Ayuso y los antiguos idiotas

No veo a día de hoy tanta culpa en ella y sí mucha en su pareja, que ha obrado de ‘idiotés’ en la vida de quien no solo no puede desligarse de los asuntos públicos sino que los gobierna

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, este martes en Castelldefels (Barcelona).Gianluca Battista

Idiota es una palabra cuyo origen nada tiene que ver con el insulto que es hoy en día (“tonto o corto de entendimiento”). Procede del vocablo idiotés, un ciudadano privado al que no concierne la vida pública y se mantiene desligado de los asuntos de la comunidad. Con esa palabra organiza cada viernes la SER un debate en Hora 25 llamado La cena de los idiotés en el que participamos unos cuantos para plantear dilemas ficticios, o no, que atañen a cuestio...

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Idiota es una palabra cuyo origen nada tiene que ver con el insulto que es hoy en día (“tonto o corto de entendimiento”). Procede del vocablo idiotés, un ciudadano privado al que no concierne la vida pública y se mantiene desligado de los asuntos de la comunidad. Con esa palabra organiza cada viernes la SER un debate en Hora 25 llamado La cena de los idiotés en el que participamos unos cuantos para plantear dilemas ficticios, o no, que atañen a cuestiones privadas. Llevar meses ejerciendo de idiotés da bastante perspectiva sobre el escándalo que destapó este martes eldiario.es: a saber, que la Fiscalía investiga a la pareja de Ayuso por defraudar 350.951 euros a Hacienda. Mi dilema de esta semana no lo diré en la radio (buscaré otro) sino aquí.

Eres un empresario que en 2020 dispara beneficios hasta los 2.300.000 euros, seis veces más que el ejercicio anterior, pero solo declaras 8.400 euros de beneficio; en 2021, ocurre una situación parecida. Y declaras gastos ficticios que ascienden hasta los 1,7 millones, entre los que hay facturas por trabajos que no se realizaron. Por el camino conoces a una importante y famosísima dirigente política a la que ya han salpicado escándalos de sus familiares. ¿Sigues con la relación sabiendo que la metes en un problema? ¿Se lo dices: “Cariño, he encogido los beneficios”? Si eres ella y te lo dice, ¿estás ya lo suficientemente enamorado para que no te importe? Si eres ella y no te lo ha dicho, ¿te da igual y sigues con él? Como cargo público, ¿preguntarías a qué se debe un cambio en el nivel de vida de tu pareja? Tanto si te lo ha dicho como si no, ¿le echarías la culpa al PSOE?

Esto, por supuesto, con lo que sabemos hoy: quizá mañana esa dirigente deba responder a preguntas menos cómodas. Sabemos cómo ha resuelto el dilema Ayuso, que es como se esperaba; más allá de eso, no veo ahora mismo tanta culpa en ella y sí mucha en él, que ha obrado de idiotés en la vida de quien no solo no puede desligarse de los asuntos públicos sino que los gobierna.

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