Resignificación de la idiotez
Los lectores escriben sobre la desvinculación de la vida pública de los ciudadanos, el racismo, la gentrificación de las ciudades, las relaciones familiares y el legado de Victoria Prego
Aristóteles definía a los idiotas como aquellas personas que no participaban de la vida pública, para quienes su vida privada era lo único que importaba. Más adelante, la palabra idiota tomó un significado peyorativo en lo relativo al intelecto. Reflexionando sobre el concepto, no se me ocurre mejor momento para recuperar el origen etimológico de la palabra que este, donde el ciudadano se ha desvinculado tanto de la vida pública que lo único que le importa es atizar las brasas de su egocentris...
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Aristóteles definía a los idiotas como aquellas personas que no participaban de la vida pública, para quienes su vida privada era lo único que importaba. Más adelante, la palabra idiota tomó un significado peyorativo en lo relativo al intelecto. Reflexionando sobre el concepto, no se me ocurre mejor momento para recuperar el origen etimológico de la palabra que este, donde el ciudadano se ha desvinculado tanto de la vida pública que lo único que le importa es atizar las brasas de su egocentrismo. Quizás estemos en ese preciso instante en que las dos acepciones se dan tan fuerte la mano que se fusionan en una sola: de lo idiotas que hemos sido, nos hemos convertido en los idiotas originales. Doblemente idiotas.
Carlos Miguel Vega Gómez. León
Criminalización
Me enfada que se siga hablando de “inmigración ilegal” y de delincuencia en una misma frase. La ilegalidad es deshumanizante. No debería ser un delito echarte al mar si no puedes obtener un visado y migrar en avión. Sí lo es criminalizar y atentar contra la dignidad de quienes se encuentran en esa situación. ¿En qué tipo de sociedad estamos si permitimos que el miedo al diferente y el odio de unos pocos nos impida ver el sufrimiento de otros seres humanos? Es urgente hacer un llamamiento a la responsabilidad política: son personas y sus vidas importan.
Clara Sánchez-Calero Morales. Madrid
Incomprensible indiferencia
En mitad de un debate sobre los precios del alquiler o la creciente gentrificación de nuestras ciudades no logro apreciar alarmismo alguno. En mi ciudad hay ciudadanos que creen que esto no va con ellos. Creen que el rodaje de maletas de un lado al otro, potenciado muy hábilmente por el Consistorio, se traducirá en beneficios económicos. Y están en lo cierto. La pregunta es para quién y a qué precio.
Juanma Ponferrada. Málaga
Nuevas distancias
Estoy en un cine con mi sobrina. En las butacas de al lado, un padre y una hija, mientras en la pantalla se narra el reencuentro, tras años de separación, entre el protagonista y su padre. En nuestra sala, el padre aparece absorto durante toda la película, sus ojos dirigidos a la pantalla de un teléfono. Me entristezco y me pregunto si el encuentro es posible.
Marina Esparza Barandiaran. Madrid
El mensaje de Victoria Prego
Se ha ido la periodista Victoria Prego, quien relató los momentos en los que España marchó unida hacia la democracia. Tras el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco por ETA, en la multitudinaria manifestación en Madrid, pronunció el inolvidable: “Con la paz y con la palabra, pero también con la ley, ¡a por ellos!”. Este mensaje de reclamar ley (y justicia) sin rendirnos no ha caducado, no caduca, y no caducará.
David García. Madrid