¿Solo nos vemos en Navidad?

Los lectores escriben sobre los reencuentros familiares en Navidad, un aparcamiento proyectado junto al Santiago Bernabeu, la campaña de la Comunidad de Madrid para dejar propinas en los bares y los estadios del Mundial de Qatar

Iluminación navideña en la céntrica plaza de San Francisco de Sevilla.Joaquin Corchero (Europa Press)

Parece que cuando llega la Navidad todo el mundo quiere verse. Tenemos lo 365 días del año para ello, pero optamos por concentrar todo en una semana. Un sinfín de visitas, comidas, cenas y, en definitiva, compromisos. Quizá sea ese arraigo sociocultural que, desde la religión o el más existencial capitalismo, se ha inducido en nuestras cabezas, lo que nos empuja a que nos veamos (y al consumo) esta semana como si fuera la única del año. La Navidad es una época más del año, y su ensalzamiento creo que nos hace daño. Puede que todo sea porque necesitamos al menos una semana de alivio para respir...

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Parece que cuando llega la Navidad todo el mundo quiere verse. Tenemos lo 365 días del año para ello, pero optamos por concentrar todo en una semana. Un sinfín de visitas, comidas, cenas y, en definitiva, compromisos. Quizá sea ese arraigo sociocultural que, desde la religión o el más existencial capitalismo, se ha inducido en nuestras cabezas, lo que nos empuja a que nos veamos (y al consumo) esta semana como si fuera la única del año. La Navidad es una época más del año, y su ensalzamiento creo que nos hace daño. Puede que todo sea porque necesitamos al menos una semana de alivio para respirar, creer que todo está bien e ilusionarnos. Pero es triste pensar que eso sea así y que el resto del año y de nuestras vidas no busquemos esa ilusión. No quiero destruir la Navidad, pero si quiero desmitificarla. Permitámonos ser felices, regalarnos, vernos y disfrutar durante el resto del año. Sinceramente, si solo nos vemos en Navidad, una vez al año, no nos importamos. Y si es así, yo no quiero Navidad.

Miguel Ángel Jiménez Jara. Zaragoza

1.600 coches junto al Bernabéu

El Ayuntamiento de Madrid dice estar por la sostenibilidad y el medio ambiente urbano, pero planear un aparcamiento de 1.600 plazas para el Estadio Santiago Bernabéu, lo deja en puro postureo. El estadio, de por sí, es un atentado medioambiental que perturba la vida tanto del distrito como de todo el centro urbano, con sus 80.000 localidades y la cascada de eventos que tiene prevista. La presencia de un estadio de estas dimensiones en el centro de la ciudad es algo seriamente perturbador, pero, además, si se anima a que tal cantidad de vehículos privados acuda al lugar, es atornillar el despropósito.

Juan Miguel Velázquez López. Madrid

Propinas en los bares

Vayan por delante mis mejores deseos para el gremio de la hostelería, que tantos buenos ratos nos proporciona. Pero la campaña del Gobierno de Ayuso sugiriendo que les dejemos propinas me parece lamentable. La publicidad institucional no puede trasladar al ciudadano la responsabilidad que compete a la Administración. La cuña que han puesto en marcha sobre este asunto es de traca y de república bananera. El Gobierno madrileño debería de ocuparse seriamente en solventar los problemas del personal del sector hostelero, como puede ser la regulación de su jornada laboral teniendo en cuenta las horas extras trabajadas y no remuneradas. Estos trabajadores merecen más que propinas, merecen respeto a su trabajo, a sus nóminas y a su persona.

Félix Jiménez Fernández. Madrid

El fútbol nos ciega

Desde el domingo no dejo de escuchar la frase: “el fútbol ha hecho justicia”. La verdad es que tengo la duda de si es que lo dicen con cierto tono irónico. Si no, esto sería un gran ejemplo de que el amor, en este caso por el fútbol, nos ciega. Nos ciega para no ver que hubo gente que murió por esos fantásticos estadios, que renunciamos a ciertos derechos humanos por aceptar su “cultura”, y lo peor de todo es que todos hemos mirado para otro lado mientras todo esto pasaba. Si el fútbol de verdad hubiese hecho justicia, hoy habríamos perdido una copa, pero habríamos ganado principios.

Nuria Sánchez Muíña. Vigo

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