Habla, memoria: Superman en Chile

Christopher Reeve apoyó en 1987 a los actores perseguidos por la dictadura de Pinochet. Hoy el recuerdo se desvanece

Un hombre sostiene un cartel con el rostro de Augusto Pinochet en una protesta a favor de la policía el 6 de abril 2023 en Santiago, Chile.Lucas Auguayo/Anadolu Agency (Getty Images)

El 3 de noviembre de 1987, plena dictadura de Pinochet, llegó una carta al sindicato de actores de Chile diciendo: “Los siguientes testaferros del marxismo internacional tienen un mes de plazo para hacer abandono del país”. Seguía una lista de 78 nombres. Se decidió hacer un acto de resistencia el 30 de noviembre en el Estadio Nataniel, una cancha de básquet de la capital. Llamaron a sindicatos de actores de todo el mundo para difundir lo que sucedía. Recibieron apoyo —Redford, De Niro, Jan...

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El 3 de noviembre de 1987, plena dictadura de Pinochet, llegó una carta al sindicato de actores de Chile diciendo: “Los siguientes testaferros del marxismo internacional tienen un mes de plazo para hacer abandono del país”. Seguía una lista de 78 nombres. Se decidió hacer un acto de resistencia el 30 de noviembre en el Estadio Nataniel, una cancha de básquet de la capital. Llamaron a sindicatos de actores de todo el mundo para difundir lo que sucedía. Recibieron apoyo —Redford, De Niro, Jane Fonda—, pero nadie se atrevía a viajar a Chile. Ariel Dorfman, escritor chileno exiliado en Estados Unidos, pudo hablar con Christopher Reeve, el actor que interpretaba a Superman, y lo puso al tanto. Reeve le preguntó cuán peligroso era ir a Santiago. Dorfman le dijo que nadie podía garantizar nada. Reeve le preguntó si su presencia ayudaría a los actores. Dorfman le dijo que les podía salvar la vida. Reeve respondió: “Entonces iré”. Ya aterrizado, dio una conferencia de prensa y lo llevaron hasta el estadio, que encontraron bloqueado por la policía. Comenzaron los disturbios. En medio de la confusión, se reorganizaron para ir al garage Matucana, un espacio cultural. Angélica Malinarich, la esposa de Dorfman que acompañaba a Reeve, le explicó que era un sitio peligroso, sin vía de escape salvo la puerta de entrada. Reeve preguntó si los demás actores irían. Ella dijo “Sí”. Él repitió: “Entonces iré”. Afuera, la policía arrojaba gases. Adentro se apretujaban 2.000 personas. Los actores recitaron, cantaron, Reeve expresó su apoyo, aseguró que a su regreso contaría lo que estaba sucediendo. Eso hizo. Los actores se salvaron. Ocho años después, un accidente lo dejó tetrapléjico. Murió en 2004. En marzo pasado, el barómetro Cerc-Mori reveló que el 36% de los chilenos considera que Pinochet “liberó del marxismo” al país. En 2013, ese porcentaje era del 16%. La memoria mengua. Los porcentajes crecen.

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