Las abanderadas de la rebeldía fiscal

En mayo de 2013, el presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, anunció una bajada de impuestos y tasas en su Comunidad. Estas se han traducido en una reducción del tramo del IRPF autonómico a las personas con rentas inferiores a 24.000 euros anuales. La medida es simbólica, ya que supone una rebaja de 23 euros para las 430.000 personas beneficiadas, pero ha convertido a Extremadura en la primera Comunidad que baja este impuesto durante una etapa de recesión. Monago anunció el pasado 11 de octubre nuevas ayudas: 1.400 euros por nacimiento a familias de rentas bajas empadronadas en municipios con menos de 3.000 habitantes y una deducción en el impuesto de la renta para personas viudas de entre 100 y 200 euros que no será compatible con la deducción por trabajo dependiente. Extremadura ha pasado del segundo mayor déficit al menor del país —ha bajado cuatro puntos—.

La Generalitat anunció reducciones fiscales en septiembre de 2013, apenas dos meses después de aprobar una subida de impuestos de sucesiones y donaciones, de transmisiones patrimoniales y de actos jurídicos documentados con el objetivo de recaudar hasta 133 millones de euros en 2015. Este incremento no alcanzaría para cumplir con el objetivo de déficit de la comunidad, un 1,6% para este año, que es el más alto del país, pero sí aliviaría el desequilibrio en las cuentas valencianas. Pese a todo, el presidente Albert Fabra anunció en octubre una rebaja de algunos impuestos de menor calado que la subida anterior. En concreto anunció, sin especificar cuantías, deducciones en el IRPF por obras de mejora en la vivienda, una bonificación del 100% del impuesto de actos jurídicos documentados para refinanciar hipotecas de las empresas y para créditos de emprendedores, una prórroga de las exenciones de tasas a emprendedores, la deducción del 10% del IRPF por donativos a universidades e investigación y la ampliación del límite de renta para la deducción a familias numerosas de categoría especial.

El presidente de la Comunidad, Ignacio González, anunció una bajada de impuestos a partir de 2014 durante su intervención en el debate del estado de la región. La Comunidad estudia bajar un punto la parte del IRPF regional, de forma que el marginal máximo se situaría cerca del 51,4% frente al 51,9% actual, casi seis puntos menos que en Cataluña o Andalucía, que se mantienen en un 56%. Madrid no tiene mucho margen de maniobra para bajar impuestos, ya que patrimonio, sucesiones y donaciones ya están bonificados al máximo: solo el Gobierno de Madrid ha renunciado a recaudar el impuesto sobre el patrimonio, un tributo que grava la riqueza neta y que no aplican los contribuyentes madrileños y también cuenta con un impuesto sobre transmisiones patrimoniales y un impuesto de sucesiones por debajo de la media. La Comunidad es la cuarta con el déficit más bajo, un 1,1 en 2012.