné: por qué aparecen y cómo eliminarlas

Ni todas son iguales ni se tratan del mismo modo. Expertos dermatólogos nos ayudan a prevenirlas y nos dan todas las claves para que desaparezcan

Israel Sebastian (Getty Images)

Acabar con los brotes de acné es una experiencia intensa e incómoda que afecta a la calidad de vida de quienes lo sufren; pero, a veces, los problemas más graves surgen cuando los granos desaparecen y quedan cicatrices. Según datos de SkinData, un reciente estudio publicado por IMR que analiza el estado de la piel y evalúa las consecuencias en la salud mental, más del 50% de los españoles ha tenido acné. Un problema extendido que sufren el 33% de los hombres, frente al 67% de las mujeres. Después de los brotes, las cicatrices y los cambios en la pigmentación encabezan la lista de principales preocupaciones. De hecho, el 46% asocia las cicatrices a un mal recuerdo y se avergüenza de ellas. “Estas marcas no aparecen solo por manipular los granos, como generalmente se dice. Las cicatrices se forman cuando se ven afectadas las distintas capas de la piel a causa de la inflamación que destruye el colágeno y, el poco que queda, no logra reparar la piel” explica el Dr. José Luis Ramírez, dermatólogo de IMR especialista en acné.

Algunas personas son más propensas a las cicatrices del acné que otras, y aunque podemos tomar ciertas medidas para evitarlas, depende mucho del componente genético. “El acné provoca una lesión relacionada con el exceso de sebo, inflamación y bacterias. Muchos brotes son más superficiales y se curan con el tiempo sin dejar ninguna marca significativa, mientras que otros, más profundos o virulentos, pueden ser fuente de cicatrices pronunciadas. Por eso, se aconseja evitar explotar o tocar los granitos, ya que hacerlo aumentan las probabilidades de lesiones en la piel”, argumenta Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD.

Entonces ¿hay algún modo de prevenir la aparición de marcas? “Lo primero es no demorar el tratamiento del acné. Cuanto más grave es el brote, más riesgo existe de que queden cicatrices, que al principio son rojas y pigmentadas, y con suelen desaparecer. Cuando la inflamación es importante y se extiende en el tiempo, el riesgo es mayor y, según el tipo de acné, pueden ser deprimidas o queloideas, que son las que más afectan psicológicamente a quienes las sufren”, explica a S Moda la Dra. Flavia Bonina, médico estético y directora de Clínica Doctora Bonina. Uno de errores habituales es esperar a que los granos desaparezcan de forma espontánea por asociarlos a algo propio de la edad. “Con el diagnóstico adecuado y el tratamiento precoz de los brotes en su fase inflamatoria podemos evitar la aparición de cicatrices. Para esto es fundamental combinar tratamiento tópico con activos seborreguladores y antiinflamatorios como el ácido salicílico, azelaico y retinol entre otros, con medicación oral y láser cuando sea necesario”, dice la Dra. Ana Reymundo experta en laser y cicatrices en clínica Dr. Morales Raya.

¿Cómo son los diferentes tipos de cicatrices de acné?

No todas las cicatrices son iguales porque la intensidad de la inflamación no es idéntica en todos los granos. Según su forma y profundidad se dividen en atróficas e hipertróficas. “Las atróficas son deprimidas, porque siempre hay una pérdida de volumen y tersura en la piel, y se clasifican en tres tipos: las ice-pick (picahielo), con bordes bien definidos y un diámetro inferior a los dos milímetros que suelen parecer poros dilatados; las boxcar (en furgón), con bordes definidos y diámetro mayor a 2 milímetros; y las rolling u onduladas, con bordes suaves y diámetro superior a cuatro milímetros, similares a las dunas de un desierto que se acentúan más cuando la luz incide sobre ellas de forma cenital”, afirma el Dr. Didac Barco, dermatólogo del GEDET y de Corium Dermatology en Barcelona. Y añade “las hipertróficas tienen una superficie sobresalida. Si rebasan los límites de la cicatriz inicial y no tienen tendencia a desaparecer se denominan queloides. Si no rebasan los bordes cicatriciales y tienen tendencia a la autorresolución se denominan hipertróficas. Ambas son más frecuentes en el tronco y en varones. Existe un tercer tipo de cicatriz sobresalida que se denomina papular, que son lesiones blanquecinas localizadas en barbilla, escote y espalda”, dice el Dr. Barco. En cuanto a su localización “las hipertroficas y queloides son más frecuentes en el tronco y en el lóbulo de la oreja; las de furgón (boxcar) en sienes y mejillas; las picahielo (icepick), que se ven como agujeros muy estrechos y profundos, son típicas de las mejillas y las onduladas (rolling) se localizan en áreas extensas”, dice el Dr. Juanma Revelles, dermatólogo, divulgador médico de Merz Aesthetics y director de la clínica Le boost en Madrid. Según el tipo de cicatriz existen muchas opciones de tratamiento, pero el primer paso siempre es tratarlas en casa con activos a medida.

En casa: exfoliación, retinoides y antioxidantes

Los exfoliantes son poderosos aliados en las marcas de acné, ya que renuevan la piel y alisan la textura. “Además, tienen acción seborreguladora y evitan la proliferación de bacterias que agravan los brotes y las imperfecciones. También recomiendo incluir antioxidantes para evitar determinadas marcas como las de pigmentación postinflamatoria, que son lesiones oscuras producidas por el aumento de melanina justo en el sitio de la inflamación. Principios como el ácido ferúlico o la vitamina E son grandes aliados, al igual que la vitamina C que, además de prevenir, mejora la síntesis de colágeno y elastina e inhibe la producción de melanina” defiende Raquel González, cosmetóloga de Perricone MD. Otros expertos apuntan al retinol como uno de los imprescindibles en la lucha contra las marcas. “Es un excelente compañero de batalla que acelera el proceso de regeneración de la piel y aumenta la producción de colágeno. Reduce las marquitas siempre que su uso sea constante” añade Sonia Ferreiro, biotecnóloga de Byoode.

