“La foto denuncia nuestra indiferencia”

José Palazón quedó impactado por la instantánea de la valla de Melilla

Una docena de inmigrantes permanece encaramado a la valla de Melilla mientras dos personas juegan al golf.JOSÉ PALAZÓN

Se lo dijo un fiscal hace ya 20 años, cuando José Palazón (Cartagena, Murcia, 1955) se quejó un día al representante del ministerio público de que sus denuncias por maltrato contra los inmigrantes que saltaban la valla de Melilla no prosperaban: “Presenta pruebas. Haz fotos”, le aconsejó. Palazón, presidente de la ONG Prodein, le hizo caso. La imagen es una más de sus pruebas, aunque de extraordinaria repercusión. Muestra a una docena de inmigrantes encaramados a la ...

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Se lo dijo un fiscal hace ya 20 años, cuando José Palazón (Cartagena, Murcia, 1955) se quejó un día al representante del ministerio público de que sus denuncias por maltrato contra los inmigrantes que saltaban la valla de Melilla no prosperaban: “Presenta pruebas. Haz fotos”, le aconsejó. Palazón, presidente de la ONG Prodein, le hizo caso. La imagen es una más de sus pruebas, aunque de extraordinaria repercusión. Muestra a una docena de inmigrantes encaramados a la valla de Melilla mientras dos golfistas prosiguen su juego ajenos a todo. “La foto habla de las causas del fenómeno: las desigualdades Norte-Sur y de la indiferencia con la que vivimos este tema en nuestro mundo”, subraya Palazón.

Tomó la imagen el 22 de octubre pasado. Quedó impactado. “Y eso que estoy acostumbrado a ver los saltos”, cuenta. “Hice 30 o 40 fotos, vídeos, no podía marcharme de allí”, relata. Palazón asegura que el premio servirá para darle “cierta protección” ante su incómoda labor en Melilla, y “ánimo para seguir en la lucha por los derechos humanos”. La ONG que dirige no recibe subvención y vive del voluntariado de sus 84 miembros. “Lo que sucede aquí no es moral, no es ético y no puede legalizarse”. ¿Cómo acabó la escena? “Los inmigrantes estuvieron 12 horas encaramados en la valla, sin comer ni beber. Había fuerte viento. Cuando anocheció apagaron las luces y en 10 minutos la Guardia Civil los había bajado. Se oyeron voces, gritos. Se encendieron las luces y ya no había nadie”.

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