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Revolución en tacones: vidas ‘queer’ y cultura ‘drag’ en Kenia

Este colectivo resiste con fuerza en el país africano gracias a extrovertidos espectáculos y fiestas ‘ballroom’. En sus ‘shows’ reafirman y celebran su identidad, que en 2023 estuvo amenazada por un proyecto de ley que contenía penas de muerte por “homosexualidad agravada”. Esta muestra fotográfica refleja los retos a los que se enfrentan las ‘drag queens’ kenianas y el activismo que esconden bajo sus pelucas

Identificarse como 'queer' en Kenia es legal, pero existe la paradoja de que las relaciones entre personas del mismo sexo están prohibidas, así que pueden conllevar penas de cárcel. Esto se deriva de una ley impuesta por el Imperio Británico en 1897, que controlaba entonces la región, que castiga los actos “contrarios al orden de la naturaleza” con hasta 14 años de prisión. Los grupos de derechos humanos argumentan que la ley viola derechos consagrados en la Constitución de Kenia, pero un fallo judicial de 2019 rechazó una petición para despenalizar la homosexualidad en el país.​ En la imagen, preparación de una fiesta 'ballroom' en Nairobi, el 10 de febrero.Laia Ros y Myrto
En 2023, un nuevo proyecto de ley proponía penas severas, incluida la pena de muerte, por “homosexualidad agravada”, amenazando con revertir los avances logrados por los grupos de derechos LGBTQ+ ese mismo año. Aunque las leyes contra la homosexualidad rara vez se aplican, a menudo sirven como pretexto para el acoso y la extorsión generalizados de las personas 'queer'. También, según Human Rights Watch, se utilizan para justificar la discriminación en el empleo y la vivienda, negar servicios a las víctimas de violencia y provocar la expulsión de estudiantes de la escuela, lo que afecta desproporcionadamente a quienes viven en la pobreza.​ En la imagen, una 'drag' se maquillaba, el 16 de febrero en Nairobi.Laia Ros y Myrto
A pesar de esta dura y compleja realidad, la comunidad 'queer' del país es más fuerte que nunca y encuentra en los espectáculos de 'drag' y las fiestas de 'ballroom' espacios de alegría y resistencia para celebrar su identidad. En 2023, un fallo histórico de la Corte Suprema permitió que las organizaciones LGBTIQ+ en Kenia se registraran oficialmente, según Human Rights Watch, poniendo fin a una batalla legal de una década. Cuatro años antes, Kenia se convirtió en el primer país africano en reconocer a las personas intersexuales. Hoy en día, el Gobierno también ofrece formación de sensibilización a sus funcionarios y su política de asilo permite buscar refugio a ugandeses que huyen de la persecución por motivos de orientación sexual, ya que existe la pena de muerte en su país. Pero el proyecto de ley de protección familiar propuesto en 2023 hace temer graves reveses, incluida la pena de muerte por “homosexualidad agravada”, que incluye relaciones sexuales homosexuales con un menor o una persona discapacitada o cuando se transmite una enfermedad mortal.​ En la imagen, varias 'drags' preparaban su calzado, el 16 de febrero en Nairobi.Laia Ros y Myrto
Los líderes religiosos (mayoritariamente cristianos y musulmanes) ejercen una influencia significativa en la opinión pública y política. Acostumbran a considerar los derechos de la comunidad LGTBIQ+ como contrarios a los valores familiares tradicionales. Sus voces, que abogan por leyes contra la homosexualidad y, a menudo, cuentan con el apoyo de organizaciones evangélicas estadounidenses, dan forma al discurso público y a las agendas legislativas. Las iglesias a menudo organizan terapias de conversión u orquestan protestas contra la homosexualidad, según la asociación GALCK+. Algunos van incluso más allá y ven el activismo LGBTQ+ como obra del diablo o un complot de ambientalistas para abordar el cambio climático mediante el control de la población, según la prensa local. En la imagen, la cruz que recibió en su bautizo Andeti, fundador de la primera casa de 'ballroom' de Nairobi, y que aún guarda en su casa.Laia Ros y Myrto
En el centro de este cambio cultural emerge la escena 'drag' en la capital de Kenia, Nairobi, donde los espacios urbanos albergan cada vez más espectáculos 'drag' para abrazar la cultura 'queer'. Lo que comenzó como actuaciones privadas y clandestinas se ha convertido en una celebración de la alegría 'queer', que sirve no solo como entretenimiento y expresión artística, sino también como una poderosa forma de activismo que fomenta una mayor comprensión de los derechos LGBTQI+.​ En la foto, tomada el 16 de febrero en Nairobi, la artista 'drag' Cronic ha escrito cómo se siente cuando actúa: “Me siento segura y más yo misma de lo que me he sentido nunca“.Laia Ros y Myrto
