Bad Gyal: “El mundo tiene reglas absurdas, estúpidas y opresoras”

Bad Gyal (Vilassar de Mar, Barcelona, 24 años) intenta calmar a su perro, un pitbull americano de un año y medio llamado Dior que se marea en los viajes en coche y cuyos quejidos de cachorrillo interrumpen la conversación. La cantante, que en realidad se llama Alba Farelo (su padre es el actor de serie y doblaje catalán Eduardo Farelo), se dirige al próximo concierto de la gira de verano que la está llevando por toda España (la próxima cita es e...

Bad Gyal (Vilassar de Mar, Barcelona, 24 años) intenta calmar a su perro, un pitbull americano de un año y medio llamado Dior que se marea en los viajes en coche y cuyos quejidos de cachorrillo interrumpen la conversación. La cantante, que en realidad se llama Alba Farelo (su padre es el actor de serie y doblaje catalán Eduardo Farelo), se dirige al próximo concierto de la gira de verano que la está llevando por toda España (la próxima cita es en el Caviar Festival el 15 de agosto). “Es muy guay volver a ver a la gente pasárselo bien”. Productora de sus primeros trabajos y total dueña de su carrera, es una estrella del trap y el dancehall con un millón de seguidores en Instagram y fans en todo el mundo: su desinhibición y su falta de prejuicios a la hora de hacer colaboraciones (la última, con Omar Montes) le han valido tantas críticas como elogios. Tajante, segura de sí misma y pragmática, esta representante de la generación Z que sueña con arrasar internacionalmente y cuyo referente es Rihanna no pide perdón por nada: “Quiero que se me escuche mucho, en cuantos más sitios, mejor”.

Pregunta. ¿Qué música se ponía cuando tenía 12 años?

Respuesta. 2Pac, Notorious Big, Queen Latifah, Lil’ Kim...

P. ¿No tenía amigas que escuchasen a Britney Spears?

R. Ostras, es que a mis amigas les gustaba salir en plan techno. O sea, o escuchaban reggae en plan hippy o drum and bass en plan cañero. No había un término medio.

P. Muchos padres considerarían las cosas que le gustaban peligrosas o inadecuadas para alguien de su edad. ¿Por qué cree que los suyos han sido tan tolerantes?

R. Es que no han tenido que tolerar mucho. Una cosa es lo que yo proyecto hacia fuera y otra lo que soy. Puedo parecer una persona superfiestera que sale cada día, pero en realidad soy una tía que tiene su rutina, que se levanta por la mañana pronto, va a entrenar, come bien, descansa y solo bebe los fines de semana. Soy muy responsable y al final esa es la forma de ver el mundo que ellos me han inculcado: si no fuera por ellos, no sería así.

P. ¿Nunca han estado muy preocupados por usted?

R. Quizá cuando a los 18, después de dos años trabajando para pagarme unos estudios, dije: “Ya está, le estoy dedicando tiempo a algo que no me hace feliz”. Se cagaron un poquito porque no confiaban tanto en el rumbo que le quería dar a mi vida, pero a veces el camino convencional no es el bueno para todo el mundo.

P. Los datos dicen que la gente de su generación, los Z, no se droga. ¿Es verdad?

R. Yo no me drogo nunca. O sea, fumo porros pero nunca he probado ninguna droga. Pero eso de que los de mi generación no lo hacen. En fin. No sé qué decirte.

P. ¿Se burla de los mayores diciendo eso de “Ok, boomer”?

R. No uso esa expresión, pero sí que me da mucha risa cuando veo a la gente más vieja ser torpe con la tecnología. El otro día una estilista va a hacerme una foto y se la hace a sí misma. ¿En serio, tía? ¿Vas vestida a la última moda y no sabes usar el móvil? [risas]

Mi plan ideal es salir a cenar, tomarme un vino e irme a mi casa a ver una peli

P. ¿Conoce a viejos de su edad?

R. Sí, claro. Yo misma, porque mi plan ideal es salir a cenar, tomarme un vino e irme a mi casa a ver una peli.

P. ¿Alguna vez se ha tenido que enfrentar a un viejo verde?

R. Sí, probablemente, hay muchos. Por ejemplo, vas por la calle, un viejo te dice algo, pues un viejo verde.

P. ¿Y los hay en la industria en la que trabaja?

R. Yo no me relaciono con esa gente. Tengo mi equipo y hablo lo justo con quien tengo que hablar.

P. Esta semana en Valencia no dejaron a una chica subir a un autobús porque iba con un top de lencería. ¿Qué habría hecho usted en esa situación?

R. Pues preguntar dónde está la ley que dice que no puedo ir vestida como quiera.

P. ¿Y si hubiese una norma?

R. Entonces te aguantas. Yo a veces por las normas también me tengo que joder y no puedo ser todo lo libre que quiero ser. Tristemente el mundo tiene reglas absurdas, estúpidas, opresoras. Yo no me quedaría callada y animo a la gente a que proteste, pero no sé qué puedo hacer para cambiar eso porque yo misma muchas veces en mi carrera me he encontrado en situaciones que he dicho: ¡Qué impotencia!

P. Póngame un ejemplo

R. Pues cuando me censuran vídeos que a los tíos no les censurarían por cosas que yo creo que no se tendrían que censurar, como salir en biquini o que se me vea el culo.

P. En su canción titulada Zorra, cuando dice: “Eres un mierda que no vale nada y lo sabes”. ¿Está pensando en alguien en particular?

R. Me inspiré en la rabia que yo he vivido en relaciones mías. Son emociones reales, pero no experiencias verdaderas.

P. ¿Cuáles son las líneas rojas para usted en una relación?

R. Es muy relativa esta pregunta. Eso cambia según qué relación, según qué personas, según qué momento de tu vida. Quizá a veces tienes unas normas pero las emociones son otras.

P. ¿Rosalía le ha dado algún consejo para hacer carrera internacional?

R. Nos hemos cruzado de “hola” y “adiós”, pero no creo que quiera darme ningún consejo.

P. ¿Le gustaría ser como ella?

R. Me gustaría ser yo y conseguir todo lo que yo quiero. Yo me alegro de que ella consiga todo lo que quiera. Aquí el pastel da para todas.

P. Con las giras se hace mucho dinero... ¿Cuál es la cosa más cara que se ha comprado nunca?

R. Un bolso Louis Vuitton dorado vintage que lo llevaban Paris Hilton y Kim Kardashian conjuntadas y que me hizo mucha gracia.

P. ¿Y puedo saber cuánto le costó?

R. Mejor no. No me gusta hacer fronteo.

P. ¿Qué significa fronteo?

R. Ok, boomer. Búscalo en Google [risas]

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