Nos asfixiamos
Los lectores y las lectoras escriben sobre el calor en los centros educativos, la censura en EE UU, el respeto a los educadores, las acusaciones contra Brigitte Macron y la memoria de las personas a las que amamos
Soy profesor de secundaria en un instituto de Motril (Granada). Nuestro centro educativo, como la mayoría de institutos andaluces, carece de cualquier sistema de refrigeración. La temperatura a soportar en mayo, junio, septiembre y octubre puede llegar a superar los 35 grados centígrados dentro del aula, lo que, sumado a la humedad, hace que el ambiente sea totalmente irrespirable. Según la normativa, con esta temperatura no se debería trabajar, pero los señores que deciden cómo debe funcionar nuestro sistema educativo opinan que nuestras quejas son infundadas. Evidentemente, estas decisiones son emitidas desde sus confortables despachos dotados de aire acondicionado.
Carlos Jiménez Guzmán. Granada.
¿Qué pasaría en España?
Leemos estos días que muchos temen que vuelva la era McCarthy y la censura a Estados Unidos y yo me pregunto: ¿alguien duda de que en España, hoy, los más exaltados apoyarían con los ojos cerrados el cierre de los medios de comunicación de “los otros”? Basta darse un paseíto por las redes. Otra cosa es que no se atrevan a decirlo abiertamente o a pedirlo, todavía.
Jesús Mejías Estepa. Arahal (Sevilla)
El tono contra los educadores
He dedicado 38 años a la enseñanza pública, maestra y directora. He leído la carta de aviso a la dirección de un centro que ha desplegado banderas palestinas y creo que se está pasando por alto el tono empleado en la misma. Si eso es lo normal en las comunicaciones entre la administración y los centros educativos en esa comunidad, no puedo más que sentir pena. Ciertamente, hace mucha falta educar en la paz y en el respeto.
Chany Pulido. Segovia
No hay que hacerle caso a esta gente
Que la esposa del presidente francés Emmanuel Macron tenga que demostrar que es una mujer es dar protagonismo a bulos que cualquier loco se puede inventar para que hablen de él en todo el mundo. La influencer que se ha inventado esa historia ha afirmado, además, que el propio Macron es producto de un experimento. A esta gente no hay que hacerle caso.
Antonio Nadal Pería. Zaragoza
Hace un año te leí una carta
Hoy, hace un año, le leía a mi abuelo Fernando la carta a la Directora que en la que él era el protagonista. La buena compañía, se titulaba. Me acuerdo de que él estaba desayunando y le dije: “¡Abuelo, sales en el periódico!” Se la leí. Me miró. Sonrió. Fue suficiente para saber que le gustó. Luego fuimos a pasear aprovechando el sol de mediodía. También, como todos los días a la misma hora, vino su amigo Babil a casa. Hoy, un año más tarde, abuelo, vuelves a salir en el periódico. Cuánto han cambiado las cosas. Hoy no puedo decirte que sales en el periódico, ni leerte esta carta. Tampoco vamos a pasear, ni vendrá Babil a verte. Ojalá la vida nos hubiese dado más raticos para sentarnos a conversar junto a ti, abuelo. No era la conversación, era la compañía. No es mucho más lo que importa, no lo olviden.
Carla Pérez Soria. Caparroso (Navarra)