Donald Trump presidente, otra vez

Los lectores escriben sobre la victoria del republicano en las elecciones de Estados Unidos, la influencia de las redes sociales y la importancia de cuidar la democracia

Donald Trump, durante el acto en el que celebró sus resultados electorales.Brian Snyder (REUTERS)

Donald Trump ha ganado las elecciones, ha sido el candidato más votado. La mayor parte de los estadounidenses han creído que una persona con antecedentes de agresión sexual, que difunde mentiras y que afronta cuatro causas penales es la persona adecuada para dirigir su país. ¿Cómo puede el sistema electoral americano permitir que una persona condenada, que tiene un discurso basado en el odio, la xenofobia y la discriminación de las mujeres y que, además, tiene varios juicios abiertos pueda presentarse? ¿Por qué como sociedad no condenamos más este tipo de comportamientos? Incluso, hasta los premiamos, permitiendo que una persona que ha hecho y dicho varias cosas reprochables (tanto antes como durante y después de su mandato) se convierta en presidente del país más poderoso del mundo. Con la decisión ya tomada, solamente nos queda esperar y tener fe en que no podrá cumplir con todo lo que ha amenazado durante la campaña electoral.

Martina Solé Valero. Barcelona

Era de esperar

En 2016, los estadounidenses eligieron a Donald Trump sin saber qué esperar. En 2024, la situación es muy diferente: los republicanos ya lo conocen y lo respaldan. Esta vez es una elección consciente por un camino más radical y divisivo que el de su primer mandato. Los votantes ya saben qué esperar: aislacionismo, políticas unilaterales y desmantelamiento de alianzas tradicionales para centrarse en los intereses de EE UU por encima de todo. Es una elección por un camino peligroso y radical que podría tener efectos irreversibles en la democracia, cada día más erosionada.

Anna Puigpelat Giné. Barcelona

El poder de las redes sociales

Desde hace mucho avisamos de los riesgos del mal uso de las redes sociales. Si consideramos cómo estas se han convertido en transmisoras de insultos y mentiras de todo tipo, amén de altavoces para políticos antisistema y de dudosos valores democráticos, cuando no delincuentes, la sociedad debería disponer de una legislación que frene su expansión sin control. La defensa de la libertad de expresión no puede servir de excusa para seguir permitiendo que sigan promoviendo odio y falsedades. El acceso de menores a estas redes, a edades muy tempranas, convierte a estos en víctimas de un sistema de comunicación que normaliza los peores usos y los incorpora a sus hábitos perpetuando el problema.

Luis Carlos Aragón Buñuel. Leganés (Madrid)

Democracia

Esa es la palabra que pronunció el rey Felipe VI el pasado domingo al ser preguntado por un ciudadano en Paiporta acerca de la necesidad de un cese del actual Gobierno. Entristece ver el nivel de violencia y la fiereza con la que se empleó contra el presidente gente muy joven que jamás ha vivido una dictadura. La machacona campaña tanto de algunos medios como de la oposición tachando a Sánchez de traidor, autócrata e ilegítimo va a tener algún día graves consecuencias. Paremos entre todos esa espiral, apelemos al respeto, a la educación y a la democracia antes de que sea demasiado tarde.

Pedro María Benito. Vitoria

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