Daniel Sancho: Pobre hombre blanco

En las redes sociales critican el enfoque de algunos medios del asesinato de Edwin Arrieta en Tailandia. Algunos creen que protegen al acusado, que confesó el crimen

Daniel Sancho, acusado de asesinar a Edwin Arrieta, detenido por la policía tailandesa.Somkeat Ruksaman (AP)

Este miércoles llegaron a los kioscos las revistas del corazón y, como era de esperar, trataron el crimen confesado por Daniel Sancho, que reconoció haber matado y descuartizado en Tailandia al cirujano colombiano Edwin Arrieta. Lo deseable era que abordaran el tema con respeto, con cautela, que describieran los hechos conocidos, la confesión ante la policía tailandesa, la pena a la que se enfrenta, etcétera...

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Este miércoles llegaron a los kioscos las revistas del corazón y, como era de esperar, trataron el crimen confesado por Daniel Sancho, que reconoció haber matado y descuartizado en Tailandia al cirujano colombiano Edwin Arrieta. Lo deseable era que abordaran el tema con respeto, con cautela, que describieran los hechos conocidos, la confesión ante la policía tailandesa, la pena a la que se enfrenta, etcétera. Sin embargo, la prensa rosa casi presentó a Daniel Sancho como víctima. “Daniel Sancho: Todas las imágenes de su vida, ahora truncada”, tituló Semana. Lecturas, por su parte, puso el foco en su padre: “Su hijo se enfrenta a la pena de muerte en Tailandia. El drama de Rodolfo Sancho. El joven ha confesado haber matado a un amigo”. En Twitter, ¡Hola! publicó: “Daniel Sancho: recordamos su entrevista más personal y reveladora”.

Salvo esta última, todas las revistas llevaban a su portada una foto de Sancho sin camiseta, saliendo del mar con el pelo mojado. Una imagen que evocaba a las descripciones que hace Thomas Mann del joven Tadzio en La muerte en Venecia: “Esa figura viva en la que confluían la gracia y la rigidez de la pubertad, de ese efebo con los rizos empapados y bello como un dios, que emergía de las profundidades del mar y del cielo, luchando por desprenderse del líquido elemento”. Algunos parece que lo tienen claro: Daniel Sancho es hijo de Rodolfo Sancho y nieto de Sancho Gracia, hay que cuidar su imagen.

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El tratamiento de ciertos medios de comunicación españoles del asesinato de Edwin Arrieta deja mucho que desear. “A muchos se le está yendo de las manos, es un asesino confeso que mató y descuartizó a una persona, que parece ahora que la víctima es él”, tuiteó un usuario. “Las portadas de la prensa del corazón dan mucha vergüenza. Hablan de Daniel Sancho como si hubiera roto con su novia cuando lo que ha hecho ha sido asesinar y descuartizar a un hombre en Tailandia”, publicó otro. “En vez de tratarlo como alguien que ha descuartizado a una persona, lo tratan como si fuera un pobre adolescente que lo está pasando mal de Erasmus y ha perdido todo su dinero”, concluía @mariapasalodos.

El tema lleva días siendo tendencia en las redes sociales, y muchos usuarios analizan lo que supone abordar así el crimen. “Lo único que tengo claro del caso Daniel Sancho es que, si no fuera joven, guapo, clase alta y blanco, estaríamos machacándolo y no buscando excusas para justificarle, como se hace en muchos medios… ninguna excusa vale para organizar el asesinato y descuartizar a alguien”, describió @joselechugamari. Y es cierto. ¿Cuál habría sido el enfoque si el crimen hubiera sido a la inversa? No hay más que volver hasta 2018 y, sin ser casos equiparables, recordar cómo se referían medios y redes a Ana Julia Quezada, autora del atroz asesinato de Gabriel Cruz.

Otra cuestión que sobrevuela el caso es una homofobia terrible. El propio Sancho afirmó que él “era el rehén de Edwin”, que le había “obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho”. El periodista Rubén Serrano publicó en un hilo: “El caso muestra cómo la homofobia puede pasar a ser justicia. Con medios cómplices, el asesino está imponiendo su relato de ‘el maricón malvado que descuarticé se lo merecía’ para salvaguardar su imagen pública”. Y Miguel Frigenti recuerda lo que le sucedió a Dolores Vázquez, que pasó por prisión tras ser acusada falsamente de asesinar a Rocío Wanninkhof en 1999: “¿Os acordáis de la leyenda de ‘bollera mala’ que se creó en torno a ella en los noventa? Con Edwin está pasando lo mismo: ‘Me coaccionaba, quería estar conmigo a toda costa. Se obsesionó conmigo, y por eso lo maté’. Aprendamos del pasado”.

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