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Lo siento, mi hijo sí tiene altas capacidades

Las búsquedas sobre si un niño es superdotado se multiplican. Solo en Google, han aumentado un 40% esta semana

Ojo con los columpios. Cuando uno ve a un niño lanzarse por un tobogán o trepar como Spider-Man por las enredaderas, quizá tenga delante al próximo Steve Jobs o a la próxima Marie Curie. El otro día, en un parque de Madrid —algún día, se abrirá el melón de por qué apenas existe imaginación en la capital y son todos igual de feos— un padre le dijo a otro que su hijo pequeño tenía “altas capacidades”. El hombre, un tanto sorprendido, le preguntó que cómo lo sabía si el pequeño tiene poco más de un año. “Dice muchas palabras y señala todo el rato. Señala mucho. Sabe un montón de cosas ya”, contestó. No. Ese pequeño no tiene altas capacidades, tiene demasiadas.

El asunto no es menor. Todos los padres creen que sus hijos son los más listos del mundo. Y lo son. De hecho, muy pocos piensan que sus niños tengan escasas capacidades. Pero cuando llegan a la adolescencia, esos mismos padres se sorprenden de que sus vástagos de repente pierdan capacidades, sobre todo a la hora de obedecer. Pero —en las capacidades hay muchos peros— en el mundo de las redes sociales esta cuestión funciona muy bien. Hay vídeos, comentarios, consejos, me gusta, perfiles. Anónimos que se convierten en estrellas. Altas capacidades por doquier. Viralidad.

En TikTok, por ejemplo, los usuarios buscan de la siguiente manera si sus hijos son superdotados: “Test de altas capacidades”. Consejo: si desea que su hijo sea el próximo Nobel de Medicina o de Física, es muy importante comenzar las pruebas ya a los tres meses. “Personas con altas capacidades”. Hay que buscar ejemplos, eso está claro. “Altas capacidades síntomas”. Aquí sale un vídeo muy, pero que muy interesante que dice que si su hijo levanta la cabeza en las primeras semanas ya invita a sospechar que posee altas capacidades. “Yo cuando nací gire la cabeza 360 grados”, escribe una mujer en los comentarios. Pues sí que sorprenden las altas capacidades.

Respecto a ese mismo vídeo, de apenas 15 segundos, una madre, quien usa el seudónimo Fiordealizadeaza, responde —lo mejor de las altas capacidades son los comentarios de los progenitores en las redes— que, a los dos meses, su bebé no solo gateaba, sino que también decía “mamá”. Muchos progenitores tiktokeros cuestionaron semejante hazaña. Quizá —quizá— con algo de razón. La mejor respuesta vino de otra madre: “Llévalo a la iglesia”. Amén.

Las altas capacidades no solo generan curiosidad en TikTok; también en Google, donde esta semana han aumentado las búsquedas un 40%. Por comunidades autónomas —Google Trends permite averiguar dónde se producen las búsquedas—, Navarra ocupa la primera posición. Normal, y más vistas las últimas noticias. Convertir chistorras en dinero no indica poca capacidad, desde luego.

Lo mismo sucede en Instagram, donde un vídeo al respecto se ha compartido más de 20.000 veces y acumula 700.000 visualizaciones. Su protagonista es una terapeuta ocupacional que detalla signos que se tienen que observar en los menores de cuatro años. Si son muy sensibles, demuestran mucha memoria, se concentran intensamente en aquello que les interesa: altas capacidades. Primera respuesta: “Mi hija, TODOS”, así, en mayúscula y para que quede claro. Otra: “El mío se ha sacado un máster con tres añitos y la NASA le ha ofrecido su primer empleo”. Una más: “Ok. ¿Y qué hago con eso?”. Poca broma. Si me preguntan cómo saber si su hijo es un superdotado, puedo responder a cuenta de estos vídeos. Al principio no los entendí mucho; al final, tampoco.

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