Los osos y cacatúas de Putin ya nos amenazan
La guerra Ucrania escala y se ha hecho global. La entrada de Corea del Norte, mientras Europa vira hacia la ultraderecha y EE UU se hace antisistema, cambia la naturaleza del conflicto
Seguimos atrapados en nuestras minucias mientras las grandes cosas están ocurriendo muy lejos de aquí. Rusia ha trasladado un león africano, dos osos pardos, 45 faisanes, dos yaks, 40 patos mandarines y cinco cacatúas blancas a Pyongyang en señal de amistad. No es exactamente el precio por los 11.000 soldados norcoreanos que ya están desplegados en Kursk, porque habrá compensaciones mucho más peligrosas,...
Seguimos atrapados en nuestras minucias mientras las grandes cosas están ocurriendo muy lejos de aquí. Rusia ha trasladado un león africano, dos osos pardos, 45 faisanes, dos yaks, 40 patos mandarines y cinco cacatúas blancas a Pyongyang en señal de amistad. No es exactamente el precio por los 11.000 soldados norcoreanos que ya están desplegados en Kursk, porque habrá compensaciones mucho más peligrosas, pero sí un signo de amistad a la vieja usanza entre dos países que se alían en la enemistad a Occidente, la agresividad y las ideologías tóxicas.
El regalo de Putin, que ha viajado de zoológico a zoológico en un avión estatal asistido por veterinarios rusos, es solo la guinda de un acuerdo de defensa mutua que está cambiando el mapa de riesgos y la naturaleza de una guerra que ya se ha vuelto mundial. Las crónicas recogen que Kim Jong-un regaló anteriormente a Putin dos perros Pungsan, amén del millón de barriles de petróleo que han viajado ya de Rusia a Corea del Norte desde marzo sin veterinarios que los acompañen ni caso alguno a las sanciones.
A dos meses de la llegada de Trump a la Casa Blanca y después de 1.000 días de ataque inclemente a Ucrania, Rusia está pisando nuevas líneas rojas: ese despliegue norcoreano, el lanzamiento de un nuevo tipo de misil balístico hipersónico contra Ucrania ajeno a los tratados firmados y una nueva doctrina nuclear, mientras Washington y Londres han permitido a Kiev atacar territorio ruso con sus misiles. La guerra escala, se hace colectiva y global mientras el mundo se prepara para la llegada de un Trump que se ha jactado de poder terminarla “en un día”. Ya sabemos lo que eso significa.
Todos corren para llegar al 20 de enero en mejor posición de partida ante el miedo a que el fin de la ayuda de EE UU a Ucrania deje a este país sometido a la voluntad de Rusia. Los soldados norcoreanos —que ya han entrado en combate, según Washington y Kiev— ascenderán pronto a 100.000, según fuentes citadas por Bloomberg.
Las tropas más preparadas y sanguinarias de Corea del Norte, que posee uno de los mayores ejércitos del mundo, se despliegan, así, a menos de mil kilómetros de Lituania mientras Europa se entretiene en debates estériles como la responsabilidad de Teresa Ribera en la dana, la expulsión de migrantes que necesitamos y la agenda marcada por una ultraderecha que suele colocarse del lado de Putin. Alemania también vira hacia el extremo. Y EE UU va a estrenar un gobierno antisistema cuya responsable de inteligencia es una destacada prorrusa. El mundo cambia, la seguridad europea está en riesgo y nunca habrá faisanes, cacatúas, yaks, ni perros Pungsan que compensen la victoria de los villanos.