Una Comisión de derechas, sin el PP español

Los populares ahondan su absurda trinchera en Bruselas al votar en contra del nuevo Ejecutivo comunitario

Los integrantes de la nueva Comisión Europea de Ursula von der Leyen posan este miércoles en Bruselas.Von der leyen vía X / EFE

La nueva Comisión Europea, presidida por segunda vez por Ursula von der Leyen, se pondrá en marcha el 1 de diciembre tras recibir este miércoles la aprobación del Parlamento Europeo. La votación refleja la creciente fragmentación del mapa político europeo, así como la imbricación de asuntos nacionales en una elección que solía ser un asunto prácticamente interno de Bruselas y sin apenas trascendencia más allá de las instituciones comunitarias.

El equipo de Von der Leyen ha logrado 370 votos a favor (53,7% de los emitidos), 282 en contra (40,9%) y 36 en blanco (5,2%). Ninguna de las Comisiones en lo que va de siglo había obtenido un porcentaje tan alto de votos en contra, mucho mayor que el cosechado por la primera Comisión de Von der Leyen en 2019 (22,2%). La resistencia no parece obedecer tanto a las dudas sobre la capacidad de la alemana como a la deriva euroescéptica y ultraconservadora de una buena parte del hemiciclo. En el extremo opuesto, parte de la izquierda, incluidos eurodiputados socialistas y verdes, ha votado en contra sobre todo por el apoyo de Von der Leyen al Gobierno de Israel a pesar de la matanza indiscriminada de población civil en Gaza y Líbano.

Mención aparte merece el lamentable espectáculo de los populares españoles, que comandados por la eurodiputada Dolors Montserrat han votado en bloque contra la investidura de Von der Leyen, alineándose así con la parte más montaraz del grupo ECR (en concreto, el PiS del polaco Kaczynski) y con los soberanistas y eurófobos de Viktor Orbán y Marine Le Pen. La incoherencia del PP español resalta aún más por el hecho de que la Comisión avalada por el Parlamento es la más a la derecha en la historia del club, con un claro dominio de comisarios conservadores y con la inquietante presencia de varios ultraconservadores, uno de ellos en el cargo de vicepresidente.

Montserrat ha intentado justificar tan extraño alineamiento con su presunto apoyo al equipo de Von der Leyen y atribuyendo el voto negativo solo a la presencia de la española Teresa Ribera como vicepresidenta primera y comisaria de Competencia. El PP ha seguido así ahondando una absurda trinchera en Bruselas, construida en torno a la supuesta responsabilidad de Ribera en la gestión de la dana de Valencia, que le aleja de la familia democristiana a la que venía perteneciendo históricamente y le acerca a negacionistas como Vox. Teresa Ribera ha recibido un rotundo respaldo de Von der Leyen como su número dos.

La presidenta de la Comisión ha dejado claro en su discurso ante el Parlamento que ella no comparte ese alejamiento de los valores tradicionales de la Unión a los que el PP parece dar la espalda. “Para mí, [la lucha por la libertad] es la razón de ser de nuestra Unión y continúa siendo su fuerza motriz”, ha subrayado la alemana tras evocar “la lucha y sacrificios” que ha soportado el continente para acabar con el nazismo o para derribar el telón de acero.

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