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Las mujeres que sobrevivieron a la violencia sexual de Tigray

El conflicto que durante dos años sufrió el norte de Etiopía está considerado como el más sangriento del siglo XXI, con más de 600.000 muertos. Al menos 10.000 personas fueron sometidas, además, a violaciones y agresiones, según algunos cálculos

Ximena Borrazás EDGAR GUTIÉRREZ
Tigray (Etiopía) -
“Entraron y me golpearon en la cabeza con el arma, caí al suelo por el golpe y me violaron cinco soldados, uno por uno”. Tirhas Tadasse, fotografiada el pasado mayo, es de la ciudad de Adua (Tigray, norte de Etiopía), pero llevaba un tiempo llevando una vida tranquila en Legomiti, regentando su hotel, criando a tres hijos. Después del ataque de un grupo de militares eritreos, perdió su embarazo de tres meses y tuvo que abandonar su hogar. La guerra de Tigray, que duró dos años (de 2020 a 2022) es la más mortal del siglo, con 600.000 civiles muertos, según cálculos de la Unión Europea, de varios organismos internacionales y de algunos expertos.Ximena Borrazás
El conflicto etíope estalló en noviembre de 2020, cuando el primer ministro Abiy Ahmed declaró la guerra al Frente de Liberación del Pueblo de Tigray. Se sucedieron dos años de masacres documentadas por Naciones Unidas y de un bloqueo de la región de Tigray que impidió la entrada de ayuda humanitaria y de la mayoría de periodistas. En la guerra también participaron milicias amharas y el ejército eritreo en apoyo de las Fuerzas Armadas etíopes. La Comisión Internacional de Expertos en Derechos Humanos sobre Etiopía (CIEDH) estimó en un informe publicado en septiembre de 2023 que hay unas 10.000 supervivientes de violencia sexual en la región, aunque reconoce que la cifra, probablemente, sea mucho mayor.EDGAR GUTIERREZ
“Las supervivientes de la guerra están en situaciones muy complicadas, físicamente, psicológicamente, económicamente, todo es muy complicado” dice la hermana Mulu, enfermera de referencia del One-Stop Center del hospital Ayder de Mekele, una clínica que atiende a supervivientes de violencia sexual, que recibe apoyo de la ONU. A algunas de las víctimas, asegura Mulu, les introducían en la vagina arena, piedras, vidrios, tornillos, cortaúñas u otros objetos.Ximena Borrazás
La mayoría de agresiones sexuales en Tigray (un 76%) las cometieron grupos formados por tres hombres, de media, según un informe publicado en agosto de 2023 por la asociación Physicians for Human Rights (médicos por los derechos humanos). Casi dos años después del alto el fuego, muchas de las víctimas continúan viviendo en campamentos de desplazados en condiciones precarias, como el de la foto, en Mekele. En algunos casos, las supervivientes fueron abandonadas por sus parejas y por sus familias debido al estigma.Edgar Gutiérrez
Azmera, de 32 años, cuenta que su vida cambió para siempre el 1 de junio de 2021. Dos patrullas eritreas llegaron a su casa, ejecutaron a sus dos hermanos, la tomaron por la fuerza y la secuestraron, junto a otra mujer, Maeza, en una base militar a las afueras de la ciudad de Adua, cerca de la frontera con Eritrea. En una casa a medio construir, fue violada por cuatro soldados. Maeza fue agredida, asegura, por muchos más, y posteriormente, ejecutada. Según Azmera, fue obligada a cavar una tumba y enterrar a su amiga. A los 10 días de cautiverio, tras pagar una fianza, obtuvo la libertad. Al regresar a su hogar y contarle a su marido lo sucedido, el hombre le pidió el divorcio.Ximena Borrazás
No muy lejos de la casa de Azmera, en la ciudad de Adua, hay un campamento de desplazados en el que malviven 5.500 personas. Según fuentes de la oficina de Asuntos de la Mujer de Adua, en esta localidad se reportaron 1.374 violaciones, y en 86 de ellas se detectaron casos de VIH, una enfermedad que se expande rápidamente entre las víctimas de la guerra. De acuerdo con estas cifras, 72 de estos casos corresponden a niños. “Muchas de las víctimas deben interrumpir el tratamiento de enfermedades de transmisión sexual porque para ingerir las píldoras hay que tener el estómago lleno antes”, asegura la hermana Mulu, enfermera del One-Stop Center. Ximena Borrazás
La guerra más sangrienta del siglo XXI no ha quedado en el pasado. A menos de dos años de la firma del acuerdo de paz, las tensiones aún se sienten en el aire. En la carretera que conecta las ciudades del norte con Mekele, la capital, dos soldados se paseaban en mayo portando sendos ‘kaláshnikov’ junto a un anuncio de que unos kilómetros más adelante habría un puesto de control militar. EDGAR GUTIÉRREZ