Lo que significa para la erradicación mundial de la polio que los talibanes sean antivacunas
La poliomielitis es hoy endémica solo en Pakistán y Afganistán, donde los islamistas han bloqueado la inmunización durante los últimos años
Desde 1988 los casos de poliomielitis han descendido en un 99,9%, pero la enfermedad sigue siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional. Es un ogro que amedrantó al mundo durante el siglo XX, pero las exitosas campañas de vacunación han provocado que esta patología haya sido asediada, perseguida y acorralada de tal forma que en la actualidad es endémica en tan solo dos países: Afganistán y Pakistán.
La Iniciativa de Erradicación Mundial de la Polio (GPEI) ha lanzado un nuevo plan estratégico para el periodo 2022-2026 que tiene como objetivo interrumpir toda la transmisión de la poliomielitis en Afganistán y Pakistán para fines de 2023.
Evolución y efectos de la polio
Hasta el final del siglo XIX y comienzos del siglo XX, la polio se comportaba como un virus esporádico que afectaba principalmente a los niños. Todo cambió a principios del siglo XX, cuando los brotes tuvieron un crecimiento gradual en todo el mundo.
En 1916, en los Estados Unidos sufrieron una descomunal epidemia que supuso una de las primeras grandes crisis de salud pública. Los estados de Massachusetts, Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut registraron un número muy alto de infecciones. En todo el país fueron documentadas más de 23.000 personas infectadas y más de 5.000 muertes. Aquel brote de 1916 resultó ser el primero de los muchos que emergieron en los años siguientes.
El agente causal de la poliomielitis es un enterovirus humano, el poliovirus, que son virus ARN muy contagiosos. Existen tres serotipos de poliovirus: VP1, VP2 y VP3. El VP2 fue aislado por última vez en la India en 1999, por lo que se considera eliminado de la naturaleza. En Afganistán y Pakistán solo siguen circulando los poliovirus salvajes de tipo 1 y 3 que causan poliomielitis paralítica. El serotipo 1 es el más difundido.
La poliomielitis es insidiosa y dañina. Muchos pacientes sufren parálisis temporal o permanente y un número considerable fallece
La poliomielitis es insidiosa y dañina. Aunque la mayoría de las personas se recuperaban con rapidez, muchas sufren parálisis temporal o permanente y un número considerable fallece. La infección habitualmente es asintomática, en el 95% de los casos, o cursa con astenia, anorexia y malestar general. Sin embargo, en el 0,1% de los pacientes la enfermedad evoluciona a la forma espinal paralítica.
Antes de instaurar la vacunación el pronóstico de la forma paralítica asociaba una mortalidad del 5-10% que se elevaba al 20-60% en los casos con afectación bulbar. Dos tercios de los pacientes con parálisis quedaban con secuelas. Cuando en 1988 la GPEI se propuso erradicar la poliomielitis del planeta, se estimaba que 350.000 niños en todo el mundo quedaban paralizados cada año.
Dos tipos de vacunas
Existen dos tipos de vacunas: la atenuada Sabin, que ha dejado de usarse en España, y la inactivada Salk, que es la que actualmente se emplea y se recomienda. Esta última forma parte de las vacunas pentavalentes (difteria, tétanos, tosferina y Haemophilus influenzae tipo b) y de las hexavalentes (difteria, tétanos, tosferina, Haemophilus influenzae tipo b y hepatitis B). También de la vacuna Tdpa-VPI (tétanos, difteria, tosferina acelular y polio).
La VPI incluye los tres tipos de poliovirus y con solo cuatro dosis se considera que el nivel de protección es cercano al 100 % y muy duradero.
La vacuna antipoliomielítica oral (OPV) contiene un virus vacunal atenuado que activa una respuesta inmunitaria en el cuerpo. En casos raros, cuando la población está notablemente sub inmunizada, los virus vacunales (al ser virus atenuados) pueden sufrir cambios genéticos que les confieran la capacidad de producir parálisis, creándose así los denominados poliovirus circulantes de origen vacunal (cVDPV).
Desde el año 2000, se han administrado más de 10.000 millones de dosis de la vacuna oral, y la enfermedad se ha reducido en un 99%
El bajo riesgo relacionado con los poliovirus circulantes de origen vacunal apenas tiene importancia en comparación con los enormes beneficios que aporta la inmunización oral a la salud pública, evitando cientos de miles de casos anuales. Hasta el año 2015, más del 90% de los casos de cVDPV se debían al componente de tipo 2 de la OPV.
La transmisión de poliovirus salvajes de tipo 2 se interrumpió desde 1999, y en abril de 2016 se procedió a cambiar la OPV trivalente por la OPV bivalente. La vacuna contra la poliomielitis fue una de las primeras inmunizaciones infantiles universales que se introdujo en España, primero en campañas escolares hace 50 años y después en el calendario estable.
Desde el año 2000, se han administrado más de 10.000 millones de dosis de la modalidad oral a cerca de 3.000 millones de niños en el mundo. Gracias a ello se han prevenido más de 13 millones de casos y la enfermedad se ha reducido en un 99%.
¿Qué puede pasar ahora en Afganistán?
Por desgracia, el virus de la poliomielitis puede haber encontrado un aliado inesperado. Con la retirada de las tropas estadounidenses y la caída del régimen afgano, las fuerzas talibanes han asumido el control del país. Durante los últimos tres años, este grupo ha bloqueado la vacunación contra esta enfermedad, casa por casa, en áreas que estaban bajo su dominio, poniendo a tres millones de niños fuera del alcance de la campaña y, por lo tanto, exponiéndolos al contagio y facilitando que el virus continúe en circulación.
A principios del mes de junio de 2021, cinco trabajadores sanitarios que llevaban a cabo una campaña de vacunación contra la poliomielitis en la provincia afgana de Nangarhar murieron durante una serie de ataques extremistas dirigidos, lo que provocó suspender la actividad que pretendía proteger del virus a más de 10 millones de niños menores de cinco años. El doctor Ramiz Alakbarov, coordinador residente y humanitario de la ONU en el país, dijo que estaba consternado por la brutalidad de estos asesinatos y que la violencia sin sentido debía cesar.
Lamentablemente, la perspectiva futura del combate contra la poliomielitis en Afganistán es aterradora. Hasta ahora, el 85% de todos los casos de poliomielitis ocurrían en áreas inaccesibles debido al control talibán. Ahora que este será total, ¿qué ocurrirá?
Además, la pandemia de covid-19 empeora la situación. El presente es incierto y el futuro amenazador. Afganistán y Pakistán comparten 2.670 kilómetros de frontera y el virus no necesita visado para viajar.
Existen resquicios para la esperanza porque recientemente los talibanes dieron luz verde a la GPEI para llevar a cabo la vacunación en las mezquitas de las provincias donde estaba impuesta la prohibición de vacunar casa a casa por miedo a que las personas locales transmitieran información que ayudara a los Estados Unidos a atacar a su régimen. Confiemos que la mediación internacional facilite que los dirigentes no se opongan a las campañas, porque privar a los niños de la garantía de una vida saludable es inhumano.
Raúl Rivas González es catedrático de Microbiología en la Universidad de Salamanca.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.
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