Los rehenes
Es fundamental visibilizar a los habitantes de Gaza como rehenes y víctimas masacradas
La palabra rehén proviene de una derivación del árabe al español, como tantas otras que utilizamos hoy. La salvaje mañana de terror desencadenada el 7 de octubre de 2023 terminó con un número elevado de inocentes ...
La palabra rehén proviene de una derivación del árabe al español, como tantas otras que utilizamos hoy. La salvaje mañana de terror desencadenada el 7 de octubre de 2023 terminó con un número elevado de inocentes tomados como prisioneros por Hamás. Desde el primer instante se impidieron las investigaciones sobre la inacción de las fuerzas de seguridad de Israel en un tormento que se prolongó siete horas sobre vecinos y asistentes a un concierto de música electrónica. Liberar a esos rehenes, en contra de lo que venía siendo doctrina principal en Israel, no se convirtió en la prioridad del Gobierno de Netanyahu. La obsesión por conservar el poder y evitar ser escrutado críticamente ante el error garrafal de seguridad y reacción llevó a la coalición ultra a primar la venganza militar desmesurada sobre cualquier otra intención. Los dos años de masacre indiscriminada de civiles fueron una respuesta inaceptable a un ataque terrorista. El castigo a familias, médicos, informadores y cooperantes, la utilización del hambre y el desplazamiento, incluso de la entrada de ayuda y el reparto de comida como métodos de humillación, ha hundido la imagen de Israel en el mundo entero.
Tras la liberación de la última veintena de rehenes que quedaban vivos en manos de Hamás y a la espera de que se recuperen los cadáveres restantes para entregarlos a sus familias en el intercambio por presos y cadáveres palestinos, algunos de ellos torturados y ejecutados, la situación es de un delicado equilibrio. Lo sucedido ha convertido al presidente Netanyahu en criminal de guerra. Su devolución a la casilla de salida, resignificado como líder de una democracia, es inaceptable bajo cualquier baremo internacional. Por más que el plan de paz de Trump esté cogido con alfileres, el cese, al menos la intención del cese, del castigo militar israelí sobre Gaza sería una buena noticia si llegara a cumplirse, después de todas las malas noticias que han salpicado los dos últimos años. Es fundamental visibilizar a los habitantes de Gaza como rehenes y víctimas masacradas. Hamás, que vuelve a detentar el poder en la zona, pretende también esquivar su responsabilidad en todo lo sucedido. Incluso ha emprendido acciones que visualicen su autoridad entre la población.
La diplomacia internacional, que está maltrecha desde que el líder de Estados Unidos sobreactúa como el narcisista que exige una catarata de elogios antes de sentarse a una discusión, se ha demostrado fallida para frenar la matanza y capitanear los acuerdos. Es evidente que esto no ha sido una guerra, sino algo mucho peor. Y ahí es donde los ciudadanos de Gaza se erigen en rehenes forzosos. Lo preocupante es que ni tan siquiera Estados Unidos ni las petromonarquías árabes hayan sido capaces de frenar una acción militar que ha arrojado a nuestro primer cuarto de siglo al pozo de la indecencia. Europa, que aún no alcanza a sacudirse la amenaza rusa ni tan siquiera de sus redes de comunicación social ni en sus procesos electorales, se ha mostrado lenta, remolona y dócil frente al fragor de las armas. Existe una amenaza latente contra las democracias porque escenifican la búsqueda de pactos, la diversidad política y las divisiones de poderes como una forma de debilidad. Muchos jóvenes fantasean con mandatos autoritarios que resuelvan lo que perciben como un defecto estructural de la vida parlamentaria. Pero los tiranos, agarrados a esa impostura del hombre fuerte, ya vemos el desastre reputacional que causan a sus países. El momento apela a políticos responsables y decisivos, capaces de demostrar autoridad mientras navegan en la fragmentación electoral.