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Feminismo y democracia en tiempos de crisis

Los lectores escriben sobre el auge de los gobiernos iliberales, los bombardeos israelíes en Gaza, la estrategia de Feijóo, y la EBAU

Como mujer feminista, me preocupa el auge de los regímenes iliberales, la sistemática y desvergonzada violación de los derechos humanos en Gaza, el triunfo del “sálvese quien pueda” y, al mismo tiempo, la creciente fragmentación del feminismo español, a menudo enfrascado en luchas internas. Solo en una democracia real podemos aspirar a una sociedad feminista: justa, plural y diversa. Creo que no podemos (ni debemos), en un mundo al borde del colapso, malgastar fuerzas en debates que no pongan en el centro la defensa firme de la democracia, la convivencia cívica y los derechos fundamentales. La tensión entre democracia y regímenes iliberales nos interpela. Todo el músculo, la inteligencia y la potencia transformadora del feminismo deben volcarse en sostener el marco democrático que da sentido a nuestras luchas. Porque cuando la historia se quiebra, siempre pierden los mismos. Nosotras lo sabemos bien.

Karina Cáceres. Málaga

La historia nos juzgará

Me miro en el espejo y no me reconozco. ¿Soy yo el de antes, el de siempre? ¿Soy la misma persona que aquel joven que se rebelaba contra la injusticia y condenaba las guerras? ¿Cómo puedo entonces ver las imágenes de niños quemados por las bombas israelíes y no salir a las calles? ¿Cómo puedo enterarme de los bombardeos a escuelas y hospitales y no exigir a mi gobierno que haga algo, lo que sea, para intentar impedirlo? ¿Cómo puedo —cómo podemos— saber del hambre provocada, de la privación de medicinas y suministros básicos, y no hacer nada? ¿Por qué toleramos los asesinatos de médicos, de periodistas, de personal de organizaciones de ayuda humanitaria? ¿Qué hacen nuestros representantes? ¿Qué hace la UE? ¿Por qué contemplamos el genocidio palestino cruzados de brazos? La historia nos juzgará.

Emilio Gómez-Caminero Parejo. Sevilla

¿Qué ofrece Feijóo?

Veo muy centrado a Feijóo en cargarse a Sánchez, pero, aparte de denunciar presunta corrupción, ¿qué me ofrece? ¿Más Gürtel, Púnica, austeridad, recortes de impuestos a los que más tienen, deterioro de los servicios sociales, etcétera? La verdad, creo que no me sale a cuenta.

Jesús Machin Ortiz. Madrid

¿Es necesaria tanta presión?

Soy pedagoga y madre soltera de siete hijos. Mi sexto hijo se enfrenta ahora a la EBAU, y me invade una mezcla de angustia, impotencia y cansancio. ¿Es justo que el futuro de un joven dependa de la nota de un único examen tras un curso agotador? ¿Qué sentido tiene tanta presión en el momento más sensible y lleno de sueños de su vida? Como madre, intento sostenerlo emocionalmente, animarlo. Pero estoy agotada. Si yo, con formación pedagógica, me siento así, ¿qué pasa con otras familias con menos recursos o apoyo? Cada gobierno cambia leyes educativas, nombres, estructuras. Pero la esencia no cambia: seguimos empujando a nuestros jóvenes a un sistema que mide más que orienta, que filtra más que impulsa. ¿Vamos a seguir destruyendo sueños en vez de alimentarlos? Urge repensar una educación más humana, que cuide y no castigue.

Astrid Barrera Enríquez. Fuengirola (Málaga)

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