El yihadista que sobrevivió a la explosión alertó de una célula en Francia dispuesta a atentar en España

Tres semanas después de la masacre de La Rambla, Mohamed Houli reveló a un funcionario de la cárcel donde está recluido datos sobre las conexiones internacionales de su grupo

Mohamed Houli, uno de los miembros de la célula terrorista que atentó en Barcelona en 2017© CARLOS ROSILLO

Mohamed Houli, el miembro de la célula yihadista que perpetró los atentados de Barcelona y Cambrils el 17 de agosto de 2017 y que sobrevivió a la explosión del chalé de Alcanar (Tarragona), alertó tres semanas después de su arresto de que el grupo terrorista que presuntamente encabezaba el imán Abdelbaki Es Satty no era el único dispuesto a atentar en España aquellos días de agosto d...

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Mohamed Houli, el miembro de la célula yihadista que perpetró los atentados de Barcelona y Cambrils el 17 de agosto de 2017 y que sobrevivió a la explosión del chalé de Alcanar (Tarragona), alertó tres semanas después de su arresto de que el grupo terrorista que presuntamente encabezaba el imán Abdelbaki Es Satty no era el único dispuesto a atentar en España aquellos días de agosto del año pasado. Houli, que fue detenido el mismo día del atentado de Barcelona en el hospital donde estaba ingresado tras resultar herido al estallar accidentalmente el explosivo que la célula había elaborado, aseguró que sus compañeros yihadistas le aseguraron en una de sus reuniones en el chalé que no estaban solos y que había otro grupo “de ocho o nueve personas” en Francia “que tenía pensado pasar a España por Andorra, comprar armas y atentar en Lloret de Mar”. Houli también apuntó a supuestas conexiones de su grupo con Bélgica y a la existencia de otros miembros de la célula no identificados.

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La confesión del presunto yihadista se produjo el pasado 11 de septiembre, cuando estaba recluido en la prisión de Alcalá-Meco, en Madrid, según se recoge en un documento de Instituciones Penitenciarias remitido al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu. En este informe, un funcionario de esta cárcel encuadrado en los llamados Grupos de Control y Seguimiento –encargados de vigilar todos los pasos de los presos terroristas o integrados en grupos mafiosos- redactó un informe en el que daba cuenta de los detalles que Houli le había facilitado durante una entrevista que habían mantenido a petición del propio recluso. El funcionario aseguraba en el escrito que el preso le dijo que le quería contar “una serie de datos que no ha contado hasta ahora” después de que su padre –que le había visitado en el centro penitenciario- y el interno con el que se relacionaba, otro preso vinculado con grupos yihadistas, le aconsejaran contar “todo lo que sabe”.

En su nueva confesión –para entonces ya había declarado al menos cinco veces ante los Mossos d’Esquadra y una ante el juez Andreu-, Houli recalcó que todo lo que había contado hasta ese momento “era cierto”, pero que ocultó algunos datos porque tenía miedo a sufrir represalias. El yihadista detalló que otros integrantes del grupo, entre ellos Younes Abouyaaqoub, autor material del atropello de La Rambla, viajaron días antes de los atentados a las localidades de Marsella y París –la investigación ha constatado el viaje a la capital francesa- y que entre ellos hablaban de la existencia de “dos hombres” que tenían estrecha relación con el imán Es Satty, y que se trasladaban a Francia y Bélgica. “Estos hombres eran los que mandaban por él, que eran gente de dinero y que nos iban a ayudar. De ellos no sé nada”, aseguró Houli según el informe incorporado al sumario de los atentados.

El terrorista también afirmó haber escuchado a sus compañeros referirse a la existencia de una segunda célula en Francia dispuesta a atentar aquellos mismos días en Lloret de Mar “contra el Ayuntamiento y la Policía. Yo no sé si lo querían hacer de forma coordinada con nosotros o no”, añadió. Siempre según su testimonio, el objetivo principal de la célula de la que él formaba parte era la Sagrada Familia, aunque insistió en que desconocía “la forma, el día y la hora” en la que iban a atentar. “No sé si había más objetivos. Creo que esperaban a decírnoslo en el último momento y lo que teníamos que hacer cada uno”, añadió. Para perpetrarlo, admitió que habían elaborado una importante cantidad de explosivo -unos cincuenta sacos con entre tres y cinco kilos cada uno-, aunque también señaló que los otros integrantes de la célula aseguraban que Es Satty tenía armas o explosivos escondidos “en la montaña” y que las iba "a bajar".

En su testimonio, Houli señaló a sus compañeros Mohamed Hichamy, Younes Abouyaaqoub, Yussef Aalla y el imán –todos fallecidos- como el núcleo duro de la célula terrorista. Un grupo que calificó como “cerrado” y que no compartía con el resto todos los detalles. En este sentido, aseguró que un día que salió del chalé junto a Youssef Aalla para vender joyas con las que financiar las actividades del grupo, vio que el imán entablaba conversación con un chico vestido con una camiseta de fútbol al que él no conocía. Aseguró que cuando le preguntó a Aalla de quién se trataba, este se limitó a decirle que era uno de ellos, pero que por el momento no necesitaba saber más. Nunca volvió a verlo.

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Sobre la financiación, Houli aseguró que el grupo “manejaba dinero”, aunque él nunca llegó a ver “grandes cantidades”. “Nos dijeron –en referencia a Abouyaaqoub, Aalla y Hichamy- que si necesitábamos dinero que se lo pidiéramos. Por ejemplo, el dinero [para adquirir las bombonas] del butano [que se iban a utilizar en el atentado] nos lo daban ellos, siempre en efectivo. Creo que tenían dinero suficiente para hacer todo lo que se necesitara”, concluyó.

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