España da poco de sí
Nuestro país es como una película de bajo presupuesto, donde el director tiene que hacer de chófer, o uno de esos equipos de barrio donde el mejor jugador es el entrenador, que sale en el segundo tiempo
España da poco de sí: es como una película de bajo presupuesto, donde el director tiene que hacer de chófer, o uno de esos equipos de barrio donde el mejor jugador es el entrenador, que sale en el segundo tiempo. Enseguida todo tiene forma de bucle, a la manera de aquella crítica de arte que reseñaba sus propias exposiciones porque, decía, sabía mantener la objetividad.
Le pasa algo parecido al Centro de Investigaciones Sociológicas, ...
España da poco de sí: es como una película de bajo presupuesto, donde el director tiene que hacer de chófer, o uno de esos equipos de barrio donde el mejor jugador es el entrenador, que sale en el segundo tiempo. Enseguida todo tiene forma de bucle, a la manera de aquella crítica de arte que reseñaba sus propias exposiciones porque, decía, sabía mantener la objetividad.
Le pasa algo parecido al Centro de Investigaciones Sociológicas, que en su barómetro de enero incluye estas tres preguntas: “¿Y qué opinión le merece que dos magistrados del Tribunal Constitucional, cuyo mandato estaba caducado por haber concluido el plazo para el que fueron elegidos, tomen parte en votaciones en las que se decide si continuaban o no formando parte de dicho Tribunal Constitucional?”, “Y de forma general, ¿está usted a favor o en contra de que los/as jueces/zas del Tribunal Constitucional puedan prohibir al Parlamento debatir leyes?”, “Por lo que usted sabe o ha oído, ¿qué partido cree que es el principal responsable de que no se haya llegado a un acuerdo para la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional?”.
Laura Díez, que entre 2020 y 2022 fue directora general de Asuntos y Coordinación Jurídica en el ministerio de Presidencia, ha sido designada magistrada del Tribunal Constitucional y ponente en el recurso de inconstitucionalidad contra el decreto ley y la ley que se elaboraron para impedir la ejecución de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña sobre el 25% en castellano. Ya se pronunció sobre la constitucionalidad de esas normas cuando era vicepresidenta del Consejo de Garantías Estatutarias. Al parecer Juan Carlos Campo, otro de los magistrados, tendrá que estudiar la constitucionalidad de normas aprobadas cuando él era ministro de Justicia: esperemos que eso no le predisponga en contra.
Uno escribe discursos a un dirigente y forma artículos sobre sus medidas con visiones poéticas o ejemplarizantes, es asesor político y analista independiente, ministro y columnista, médico y practicante. No hay que poner disclaimer para no distraer de los argumentos, ni pedirlo, que es de antipáticos.
En el caso de la sedición y la malversación, los delincuentes han contribuido a la redacción de las leyes que se aplican a sus acciones pasadas y a sus acciones futuras: si la ergonomía se aplica al diseño de muebles, ¿por qué no a la legislación? Será por el tamaño del país, el sectarismo o alguna forma floreciente de cutrez, pero en España la novela social, el relato histórico y hasta las leyes pueden ser variantes de la literatura del yo. @gascondaniel