El caos tras la desbandada del ISIS

En uno de los campos de internamiento del norte de Siria se hacinan 25.000 mujeres y niños

Un soldado de las Fuerzas Democráticas Sirias, el pasado día 24 en Baguz, el último bastión del ISIS.Chris McGrath (Getty Images)

Pese al final del califato, el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) sigue siendo muy peligroso, con células durmientes distribuidas por el territorio que llegó a controlar en Siria e Irak. Sin embargo, su derrota territorial, con la caída la semana pasada del último reducto que controlaba en el sureste de Siria, en Baguz, ha provocado una caótica desbandada en sus filas, sobre todo de los yihadistas que desde dife...

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Pese al final del califato, el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) sigue siendo muy peligroso, con células durmientes distribuidas por el territorio que llegó a controlar en Siria e Irak. Sin embargo, su derrota territorial, con la caída la semana pasada del último reducto que controlaba en el sureste de Siria, en Baguz, ha provocado una caótica desbandada en sus filas, sobre todo de los yihadistas que desde diferentes lugares del mundo acudieron a la llamada de este grupo terrorista, incluyendo a las tres mujeres identificadas ahora como españolas.

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En el principal campo de internamiento, Al Hol, controlado por los milicianos kurdos que combaten en el norte de Siria, se hacinan hasta 70.000 personas, de las que 25.000 son mujeres de los combatientes del ISIS y sus hijos. En cuanto a los yihadistas, unos 5.000 están prisioneros en diferentes cárceles.

La situación es un completo caos y los servicios básicos están apenas asegurados. Las condiciones son extremas, pese a que entra algo de ayuda y se ha creado un mercado dentro del propio campo. La higiene brilla por su ausencia y las enfermedades campan a sus anchas. Decenas de niños se encuentran hospitalizados y 126 han muerto por desnutrición y enfermedades desde diciembre. Muchos internos muestran heridas de guerra, ya que en la batalla final contra el ISIS los combates fueron encarnizados y los bombardeos constantes. Solo la semana pasada, murieron 31 personas cuando se dirigían al campo o en el propio recinto, según explicaron fuentes de una ONG.

En los campos, además, según fuentes kurdas, se han producido enfrentamientos entre algunos miembros del ISIS, que han renunciado a continuar con su militancia y que solo quieren regresar a sus países, y aquellos que mantienen su radicalismo. Se han llegado a producir enfrentamientos violentos con muertos dentro de los tres campos kurdos.

Las Fuerzas Democráticas Sirias, compendio de milicias kurdas y árabes que cuentan con el apoyo de la coalición en la que participan Estados Unidos y otras naciones occidentales, insisten en que no tienen capacidad para mantener a estos más de 75.000 internos en tres campos diferentes. Sostienen que deben hacer frente a necesidades urgentes para la población civil, como reparar las carreteras, atender a los heridos, ocuparse de las infraestructuras, todo ello mientras prosiguen los combates contra el ISIS en algunos lugares aislados.

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Un alto oficial de las fuerzas de seguridad kurdas ha dicho que hasta ahora se han entablado negociaciones de repatriación con Rusia, Indonesia, Marruecos, Argelia y que Francia ha repatriado a seis niños. El Gobierno español lo está estudiando con respecto a las tres mujeres localizadas.

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