#LauraGate en Ciudadanos, la falsa vecina de Badajoz que insultaba en Twitter era el jefe de prensa del alcalde
Un joven de 23 años recibe ataques en su perfil social. Tras investigarlo, resulta que era la mano derecha del regidor pacense, que ya ha sido cesado
Conviene no perder la trama. El veinteañero fotógrafo pacense Hernán Álvarez recibió hace unos días un mensaje en su cuenta de Twitter de Laura Carrasco, una vecina de Badajoz. “Me asusté”, cuenta por teléfono. Carrasco tiene solo 18 seguidores en la red, pero es muy activa. Habla. Comenta. Opina. De todo y contra todos. Su foto de perfil es un paisaje de la ciudad. Guarda como oro en paño su rostro. ¿Quién será esta vecina tan polémica que critica a vecinos, funcionarios del Ayuntamiento, policías nacionales, periodistas y concejales? Carrasco contestaba esta vez un mensaje de la cuenta...
Conviene no perder la trama. El veinteañero fotógrafo pacense Hernán Álvarez recibió hace unos días un mensaje en su cuenta de Twitter de Laura Carrasco, una vecina de Badajoz. “Me asusté”, cuenta por teléfono. Carrasco tiene solo 18 seguidores en la red, pero es muy activa. Habla. Comenta. Opina. De todo y contra todos. Su foto de perfil es un paisaje de la ciudad. Guarda como oro en paño su rostro. ¿Quién será esta vecina tan polémica que critica a vecinos, funcionarios del Ayuntamiento, policías nacionales, periodistas y concejales? Carrasco contestaba esta vez un mensaje de la cuenta @AchoBadajoz, una asociación de jóvenes que propone mejorar la ciudad en el ámbito cultural y deportivo, donde el fotógrafo Álvarez también es portavoz.
Bien. Carrasco, sibilina, estaba molesta porque estos muchachos reclamaban un arreglo para las instalaciones de vóley-playa de la ciudad en un vídeo que se hizo viral entre los jóvenes. Habían logrado que los ediles locales de PSOE y Podemos llevarán al pleno municipal ―donde manda Ciudadanos en coalición con el PP— una propuesta para que se mejoraran, al fin, estas pistas deportivas. Carrasco no se anduvo con historias. Publicó la foto de Álvarez con su rostro, le rodeó la cara como si fuera un objetivo y puso: “Cuidado con este miembro”. Álvarez no dio crédito al ver la notificación en el móvil. Salió pitando de la clase universitaria de donde estaba. Se metió en otra aula, abrió su ordenador personal y se vistió de Sherlock Holmes durante horas.
Ahí observó que Carrasco lanzaba también mensajes contra la cuenta del portavoz del PP: “Es un cobarde”. Contra el del PSOE: “Vas como pollo sin cabeza”. A la de Podemos: “Esperaba más de ti”. Al de Vox, que es el concejal de limpieza: “Todo está sucio”. A unos jefes de servicio del Ayuntamiento: “Estos cuatro son los que más cobran y quieren un aumento”. A un vecino que se quejaba del estado del casco antiguo de la ciudad: “Pues yo vivo ahí y me encanta”.
Carrasco hacía comentarios extraños. A veces hablaba en femenino —”deseando ser la primera en verlo”— y otras en masculino. Atacaba a periodistas locales que cubrían el Ayuntamiento. Estaba al tanto de cualquier movimiento del alcalde, Ignacio Gragera, de Ciudadanos. Tanto, que la cuenta oficial de Ciudadanos en la ciudad subió el otro día dos fotos de una calle del centro. El típico antes y después de una reforma. “Una actuación espectacular”, escribió Carrasco. Música de violines. ¿Es Carrasco la última votante del partido en España? A saber. El fotógrafo Álvarez observó también que Carrasco lanzaba comentarios con una sabiduría fotográfica exquisita: “Qué buen contrapicado”. “Gran cenital”. “Buen escorzo”. Álvarez, como buen detective en prácticas, entendía que este lenguaje no era común: “La gente no utiliza estas palabras en su día a día”.
¿Es Carrasco la última fotógrafa de Ciudadanos? Calma. Plano secuencia: Álvarez dio un paso más en su investigación. Abrió Twitter y puso como usuario el nombre de Laura Carrasco. Le dijo a la red social que se había olvidado la contraseña, como si fuera ella misma, él, elle, un bot, quien narices fuera en realidad Carrasco. Twitter exige a todo el mundo un número de teléfono para que esté asociada la cuenta.
Álvarez abrió su agenda. Comenzó por las personalidades del Ayuntamiento. Primero, el teléfono del alcalde. Error. Después, los concejales de Ciudadanos. Error. Y, por último, el jefe de prensa del alcalde que, efectivamente, también es fotógrafo. ¡Premio! “No me lo podía creer, pero si me había saludado simpatiquísimo por la mañana”, cuenta Álvarez. El alcalde ha cesado a su mano derecha hace cuatro días, cuando se ha conocido la trama. ¿Y Laura Carrasco? Laura no está. Laura se fue. Ha desaparecido de la red.