Por qué lo mejor que le puede pasar a ‘Friends’ es que no vuelva jamás
Los responsables de la serie han repetido en diferentes ocasiones que el corazón de la serie se basa en esa etapa vital en la que tus mejores amigos se convierten en tu familia, un hecho que tiende a cambiar cuando llegan los matrimonios y la descendencia.
En septiembre de 1994 Rachel, Monica, Phoebe, Ross, Chandler y Joey entraron en nuestros vidas para convertirse, durante diez temporadas, en los protagonistas de la sitcom más célebre de la historia. Tres lustros después de la emisión de su último capítulo, lo cierto es que para millones de personas Friends todavía no ha concluido. Las aventuras de este grupo de amigos siguen siendo las preferidas por millones de usuarios que han convertido sus episodios en un contenido perenne en sus televisores. ...
En septiembre de 1994 Rachel, Monica, Phoebe, Ross, Chandler y Joey entraron en nuestros vidas para convertirse, durante diez temporadas, en los protagonistas de la sitcom más célebre de la historia. Tres lustros después de la emisión de su último capítulo, lo cierto es que para millones de personas Friends todavía no ha concluido. Las aventuras de este grupo de amigos siguen siendo las preferidas por millones de usuarios que han convertido sus episodios en un contenido perenne en sus televisores. Es el tesoro más preciado por las plataformas de streaming, la snitch dorada de la nostalgia noventera y el arma definitiva para alzarse victorioso en la guerra por la hegemonía del entretenimiento digital. Friends continúa generando más contenido de actualidad hoy que la abrumadora mayoría de series de reciente estreno, con un deseo que se repite insistente: ¿volverá algún día? En su 25 cumpleaños, repasamos todos los motivos que hacen que el mejor regalo de aniversario de la serie sea la frustración de los sueños de los fans.
“Nosotros quisimos hacer una serie sobre gente en la veintena. Y odio tener que ser yo el que os dé la noticia, pero ya no tienen 20 años. Tienen 50”. De esta forma Kevin Bright, productor ejecutivo de la ficción, resumía el sentir general de los creadores de Friends en un artículo de The New York Times. Un motivo que el propio Matt LeBlanc había explicado anteriormente de una manera algo más gráfica: “Creo que nadie quiere ver a Joey haciéndose una colonoscopia”. Empujados por una presión social e industrial casi sin precedentes, los responsables de la serie se han tenido que transformar en curadores del legado cultural de la ficción, en pacientes ecologistas luchando por preservar el animal en peligro de extinción que supone negarse a cobrar cheques mareantes con tal de mantener intacta una obra de de calado generacional.
Esta misma semana, la compañía NBCUniversal ha anunciado los remakes de tres de las series más recordadas de las últimas décadas: Salvados por la campana, Punky Brewster y Battlestar Galactica. Una noticia que hace apenas un lustro podía marcar la agenda de la prensa televisiva, es tratada casi una anécdota en una era en la que lo verdaderamente extraordinario es que una serie de calado no sea readaptada. Twin Peaks, Las chicas Gilmore, Will and Grace o Roseanne son otros de los títulos que han vuelto en los últimos tiempos. A pesar de que un potencial reboot rompería la baraja del sector televisivo provocando un seísmo cultural, ni aún manteniendo su reparto original sería posible el regreso íntegro de Friends. Los responsables de la serie han repetido en diferentes ocasiones que el corazón de la serie se basa en esa etapa vital en la que tus mejores amigos se convierten en tu familia, un hecho que tiende a cambiar cuando llegan los matrimonios y la descendencia. Tentaciones ya imaginó cómo sería el desalentador futuro de los Bing o los Geller más allá de su idílico final –lucha por las custodia de los hijos incluida–, por lo que la vuelta de Friends estaría más cerca de la tragedia que de la comedia.
El cuarto de siglo transcurrido desde el estreno del piloto de la serie es la mejor prueba de que la industria ya no es la misma que, sin la competencia de las plataformas digitales, bendecía con audiencias masivas los avatares neoyorquinos de la pandilla. La vuelta de Friends tendría que ir acompañada de una actualización a la realidad social de 2019. Una serie con seis protagonistas blancos, heterosexuales (la bisexualidad de Phoebe todavía se debate) y de clase media/alta tiene difícil cabida en un panorama televisivo que exige –al fin– cumplir con unos requisitos mínimos de inclusividad y representación. Este asunto también ha sido abordado por sus responsables. “Tendríamos que preguntarnos, ¿qué pasó con los gemelos?, ¿uno de ellos es drogadicto?, ¿alguno de los seis protagonistas se ha divorciado? Porque el 100% de los matrimonios de nuestros amigos no duran”, añade Bright.
Otra de las posibilidades es traer la vuelta la serie pero contando con un reparto joven completamente nuevo o en el que parte del elenco original ejercieran solo como secundarios. Esta solución, tomada en los últimos años por series como Sensación de vivir o Padres forzosos, se ha saldado con la recepción tibia de la crítica y el público. El antecedente del fracaso de Joey, el spin-off centrado en el actor mujeriego y amante de la comida, tampoco añade demasiado optimismo a la hipótesis.
Los responsables de las series más icónicas están demostrando que la codicia es una motivación más que suficiente para poner en jaque el prestigio de cualquier ficción pero, en el caso de Friends, esta motivación tiene menos fuerza que en otros supuestos. El éxito de la serie todavía aporta generosos dividendos a sus creadores, cerrando el último acuerdo por los derechos de emisión en Estados Unidos en una cifra cercana a los 100 millones de euros. El merchandising y los eventos especiales siguen siendo otra parte importante. Cientos de cines en Estados Unidos van a celebrar el aniversario programando durante varias jornadas algunos de los capítulos históricos de la serie, escenas nunca vistas y entrevistas exclusivas con sus protagonistas. Hasta el mismísimo Ralph Lauren le ha rendido homenaje con una colección cápsula y una réplica itinerante de la cafetería Central Perk. Al contrario que lo sucedido con series históricas como Perdidos o la reciente Juego de Tronos, otro de los contras que desalientan una vuelta de Friends es la perfección de su final. Su último capítulo es considerado uno de los mejores, con una nota en IMDB que roza la perfección: 9’7/10.
Probablemente sea el reparto original el más interesado en que Marta Kauffman y David Crane, los creadores y productores ejecutivos, cambien su forma de pensar y den luz verde a una posible reunión pese a haberlo rechazado durante años. Ninguno de los seis protagonistas ha conseguido siquiera asomarse a una repercusión parecida con sus proyectos posteriores. Quizás la más afortunada de todos ellos, Jennifer Aniston, fue la última en reavivar las esperanzas de los fans en su última visita al programa de Ellen DeGeneres: «¿Por qué no volver? Yo lo haría, las chicas lo haríamos. Y los chicos también, estoy segura. Cualquier cosa puede pasar», declaró. Tampoco ayudó demasiado a calmar los ánimos de sus seguidores que los cuatro actores con cuenta de Instagram de la serie se pusieran de acuerdo para subir al mismo tiempo una imagen del grupo de amigos conmemorando el 25 cumpleaños. El post de Courteney Cox, por ejemplo, ya suma más de un millón trescientos mil ‘Me gusta’.
Puede que una solución de consenso, también aportada por Aniston, sea esperar a esa otra etapa vital en la que las amistades vuelven a tener un papel central en el día a día: “Simplemente dejamos pasar algo de tiempo y Lisa (Kudrow), Courteney (Monica) y yo versionamos Las chicas de oro y pasamos nuestros últimos años juntas con muebles de mimbre”.