¿Cómo se pueden tratar las cicatrices del acné?

Las cicatrices del acné se instalan en la piel y, si no se tratan a tiempo, pueden permanecer para siempre. “Cada tipo responde mejor a ciertos tratamientos, por eso, es importante personalizar el protocolo al máximo para obtener los mejores resultados”, dice el Dr. Juanma Revelles, director Le boost. El Dr. Didac Barco de Gedet puntualiza “es importante realizar una exploración clínica concienzuda para identificar los tipos de cicatrices, ya que algunos tratamientos útiles para un subtipo de marca pueden empeorar otras clases. El criterio del dermatólogo es fundamental para establecer la técnica o combinación de tratamientos adecuados”. Estas son las opciones más habituales.

  • Peeling químico: “Es útil para mejorar cicatrices superficiales o hiperpigmentadas, porque suaviza la textura y el tono de la piel. Sin embargo, en marcas profundas su efectividad es limitada y suele combinarse con otros tratamientos”, dice el Dr. José Luis Ramírez, dermatólogo de IMR. ¿En qué consiste? “El objetivo es aplicar sustancias químicas de forma tópica para renovar las capas de la piel. Durante en el tratamiento de acné utilizamos el ácido salicílico y, para mejorar las cicatrices postacné aplicamos ácido glicólico o ácido tricloroacético”, explica la Dra. Elena Caride, especialista en medicina estética y formadora de Croma. La Dra. Flavia Bonina aclara “los peelings funcionan, pero no son inmediatos. Son tratamientos que suelen combinarse con una rutina cosmética a base de fórmulas magistrales para lograr una óptima mejoría”.
  • Láser: Es una buena opción para tratar cicatrices de acné atróficas (deprimidas), aunque a veces también se utiliza para las cicatrices elevadas. El láser elimina la capa externa de la piel dañada y estimula la producción de colágeno “Para las citarices rojas funcionan bien los láseres vasculares (luz intensa pulsada o láser de KTP) y para las marrones los de nanosegundos (qswitched) o picosegundos. En cicatrices deprimidas se utilizan láseres ablativos que estimulen el colágeno (CO2 o Erbio) y no ablativos (picosegundos, Erbio 1540 nm y Neodimio YAP 1340 nm); y en cicatrices onduladas son útiles los que generan calor subcutáneo. Las queloides y marcas hipertróficas se tratan con láseres vasculares que controlan la inflamación combinados siempre con fármacos”, explica Ana Reymundo experta en láser y cicatrices en clínica Dr Morales Raya. “Me gusta combinar el láser fraccionado no ablativo con inyecciones de polinucleótidos, que son compuestos de micropartículas de ADN que intensifican la reparación de la piel y aceleran la producción de colágeno”, dice la Dra. Irene Cruz Bobadilla, directora del Departamento de Medicina Estética del Instituto de Benito.
  • Radiofrecuencia con microagujas: esta es una opción versátil para el tratamiento de las marcas. “La radiofrecuencia Morpheus8 de InMode penetra a una profundidad de 7 milímetros y es capaz de eliminar hasta en un 80 % las cicatrices. Funciona bien en las marcas boxscar, más profundas y con forma de cráter; en las rooling, menos profundas con forma de ondas en la piel y en las Ice Pick o puntiformes y también llamadas picahielos”, señala la Dra. Pilar de Frutos.
  • Rellenos dérmicos: “Son muy efectivos para aportar volumen en cicatrices deprimidas y mejorar a la vez la formación de colágeno y elastina. Pero los resultados son transitorios y tendremos que repetirlos en el tiempo si deseamos mantenerlos”, afirma la Dra. Elena Caride de Croma. “Podemos inyectar ácido hialurónico bajo la cicatriz para elevarla al nivel de la piel y mejorar su apariencia de forma temporal. También podemos tratar toda la zona con un bioestimulador, como la hidroxiapatita de calcio, para regenerar la dermis”, dice el dermatólogo Juanma Revelles.
  • Inyecciones de corticosteroides: una opción para tratar las cicatrices hipertróficas (elevadas). “Al reducir la inflamación, estas inyecciones ayudan a aplanar y suavizar el tejido elevado. Es uno de los tratamientos más empleados en cicatrices gruesas y elevadas”, aclara la Dra. Flavia Bonina. “Funcionan muy bien para bajar la inflamación; siempre en combinación con láser vascular y otros activos”, dice la Dra. Reymundo.
  • Ácido tricloroacético (TCA): “Este ácido destruye de manera controlada el tejido e induce la producción de colágeno; aunque está reservado solo para cicatrices graves y profundas como las picahielo. Antes se utilizaba mucho y ahora se usa en combinación con otros láseres como el CO2 para potenciar su efecto, pero no suele emplearse en monoterapia”, dice la Dra. Ana Reymundo.
  • Subcisión: este procedimiento mínimamente invasivo puede ser una opción para las cicatrices persistentes y adheridas. “Son muy difíciles de tratar y, a veces, hay que optar por esta técnica quirúrgica leve que implica insertar una aguja debajo de la piel para romper las bandas fibrosas que tiran hacia abajo. A veces, también aplicamos ácido hialurónico para rellenar esa depresión. Aunque no las eliminemos del todo, podemos mejorarlas mucho”, concluye la Dra. Flavia Bonina.

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