La profesionalidad de Villarejo

El objetivo del comisario jubilado era guillotinar la cúpula del movimiento independentista y así dejar a Cataluña sin rumbo

José Manuel Villarejo llega a la Audiencia Nacional en septiembre de 2022.KIKE PARA

El poder es el tema de Éric Vuillard y su objetivo es desvelar el tabú de los intereses. El argumento de su nueva novela de hechos reales, titulada Una salida honrosa, está centrado en la explotación colonial de Indochina y la descripción del colapso de la ocupación francesa. Es excelente. Construye el relato para denunciar a la élite financiera parisina que se f...

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El poder es el tema de Éric Vuillard y su objetivo es desvelar el tabú de los intereses. El argumento de su nueva novela de hechos reales, titulada Una salida honrosa, está centrado en la explotación colonial de Indochina y la descripción del colapso de la ocupación francesa. Es excelente. Construye el relato para denunciar a la élite financiera parisina que se forró gracias a un sistema legal de dominación criminal que se impuso a través de la violencia. Esa élite respetada, que vive en una geografía concreta de la capital y cuyos integrantes se reconocen a sí mismos como parte de ella, es la que dirige el rumbo de un país. Son los que mandan. Políticos, empresarios, altos directivos. Vuillard los denomina el consejo de administración de Francia.

En menos de una semana, en otoño de 2012, José Manuel Villarejo identificó a los hombres del poder en Cataluña. Entre el 6 y el 10 de noviembre y con las elecciones anticipadas por Artur Mas convocadas. Tres días antes del arranque de la campaña electoral, el excomisario se reunió con Alicia Sánchez-Camacho, la cabeza de lista del PP. Hemos escuchado la conversación, leído las notas del encuentro. Cuatro días después se entrevistó con tres informantes: la amante despechada de Jordi Pujol Ferrusola y dos corruptos de largo recorrido a los que se prometió una retribución generosa a cambio de información comprometedora. Más mafia. La identidad de uno de ellos la ha desvelado esta semana La Vanguardia en una serie de artículos que, por ahora, han forzado la reactivación de la comisión de investigación en el Congreso. No puede negarse la eficiencia de Villarejo. Sabía qué hombres del poder estaban tolerando, avalando o decantando el giro independentista. Hacía tan solo dos meses que el Ministerio del Interior había puesto en marcha una campaña encubierta encomendada a una policía política que actuaba al margen de la ley. Su objetivo sería guillotinar la cúpula del movimiento independentista y así dejar a Cataluña sin rumbo.

Su ejecutor tenía ya la lista de los integrantes del consejo de administración de Cataluña y, a partir de las informaciones recopiladas durante esos pocos días, de entrada, elaboró un informe falso que se filtró a medios cómplices. Se presentó como un “borrador” de la UDEF y en plena campaña electoral lo publicó El Mundo, que durante esas semanas aumentó significativamente su audiencia. Allí se denunciaba que líderes de Convergència habían desviado a cuentas personales en el extranjero parte de las comisiones ilegales que habrían cobrado a través de la trama del Palau de la Música. Pagan los fondos reservados. Poco después, Javier de la Rosa hizo la primera de sus dos confesiones en la sede de la UDEF. El 6 de diciembre consta que recibió el primer pago: 150.000 euros. Lo autorizó María Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del Partido Popular. ¿De dónde salió la pasta? Durante años aparecieron más informaciones en medios afines. A veces ciertas, en muchos casos no. Pero se necesitaba “hacer mucho ruido... mucha puesta en escena”. Palabras del mensaje enviado por el jefe de gabinete de Fernández Díaz al director adjunto operativo de la Policía mientras el 27 de octubre de 2015 se registraban domicilios particulares de los Pujol. Lo leímos aquí.

El examen crítico sobre esa actividad, a nivel judicial, institucional e intelectual, aún no se ha realizado. Tampoco se ha incorporado como variable para interpretar el viaje a la nada que fue el procés. Pero sus consecuencias no fueron anecdóticas. La clase dirigente catalana, consciente del asedio al que fue sometida, no ha recuperado en España la autoridad que tenía. La sobredimensión de la corrupción existente, como argumenta Núria Orriols en la espléndida crónica Convergència. Metamorfosi o extinció, aceleró la implosión de un partido del poder del Estado del 78. Esquerra Republicana aún no ha sabido ocupar el vacío político creado. La regeneración de la vieja Convergència está en marcha. Es la resurrección. Siempre hay intereses que proteger. No es fácil consolidar un consejo de administración.

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