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Los supervivientes de Tarajal

Los subsaharianos que intentaron entrar el jueves en Ceuta acampan en los montes marroquíes próximos a la frontera

Buback quiere llegar a Barcelona. En la ciudad catalana vive actualmente uno de sus hermanos, según cuenta este maliense de 17 años, aficionado del Real Madrid. Sentado en la cueva donde duerme, a apenas tres kilómetros del paso fronterizo de Ceuta, el chaval enciende un fuego para calentarse en la noche del viernes. En francés, relata que se oculta desde hace un año en los montañas con el objetivo de superar algún día la valla que separa Marruecos de España. Y, de hecho, el pasado jueves, él también se lanzó al Mediterráneo para intentar llegar a suelo ceutí. Pero no lo consiguió. "La Guardia Civil nos disparaba pelotas de goma", cuenta. Una acusación que niega la delegación del Gobierno y el instituto armado.Julián Rojas
La Guardia Civil calcula que el pasado jueves murieron 14 inmigrantes durante el intento de entrada a Ceuta. Pero, hasta ahora, tan solo se han encontrado diez fallecidos. La policía marroquí recuperó el mismo jueves nueve cuerpos en aguas de dicho país. Y, el pasado sábado, los agentes del instituto armado localizaron a uno de los subsaharianos sin vida en territorio español. A falta de hallar otros cuatro cadáveres, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Beneméritca continúa con las labores de rastreo, siempre en aguas jurisdiccionales de Ceuta. En la fotografía, una embarcación de la Guardia Civil busca a los desaparecidos.Julián Rojas
Los inmigrantes escondidos en Marruecos insisten en que los efectivos de la Guardia Civil les dispararon pelotas de goma y les lanzaron gas lacrimógeno cuando se encontraban en el agua. "Muchos de mis compañeros se desmayaron al inhalarlo", subraya Musa Khalifa, un nigeriano de 20 años. El delegado del Gobierno en Ceuta, Francisco Antonio González Pérez, reconoció el viernes que el instituto armado empleó material antidisturbios. "Pero nunca contra las personas. Solo al aire y para asustar", afirmó. "Las pelotas se lanzaron en elíptica, por encima de la valla", ha insistido Interior. En la fotografía, un subsahariano describe el enfrentamiento con la Guardia Civil.Julián Rojas
En la fotografía, Buback, Abderraman y Nikola descienden por una escarpada montaña, camino de las cuevas en las que duermen. Cerca de ellas, a solo diez minutos a pie, se encuentra una explanada redonda de piedras (a la que denominan "campo de fútbol") donde se concentraron los más de 300 inmigrantes que el pasado jueves intentaron traspasar la frontera ceutí. Quedaron a las doce de la noche, explican. Y a las dos de la madrugada comenzaron su marcha. Tres horas después trataron por primera vez de cruzar la valla. No tuvieron éxito. Hubo un segundo intento. Pero tampoco lo lograron. Durante el tercero, cuando se lanzaron al Mediterráneo para bordear el espigón que separa España y Marruecos, ocurrió la tragedia.Julián Rojas
Ras Luta (Castillejos, Marruecos) es el pueblo más cercano a sus cuevas. Aunque, para llegar hasta esa pequeña aldea, tienen que andar durante más de una hora. Por el camino que une ambos puntos se observa a los inmigrantes cargando botellas de agua, bolsas de comida y sacos de mantas sobre sus cabezas. En la mañana del sábado, los más de veinte subsaharianos que deambulan por las montañas coinciden en lo mismo, acusan a la Guardia Civil de dispararles cuando trataban de alcanzar la playa de Tarajal. "Sentí un golpe en la cabeza. Y caí al agua. Entonces me sacó un policía marroquí", apostilla Musa Khalifa. En la fotografía, uno de los inmigrantes muestra donde vive.Julián Rojas
Llegó a Marruecos hace un año. Lo hizo en coche y pagó por ese viaje 600 euros. En su país natal, Mali, Buback dejó a sus padres y a uno de sus hermanos. El joven explica que conocía a varios de los subsaharianos fallecidos en el paso fronterizo de Ceuta. Eso sí, no recuerda cómo se llamaban. Así que telefonea a un amigo que también conocía a los muertos y repite sus nombres: "Dacoleiv, Keta Ibrahim, Oncle Nonga, S. Matin". De Camerún, Togo, Senegal. En la fotografía, el chaval aguarda a "un compañero" en un camino que transcurre entre las montañas próximas a la ciudad autónoma.Julián Rojas