“El 'drag' es una forma de resistencia, pero sobre todo una forma de apoyo, de creación de conciencia. Porque adivina qué: estamos aquí y existimos”. Sisi Chaunt se mudó a Nairobi a la edad de 18 años para estudiar moda, después de haber descubierto su pasión por interpretar personajes femeninos en el club de teatro de su escuela secundaria. A pesar de una infancia marcada por el acoso, encontró un apoyo inquebrantable en su madre. Hoy, Sisi abraza sin miedo su identidad como artista 'drag' y madre 'drag' de cuatro hijas; es decir, ha ayudado a otras cuatro artistas en sus primeros pasos en esta comunidad. Comenzó con espectáculos privados y ahora actúa públicamente con su familia 'drag', House of Chaunt. Pero incluso dentro de la comunidad, los desafíos persisten. Conseguir financiación para vestuario, maquillaje y organizar conciertos sigue siendo un obstáculo importante, mientras que las expectativas para ofrecer actuaciones de gran calidad aumentan.​ En la foto, tomada el 15 de febrero en Nairobi, Sisi ha escrito cómo se siente cuándo actúa en 'drag': “Un sentimiento de que la sociedad quiere que exista y sea mi mejor versión. Normalmente siento que es el mejor sitio para mostrar al mundo cómo Dios me ha bendecido con talento“.​Laia Ros y Myrto
Dentro de la comunidad 'queer' de Kenia, el 'ballroom' está surgiendo como un espacio de expresión artística. Este tipo de fiestas encuentran su origen en las comunidades negras y latinas 'queer' de la ciudad de Nueva York en los años sesenta. Los participantes compiten en categorías en las que exhiben sus increíbles trajes pensados para la ocasión y sus movimientos de 'voguing' (estilo de baile creado en este contexto que buscaba imitar las poses de las modelos de las revistas de moda). A diferencia del 'ballroom' estadounidense, el movimiento en Kenia está eclosionando y se centra más en cultivar el interés y la participación. Inspirándose en los 'reality' 'RuPaul's Drag Race' y 'Legendary', los participantes actúan en círculos muy cerrados para mostrar sus talentos, celebrar sus identidades y construir una comunidad de apoyo.​ En la imagen, una fiesta en Nairobi, el 10 de febrero.Laia Ros y Myrto
"Las personas que no estaban familiarizadas con el 'ballroom' ahora pueden apreciar la cultura, quieren protegerla y hacerla crecer aún más". Ashton Lawrence, de 25 años, conocido como 'Eyeliner Monarch', es creador musical y cocreador de la aclamada Wunderlust Party, un evento fundamental en la cultura 'ballroom' en Nairobi desde 2019. Son fiestas con sesiones de DJ, batallas de bailes y actuaciones en directo, en las que decenas de personas se unen para escapar de las presiones sociales y los prejuicios que enfrentan en su vida diaria.​ En la foto, tomada el 10 de febrero en Nairobi, ha escrito cómo se siente cuándo actúa: "Libre".Laia Ros y Myrto
“Queremos superar la noción de exclusividad, de luchar unos contra otros y, en cambio, promover la inclusión para crear un espacio donde todos puedan existir, independientemente de sus diferencias”. Andeti es el encargado del sonido y el codirector de la Wunderlust Party, además del padre de la House of Andeti, la primera casa de 'ballroom' de Nairobi. Inspirándose en la serie 'Pose' de Netflix, también ofrece clases de 'voguing' gratuitas para personas de todos los orígenes. Su misión: brindar un refugio acogedor para quienes se sienten marginados y desafiar la discriminación creando un espacio donde todos puedan coexistir, ya sean 'queer', heterosexuales, negros o blancos. En la foto, tomada el 10 de febrero en Nairobi, ha escrito cómo se siente cuándo actúa: "Seguro de sí mismo".Laia Ros y Myrto
Las Ishtar Dolls son un grupo compuesto por personas LGTBIQ+ que se expresan a través de desfiles de moda improvisados, como el de la imagen, el 16 de febrero, ​​y actuaciones de 'playback'. Son voluntarias en Ishtar, un centro comunitario fundado en 1997 en Nairobi, y que pertenece a la Coalición de Gays y Lesbianas de Kenia. Con más de 8.000 miembros, el centro ofrece servicios de salud para hombres que tienen sexo con hombres, incluido tratamiento del VIH, asesoramiento y pruebas de ETS. Pero más allá de una simple clínica, Ishtar es un hogar y espacio seguro para muchas de las 'dolls' (muñecas) que han sufrido experiencias dolorosas, y les permite expresarse sin ser juzgadas.​Laia Ros y Myrto
“El 'drag' es una forma de expresión que depende en gran medida de la libertad y la alegría. Se siente extraño que la gente todavía intente encerrarlo, etiquetando quién es una 'drag queen' o un 'drag king' “de verdad”. Si nos atenemos a las viejas definiciones, nos perdemos el hecho de que algunas personas no pueden o no quieren elegir”. Cuando llegó a Kenia procedente de Estados Unidos, Zayn quedó impresionada por el ingenio de la escena 'drag' de Nairobi y el profundo sentido de comunidad, a pesar de las adversidades. Aquí la gente aprovecha lo que tiene, improvisando disfraces y 'looks'. Pero también hay una timidez persistente, una necesidad de precaución en espacios públicos a los que no está del todo acostumbrada. Una razón más para que ella apoye este movimiento transformador.​ En la foto, tomada el 16 de febrero en Nairobi, ha escrito cómo se siente cuándo actúa: “El 'drag' para mí es sentarme en casa conmigo misma; se siente cómo jugar con la fluidez dentro de mí”.​Laia Ros y Myrto