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La casa que imaginé tras perderlo todo en el terremoto de Marruecos

El seísmo del pasado 8 de septiembre mató a casi 3.000 personas y dejó una huella imborrable en el norte de África, una zona ya agrietada por la historia. Estas son fotos intervenidas por los protagonistas del desastre, que posaron frente a los escombros, dibujando y escribiendo cómo imaginan reconstruir sus hogares

Fotos: Edu León Texto: Isabel Lucendo / Edu León
Amizmiz (Marruecos) / Madrid -
Fatima Ben, de la población de Amsgune, en las ruinas de lo que fue su casa. Perdió a su sobrina en el terremoto que sacudió Marruecos el pasado 8 de septiembre. En total, casi 3.000 personas murieron y unos 2,8 millones de habitantes (dos terceras partes de la población de las provincias del Alto Atlas) se vieron afectados por la catástrofe. En la foto, Ben hace un dibujo de lo que imagina que podría ser su futuro hogar y escribe: "Siento miedo porque vendrá la lluvia. Queremos una casa que nos proteja del frío y del invierno".
Said posa junto a sus hijos frente al lugar al que iba a mudarse antes del terremoto con sus hijos y su esposa. En su comunidad, en Tassilla, en la región de Taurudant, el seísmo dejó casi 500 víctimas. Said era profesor de árabe y cuenta que perdió a 18 alumnos y 17 familiares cercanos. "Esta foto fue tomada en la que iba a ser mi nueva casa con mis hijos", escribe. "La verdad, era una casa hermosa. Cuánto deseamos poder vivir una vida feliz en ella, pero el destino tiene otra opinión. Alabado sea lo que Alá quiera".
Ayman Idel Mohaden regentaba un hotel llamado Gite du Lac, en la zona turística de Ouirgane, conocida por las típicas casas de adobe, hoy destrozadas. "Necesitamos ayuda para construir de nuevo nuestro hotel”, escribe en su fotografía. Necesita que los turistas vuelvan. El seísmo, de magnitud 6,8, afectó a nueve prefecturas situadas en los alrededores de la ciudad de Marraquech.
Ambil Bousid lo perdió todo al derrumbarse su casa en Amsgune. Este joven, que pasa trabajando largas temporadas en Marraquech, ha vuelto a su pueblo para reconstruir las viviendas de sus vecinos que el terremoto destruyó. "Me sentí aliviado cuando pinté mi casa nueva", escribe. Rabat anunció tras el seísmo que repararía o sustituiría las cerca de 60.000 viviendas dañadas.
Abdel Aziz posa en los que fue su casa, en Imi N´Tala, un pueblo del Atlas que el terremoto y la montaña borraron del mapa. Su madre murió entre los escombros. "Que la paz esté con vosotros, esperamos que a todos los que nos ayudaron en esta maldición, Alá les recompense con bondad", escribe.
Omar Ben Said, de Amsgune, perdió a dos de sus hijos y nietos en el terremoto. "Esperamos que la situación mejore en toda la región”, escribe. El Fondo Monetario Internacional anunció en octubre la concesión de un préstamo a Marruecos de 1.300 millones de dólares (cerca de 1.230 millones de euros) para hacer frente a la reconstrucción.
Aitwahman Ahmed, junto a los restos de lo que fue su casa en una foto semivelada. Él y su esposa Khachiza todavía lloran la muerte de su hijo de 12 años en el seísmo. En la foto escribe: "Solo espero una nueva casa". Ahmed era ganadero de ovejas, pero todas murieron en el terremoto.
Ait Ibrahim Abdellak y Ait Ibrahim Abdellak junto a los restos de la casa del matrimonio en Agouni, un pueblo muy pequeño a unos 15 minutos de la ciudad de Amizmiz. Dos hijos de la pareja resultaron heridos en el terremoto y perdieron a otro. Abedllak se dedicaba a la recogida de la aceituna. En la foto escribe: "Solo queremos estabilidad". Marruecos ha anunciado que un organismo llamado la Agencia de Desarrollo del Alto Atlas centralizará las tareas de reconstrucción de casas, infraestructuras y centros educativos y sanitarios.
La joven Aznague Jamila es de la comunidad de Tassila, asolada por el terremoto. Está estudiando para ser profesora de árabe. En la foto posa junto a la antigua escuela de la comunidad, que ha quedado destruida. Sueña con levantarla de nuevo y dar clases. "La escuela es un lugar donde aprender mucho. El estudiante que asiste a una hermosa escuela espera mejorar su vida", escribe. En total, más de un millar de escuelas de la región del Alto Atlas resultaron total o parcialmente dañadas en el terremoto de septiembre. En ellas estudiaban unos 60.000 alumnos.