Terremoto en Siria: “No hay tiempo que perder para ayudar a la población de esta región”
Los seísmos de Turquía y Siria han causado más de 35.000 muertos y decenas de miles de heridos, según las últimas estimaciones. Ahmed Rahmo, coordinador de MSF en la región de Idlib y residente en Gaziantep, explica las dificultades de respuesta humanitaria en esta zona
Cuatro días después de los terremotos de Turquía y Siria, que han causado más de 35.000 muertos y decenas de miles de heridos, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) siguen desplegando su respuesta de emergencia en el noroeste de Siria. De momento, recibimos muy poco apoyo internacional del exterior. Nuestro trabajo es esencial, pero también es una gota en el océano, pues las necesidades son inmensas en la región. Cubrimos las básicas, proporcionando alimentos, agua y atención médica.
La mayoría de los hospitales sirios ya se enfrentaban a muchas dificultades y carencias, debido a la falta de fondos para ayuda humanitaria y a las dificultades de acceso a este territorio sin salida al mar. Bab Al-Hawa era el único punto de paso de los convoyes humanitarios hacia el noroeste de Siria y estaba muy politizado antes de la catástrofe. Ya era difícil llevar suministros y medicinas de Turquía a Siria.
Algunos supervivientes, si no están hospitalizados, lo han perdido todo: sus casas, su ropa, el acceso a los alimentos, a veces parte de su familia, su dinero...
Tras los terremotos, el paso estuvo cerrado tres días y no se reabrió hasta ayer, con muy poco tráfico por el momento. Hasta ahora, las organizaciones humanitarias han tenido que recurrir a las reservas de emergencia que tenían in situ. No hay tiempo que perder para ayudar a la población de esta región, y la entrega de suministros es crucial. Dos millones de personas viven en campos de desplazados, a menudo en tiendas abiertas, expuestos al viento.
Más y más desplazados
Solo una semana antes del terremoto, una tormenta de nieve azotó el territorio. Las condiciones de vida se han deteriorado considerablemente. Donamos equipos de calefacción, mantas y colchones, que son vitales en estas condiciones climáticas, ya que las temperaturas bajan de los cero grados por la noche. En la actualidad, cada vez más personas se ven obligadas a trasladarse a estos campos, y se han abierto centros de acogida para alojar a más desplazados. Por ahora, hay 15 en la región de Idlib, y hemos puesto en marcha clínicas móviles para ofrecer consultas médicas en cinco de ellos. Ampliaremos esta actividad en los próximos días.
Nuestra organización también han donado material médico a más de 10 hospitales. Respondemos a muchas necesidades, como traumatología, atención obstétrica y diálisis. También enviamos a parte del personal médico de nuestro hospital de Atmeh, especializado en el tratamiento de quemados, para apoyar a otros hospitales, cuyo personal se vio desbordado por el número de heridos. Nuestros cirujanos pudieron ayudarles. También movilizamos nuestras ambulancias para los traslados entre hospitales.
Dos millones de personas viven en campos de desplazados, a menudo en tiendas abiertas, expuestos al viento
Cada día nuestros equipos nos explican historias trágicas. Algunos supervivientes, si no están hospitalizados, lo han perdido todo: sus casas, su ropa, el acceso a los alimentos, a veces parte de su familia, su dinero, todo… Ahora viven en tiendas de campaña. Necesitan ropa y productos de higiene, necesitan agua y alimentos, lo necesitan todo.
Los equipos humanitarios también deben proteger a estas personas del cólera, que afecta a la región desde el pasado mes de septiembre y que prolifera en condiciones tan precarias y por la falta de acceso al agua potable. Ya luchábamos contra esta enfermedad desde hace meses, pero nuestra organización solo puede cubrir una parte de las necesidades, sobre todo ante el empeoramiento de la situación. Para muchos habitantes de este territorio, las condiciones de vida se han vuelto aún más desastrosas.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aquí a nuestra ‘newsletter’.