“También es democracia decidir sobre qué no se vota en España”

En el debate sobre la consulta soberanista en Cataluña todos los argumentos giran en torno a la interpretación de la idea de derecho. Y si la reivindicación de CiU, ERC e ICV es la concesión a la Generalitat del derecho a celebrar una consulta, Rosa Díez llevó este martes la negación de esa petición a sus extremas consecuencias. Esto es, la portavoz de UPyD negó, en el Congreso, la posibilidad de diálogo “con quien incumple las normas, con quien lleva a gala no cumplir las sentencias de los tribunales y con quien no reconoce las reglas del juego”.

El punto de...

En el debate sobre la consulta soberanista en Cataluña todos los argumentos giran en torno a la interpretación de la idea de derecho. Y si la reivindicación de CiU, ERC e ICV es la concesión a la Generalitat del derecho a celebrar una consulta, Rosa Díez llevó este martes la negación de esa petición a sus extremas consecuencias. Esto es, la portavoz de UPyD negó, en el Congreso, la posibilidad de diálogo “con quien incumple las normas, con quien lleva a gala no cumplir las sentencias de los tribunales y con quien no reconoce las reglas del juego”.

El punto de partida de Díez es sencillo. “También es democracia decidir sobre qué no se vota en España”, enfatizó en referencia a “la recuperación de la pena de muerte o a la ablación”. Denunció los planteamientos del presidente catalán, Artur Mas, que llegó a calificar de “reaccionarios”. “Ustedes han traído a esta cámara un debate absolutamente antieuropeo sobre la necesidad de levantar fronteras. No hay discurso más antieuropeo, más reaccionario. Un discurso basado en la hispanofobia, que se parece demasiado a la eurofobia”, prosiguió, antes de acusar a los nacionalistas de “pretender quitar derechos a una parte de los ciudadanos”.

Díez dibujó un panorama desolador para “los ciudadanos no nacionalistas” de Cataluña. En su opinión, “viven oprimidos y no pueden ocupar el espacio público”. Y llegó a comparar ese clima con el franquismo. “Durante una parte de mi vida”, dijo, “era una mala española por no ser franquista; durante una larga parte de mi vida era una mala vasca por no ser nacionalista”.

La líder de UPyD, que aprovechó su intervención para criticar el actual modelo territorial del Estado, abundó en la negación de una negociación sobre el futuro político de Cataluña. “El diálogo, al igual que la paz, son las palabras más pervertidas de la historia, porque todo el mundo está a favor”, consideró.

También quiso rebajar la trascendencia de lo que ayer se debatía en la Cámara baja —la cesión de competencias a la Generalitat para convocar consultas— porque en su opinión no encerraba la hoja de ruta real de Mas. “No estamos ante un gran debate, porque el que podía haber traído un gran debate, a lo mejor el presidente de la Generalitat [ausente], el plan soberanista de Cataluña.... no ha querido traerlo”. “No estamos ante un gran debate porque este debate tiene un poco de farsa, un poco de fraude”, insistió, antes de aplicar el discurso de regeneración democrática, habitual en el argumentario de UPyD, al escenario catalán: “No hay democracia blanca y negra, hay democracia de calidad o no. Si hay impunidad en el resto de España, allí hay el doble”, mantuvo en referencia a los escándalos de corrupción que afectan a CiU.