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La guerra de Netanyahu no ha terminado

En las redes sociales se juega la conquista de la opinión pública norteamericana, especialmente la de los jóvenes, muy críticos sobre la estrategia de Israel en Gaza

Con su larga melena rizada, unos ojos grandes y expresivos y labios coquetamente retocados con perfilador, la joven influencer estadounidense Shay Szabo se asomó a su cuenta de TikTok el pasado 6 octubre, donde 154.000 fieles siguen sus publicaciones, para lamentar cuán equivocados están todos los que recurren a las fotografías de una Gaza arrasada cuando se pretende demostrar que Israel está cometiendo un genocidio. Shay defiende que Israel sólo ataca a Hamás y a sus infraestructuras, pero no a los civiles. “He decidido repasar los números”, razona la joven: “Hamás dice que han muerto 60.000 personas, pero no distingue entre civiles y terroristas, entre muertos en combate o muertes naturales, como sucede con las personas mayores”.

Szabo argumenta que Israel no busca el exterminio de los palestinos cuya población, asegura, ha crecido desde el 7 de octubre del 2023. Sus puntos de vista desencadenan un animado hilo de comentarios que, en su mayoría, rechazan las afirmaciones de la joven: “Por favor, deja de hacer el ridículo, la propaganda ya no funciona”. Otros usuarios publican simplemente una cifra: “7.000”. Se trata de la remuneración en dólares que, según el estupendo trabajo de investigación de Responsible Statecraft, están recibiendo algunos influencers estadounidenses seleccionados por Israel como soldados de lo que Netanyahu denomina “el octavo frente”. Se trata del frente de las redes sociales donde se juega la conquista de la opinión pública norteamericana, especialmente la de los jóvenes, muy críticos sobre la estrategia de Israel en Gaza. Solo el 9% de los estadounidenses de entre 18 y 34 años apoya las actividades militares de Israel en Gaza, como revela según un sondeo de Gallup.

La joven forma parte del grupo de influencers estadounidenses con el que Netanyahu se reunió el pasado mes de septiembre en el consulado israelí en Nueva York tras comparecer ante la Asamblea General de la ONU. Algunos de ellos grabaron y compartieron en sus perfiles comentarios del propio Netanyahu sobre la importancia de dominar el relato en TikTok.

“Tenemos que luchar con armas que se adapten a los campos de batalla en los que participamos, y las más importantes están en las redes sociales”, les arengó el político israelí. TikTok es un frente esencial para Israel en Estados Unidos, pero no es el único. La inteligencia artificial, como tecnología de guerra, entra en escena de la mano de un viejo conocido de su amigo Donald Trump. Se trata de Brad Parscale, el arquitecto de la estrategia digital de la campaña de Trump en 2016, hoy a sueldo de Netanyahu para otra misión histórica: exprimir las posibilidades de la inteligencia artificial en beneficio del relato proisraelí.

Parscale recibirá un millón y medio de dólares para desarrollar investigaciones de mercado y producir y difundir masivamente contenido dirigido a la generación Z en plataformas como TikTok. Según el contrato, creará nuevas webs e implementará ingeniería fina para que ChatGPT y otros modelos de inteligencia artificial devuelvan respuestas favorables a Israel cuando los usuarios realicen sus consultas.

Netanyahu también está tocando con tecnología la fibra del sentimiento religioso para ganar simpatías entre los practicantes de otras confesiones. Los expertos hablan de una de las mayores campañas digitales de la historia dirigida a comunidades cristianas de Estados Unidos. La operación “Show Faith by Work”, conocida gracias a su inscripción en el registro de Agentes Extranjeros, contempla una inversión de más de tres millones de dólares para financiar maniobras de geolocalización de iglesias, pastores, líderes religiosos y fieles a cuyos teléfonos móviles están llegando mensajes personalizados con “argumentos bíblicos” La misión de presentar a Israel como el pueblo elegido y a los palestinos como enemigos de la paz se completa con el envío de “recursos pastorales” a las iglesias y el despliegue de un sofisticado museo itinerante con pantallas de alta calidad que ofrezcan a los feligreses cristianos una experiencia inmersiva sobre las atrocidades que Hamás perpetró el 7 de octubre de 2023.

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